MARTHA MEIER MIRÓ QUESADA @meiermq
Editora Central
Carlos Germán Belli es un hombre de tiempos antiguos, clásicos y modernos, su poesía guarda las huellas de la historia y su estilo convoca a lo medieval, a los versos del Siglo de Oro español, pero también a la más vivaz actualidad. Preguntado sobre su obra, respondió , alguna vez, a un diario uruguayo: “Creo que es una conjunción de tradición y modernidad, lo digo en términos simplistas. Por un lado mi vivencia de hombre contemporáneo, de hombre del siglo XX y ahora, por suerte, del siglo XXI”.
Dejemos que hablen sus versos: “¡Oh Hada Cibernética! , ya líbranos / con tu eléctrico seso y casto antídoto, / de los oficios hórridos humanos, / que son como tizones infernales / encendidos de tiempo inmemorial / por el crudo secuaz de las hogueras […]”.
Inmensamente sencillo, para Belli ser poeta no representa nada especial: “En todos hay esa sensibilidad, pero está dormida, latente; y en otros, como los escritores, esta se manifiesta con mayor intensidad, pues dialogan con su propio reino interior”, nos dijo en una entrevista.
Nacido en Lima en 1927, Belli es una de las voces que más destacó en una generación brillante, la del 50, de creadores tan notables como Blanca Varela, Francisco Bendezú, Javier Sologuren, Alejandro Romualdo, Washington Delgado o Juan Gonzalo Rose.
El autor de “En alabanza del bolo alimenticio” será homenajeado este miércoles 9 de abril por el Centro Cultural Inca Garcilaso, día en que también se inaugurará una atractiva exposición fotográfica y documental sobre su vida y obra.
Con su homenaje, se abrirá el ciclo “La República de los Poetas. Antología viva de la Poesía Peruana 2014-2021”, que después incluirá a otros exponentes de nuestras letras, y que se prolongará hasta el año del Bicentenario de la Independencia.
Con este motivo en El Dominical queremos dedicar algunas páginas a la magia verbal del gran Carlos Germán Belli.