Un estudio realizado por científicos del Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca (CIC) concluyó que, en personas con una dieta saludable, el estrés favorece el desarrollo de diabetes tipo 2 e hígado graso, entre otros problemas. En cambio, en individuos con una alimentación rica en grasas, su papel es en cambio protector, evitando que surjan estas enfermedades e, incluso, la obesidad.
La investigación clarifica, por primera vez, las interconexiones existentes entre el estrés, el sistema nervioso, la obesidad y las dietas sanas y con alto contenido en grasa
Los resultados también han permitido descartar de manera inequívoca que la presión arterial alta contribuya de manera directa al desarrollo de la diabetes tipo 2 como se postulaba en algún estudio previo.
Para la investigación se realizaron múltiples experimentos con roedores modificados genéticamente. Las conclusiones, publicadas en la revista Cell Metabolism, dan por primera vez una visión clara sobre el síndrome metabólico, término médico empleado para las patologías relacionadas con la obesidad, han informado fuentes del CIC a través de un comunicado.
Además, la investigación predice que terapias dirigidas contra la rama del sistema nervioso que determina la reacción del organismo al estrés podrían ser de interés para tratar pacientes con síndrome metabólico que no sean obesos.
En cambio, esas terapias pasarían a tener efectos negativos en caso de ser administradas a pacientes obesos.