Aun con sus escenas de sexo explícitas, resulta más lógico pensar en "Ninfomanía" como un relato alucinado y fantástico que como un filme realista. Eso es lo que emparenta este último trabajo de Lars von Trier con cualquier cinta porno: la farsa autoconsciente, la exageración, la ostentación de una carnalidad maquinal y subjetiva. Como se vio en el volumen 1 de la película, el pretexto para esta fabulación yace en el lenguaje oral. A lo largo de una noche, Joe (Charlotte Gainsbourg) le cuenta su trajinada vida sexual a Seligman (Stellan Skarsgård), un “buen samaritano” que la recogió, golpeada, de la calle. Mediante su testimonio, esta renovada Sherezade logra capturar toda su atención y, a la vez, ventilar sus demonios en una suerte de terapia de diván, gracias a las interpretaciones místicas que hace de su narración su interlocutor.
Pero si la primera parte se consagraba a los comienzos de una adicción sexual con ironía, esta segunda entrega dramatiza esta compulsión. La endurece y la reviste de una crueldad impostada con encuentros violentos —escenas de penetración doble, bondage y masoquismo incluidas—, filmados con sequedad y una ambientación extremadamente fría, que los despoja de todo erotismo. “Para mí, la ninfomanía era insensibilidad”, confiesa Joe a su oyente. Y eso parece tentar la película: registrar la hechura material de los cuerpos, la coreografía mecánica del placer y la resistencia de la carne. La sexualidad repasada con manual de laboratorio.
Durante las casi tres horas que dura la versión extendida (una hora más que el montaje “corto”), observamos la burocracia en torno a la depravación. Allí están sus rituales, métodos, conductas hieráticas. Pero como Von Trier no es de contenerse, redobla la apuesta insertando una indagación moral que los personajes discuten una y otra vez. ¿Hay un gen maligno en Joe? ¿Es una victimaria o una mártir a la manera de las trágicas heroínas de "Breaking the Waves" (1996) y "Dancer in the Dark" (2000)?
Da la impresión de que el realizador danés ha querido redondear una obra polémica y filosófica, autorreferencial. Sin embargo, con su tremendismo ya conocido, la rebuscada incorporación de elementos criminales en el final de la historia y su fútil resolución, esta vez solo le alcanza la polémica. Lo demás queda vacío, tanto o más que el interior de sus volcánicos personajes.
Película: "Ninfomanía parte 2"
Director: Lars Von Trier
Año: 2013