Las ciudades de Birmingham y de Merseyside en el Reino Unido y de Acobamba en el Perú probablemente tienen pocas cosas en común, pero en días recientes hicieron noticia por lo mismo: creer que la tecnología 5G puede transmitir el nuevo coronavirus. En el caso de los ingleses quemaron antenas que después se supo no eran 5G y en el caso de los peruanos retuvieron a trabajadores que iban a reparar una estación de telecomunicaciones. ¿Por qué asusta tanto esta tecnología? ¿De dónde viene la idea de que esta nueva generación de redes móviles puede propagar el coronavirus o propiciar males como el cáncer?
En primer lugar, la tecnología 5G todavía no se implementa en el país, los anuncios más optimistas hablan del 2021, otros señalan que recién estaremos viendo su real potencial hacia el año 2025. Se trata, en síntesis, de una nueva generación de telefonía móvil cuyo principio es el mismo de las versiones 2G, 3G y 4G, es decir son tipos de ondas electromagnéticas que permiten la comunicación en un espectro determinado. Y, según, los epidemiólogos ningún virus, como el SARS CoV-2, se puede transmitir de esta manera, más bien lo que una onda de este tipo podría hacer es destruirlo, como aclara Ernesto Gozzer, médico salubrista y profesor de la Universidad Peruana Cayetano Heredia.
En su opinión, este temor tiene un origen más psicológico que real. Estamos viviendo un momento de incertidumbre por la epidemia lo que genera ansiedad y mucha gente termina buscando chivos expiatorios, culpables de lo que sucede. En un primer momento fueron los murciélagos, ahora son las antenas o estaciones base de celulares.
“La desconfianza con relación a los celulares —explica el doctor Gozzer— tal vez se deba a que la gente los percibe como una tecnología tan poderosa que supone que algo malo hay detrás. Yo creo que este temor ha aparecido porque estamos viviendo un tiempo de incertidumbre y eso genera ansiedad. Y cuando esta se eleva, desencadena angustia, la cual necesita ser canalizada. Es decir, necesito un objeto donde poner esa angustia, encontrar un culpable para sentirme mejor. Y en este caso el viejo temor a la tecnología se potencia y se reacciona ante lo nuevo, como es la tecnología 5G que, hasta donde sé, todavía no existe en el Perú”.
¿Por qué es importante la tecnología 5 G?
“La característica principal de esta nueva generación de telefonía móvil es que tiene una gran velocidad de transporte de información”, explica el ingeniero electrónico Víctor Cruz Ornetta, decano de la Facultad de Ingeniería Electrónica y Eléctrica de San Marcos, además de representante del Perú ante la OMS en el Proyecto Internacional de Campos Electromagnéticos. “Las redes actuales, de cuarta generación, teóricamente pueden transportar hasta un gigabyte de información, pero en la práctica transportan 100 megabytes, más o menos. En el caso del 5G la velocidad pico puede llegar a 20 gigabytes por segundo y la velocidad garantizada es un gigabyte por segundo, o sea es diez veces más rápida que la actual”, añade.
Esto no solo permitirá transferir información (películas, imágenes, videos) de manera mucho más veloz, sino reducir el tiempo de latencia (período que demora en transferirse una información) a uno o dos milisegundos, es decir algo imperceptible para el ser humano. Por ejemplo, se podrá manejar coches autónomos en tiempo real o, como señala el ingeniero Cruz Ornetta, sincronizar un sistema de semaforización y otros dispositivos para manejar una ciudad inteligente. Con la tecnología 5G se logrará conectar múltiples aparatos a la red y hará que el internet de las cosas sea una realidad. Todo esto revolucionará muchos campos, uno de ellos es la telemedicina, no solo se podrá transmitir imágenes de manera mucho más rápida y eficiente, sino también operar a distancia. Por ejemplo, un cirujano podrá intervenir a un paciente desde el extranjero.
¿Existen riesgos?
Las comunicaciones móviles trabajan a través de una red de antenas o estaciones de base que transmiten información mediante señales de radiofrecuencia, como también lo hacen la televisión o la radio. Desde hace tiempo diversos investigadores y la misma Organización Mundial de la Salud (OMS) vienen estudiando el impacto que estas emisiones pueden tener en el ser humano. Un portal como EMF contiene más de 31.000 investigaciones al respecto y, como señala el ingeniero Cruz Ornetta, el único efecto comprobado hasta ahora es el térmico. Es decir, dependiendo de la magnitud (potencia) de la onda, producirán calor, pero en grados menores a uno, algo inocuo para la salud.
“Cuando se trabaja por debajo de los limites permisibles no hay daños. En cuanto a aplicaciones de radiofrecuencias, por ejemplo, un horno microondas, que puede cocinar los alimentos, trabaja con una potencia de 1.000 a 2.000 vatios; en cambio una estación base de telefonía móvil lo hace con 20 o 50 vatios. Y el 5G lo único que hace es trabajar con frecuencias un poco más altas que solo producen calor. Tiene más energía sí, pero no llega a ser radiación ionizante (como los rayos X) que es la que sí puede romper los enlaces atómicos y moleculares”, explica el especialista.
¿Y puede producir cáncer?
La inquietud se produjo en 2011 cuando la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer, dependiente de la OMS, incluyó a la emisión de campos electromagnéticos de radiofrecuencia en la categoría 2 B, una especie de limbo donde se encuentran sustancias cuyos efectos cancerígenos no pueden ser demostrados, pero tampoco se descartarían. “Esta clasificación está basada en estudios sobre teléfonos celulares, no está referida a las estaciones base, y lo que significa es que no hay una evidencia contundente sino ambigua. Lo que se encontró es que hay un incremento de tumores en el nervio acústico en un 20 % de la población que hacía más uso del teléfono móvil, pero no se podía establecer una demostración causal directa. En esa categoría también estuvo el café. Es un factor que en realidad no reviste preocupación. Hace 20 años voy a todas las reuniones de la OMS, y en todas se sirve café”, ironiza el ingeniero Cruz Ornetta.
Al respecto el médico Ernesto Gozzer afirma que no existen efectos cancerígenos en estas emisiones, y que en la categoría 2B se ubican a elementos o sustancias a las que no se pueden demostrar sus efectos nocivos. “Los que sí tienen efectos cancerígenos demostrados son puestos en la categoría 1 y los que tienen ‘efectos probables’ van a la categoría 2A”, apunta.
Por el contrario, el especialista de la Universidad Cayetano Heredia cuenta que existen más bien estudios que usan tecnologías de radiofrecuencia similares al de los celulares 4G para tratar a personas con Alzheimer. Uno de estas investigaciones fue desarrollada en Estados Unidos el año pasado por un equipo liderado por el neurocientífico Gary Arendash durante dos meses: siete de los ocho pacientes involucrados mejoraron su respuesta cognitiva.
Lo único evidente hasta la fecha es que las estaciones base y las emisiones con las que funcionan los celulares no son dañinas, y en el caso del 5G es probable que cuando la tecnología ya esté instalada a plenitud se desarrollen más investigaciones. Por ahora nada que temer. Si a algo le debemos tener pánico es a exponernos bajo el sol sin protección, pues los rayos ultravioletas sí pueden provocar ciertos tipos de cáncer de piel. Eso sí está comprobado.
También puede interesarle:
Coronavirus: las antenas 5G no ayudan a transmitir el virus
MTC suspende reordenamiento de espectro para tecnología 5G
Coronavirus | ¿Puede la tecnología 5G debilitar el sistema inmune y ayudar a propagar el COVID-19?