Cecil B. DeMille abordó la historia de la doncella de Orleans ambientándola en la Primera Guerra Mundial. La figura de Juana, interpetada por Geraldine Farrar, se aparece a un soldado británico, descendiente de un soldado inglés enamorado de Juana. Fue una clara película de propaganda.
Juana de Arco por Cecil B. DeMille

A cien años de su canonización, no es ocioso recordar que la santa francesa Juana de Arco (1414 – 1431) es una figura de personalidad intensa, deslumbrante y polémica. Lo ha sido y lo seguirá siendo para la historia, la política, la religión y, por supuesto, el arte. Se cuentan por decenas las pinturas inspiradas en ella, representada sobre todo en dos facetas: la inocencia bucólica de una doncella nacida en el campo y la feroz guerrera que condujo a las tropas francesas a más de una victoria sobre las inglesas. Llegado el siglo XX y con él, el cine, su figura fue representada en incontables ocasiones, llegando a ser el segundo personaje religioso más representado del cine, después de Jesucristo.

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