La función del periodismo en tiempos de crisis es auxiliar al ciudadano en apuros. La primera víctima en toda guerra es la verdad, decía Esquilo, por lo que urge en estos días turbulentos algunas definiciones que permitan al lector juicioso una navegación adecuada en la tormenta política.
Castrochavista: Satanización del otro con fines subalternos a costa de trivializar tragedias verdaderas.
Comisión de Venecia: Abogados internacionales invitados al Perú a través de ardides cuya única misión ahora es el turismo gastronómico.
Constitucionalista: Varón blanco y heterosexual que tiene una idea exagerada de sí mismo y que, sobre la base de esa sobreestimación intelectual, se cree un exégeta capaz de extraer verdades absolutas de la Constitución.
Cortesía parlamentaria: Curva paradójica de comportamiento que consiste en cerrar la puerta en la cara al invitado para luego dejarlo hablar a regañadientes.
Comisión Permanente del Congreso: Institución zombi que aun muerta da signos de estar animada. Ver Pollo sin cabeza.
Codinome: En el hampa peruano-brasileño, alias.
Dignidad: Especie en extinción en la política peruana que consiste en cierta gravedad y decoro en la forma de comportarse.
Disolver: Ver Karma.
Democracia: Forma de sociedad que practica la igualdad de derechos individuales, con independencia de etnias, sexos, credos religiosos, etc.
Democracia peruana: Ver Simulacro.
Golpe de Estado: Forma de resolver una crisis institucional a través del arbitrio de las Fuerzas Armadas.
Luz Salgado: Ver Lágrimas de cocodrilo.
Mayoría parlamentaria: Dícese de la banda que entiende su misión política como el desprecio de las opiniones
divergentes.
Pedro Olaechea: Ver Conflicto de intereses. Ver Nepotismo.
Poder: La única droga que abandona al adicto.
Tribunal Constitucional: Ver Árbitro de Copa Perú.