Mientras la economía peruana avanza de forma progresiva tras la recesión del 2023, S&P Global Ratings decidió rebajar la calificación soberana de la deuda del Perú desde BBB a BBB-; una escala situada a un peldaño del grado especulativo y que implica un retroceso de por lo menos 13 años en dicho indicador. La razón principal para esta rebaja, de acuerdo a la agencia, se sustenta ante el “complejo panorama político” que persiste en el país y que se podría mantener hasta las elecciones presidenciales y congresales del 2026, limitando cualquier capacidad que un nuevo gobierno busque tener para promover mejoras en actividades clave para el país.
“La acción de calificación refleja, según consideramos, un costo de oportunidad importante (para el crecimiento) que viene de lo político”, explicó a El Comercio la directora asociada de riesgo soberano y finanzas públicas de S&P Global Ratings, Constanza Pérez Aquino, tras la acción que tomó la calificadora. “Hay incertidumbre frente a la próxima elección, en un contexto de partidos políticos sumamente fragmentados en el Perú. (...) Hay muchas oportunidades de inversión en distintos sectores de la economía, adjudicaciones de APPs, proyectos de infraestructura, pero todo se mueve relativamente lento”, remarcó.
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La incertidumbre política que hoy aqueja al país es, de hecho, una razón por la cual S&P Ratings también rebajó la calificación de Perú en marzo del 2022, con lo cual la historia parece repetirse. En medio del complejo panorama a nivel político, con un Congreso fragmentado y un Ejecutivo con limitado capital político, Pérez Aquino resaltó que el país no ha logrado avanzar de forma contundente en la reconstrucción de los colchones que la economía perdió durante la pandemia de COVID-19; un aspecto que también pesa sobre la decisión de rebaja de rating que tomó la clasificadora.
“La deuda sigue siendo baja, pero es más alta que en el pasado; no hemos visto mejoras significativas en la gobernabilidad; se ha perdido mucho ahorro pensional y el último retiro (de pensiones) no es una buena señal… El mensaje es que, en nuestra opinión, hay menos de margen de maniobra hoy en el Perú para enfrentar eventualmente nuevos shocks”, precisó la especialista.
Lo que le espera a la calificación peruana desde S&P
En medio de este adverso escenario, Pérez Aquino resaltó que S&P Global aún ve instituciones económicas en el país que mantienen su fortaleza, mencionando al Ministerio de Economía y al Banco Central de Reserva, pese a un menor respaldo y capital político para avanzar hacía reformas estructurales. Así, consideró que son estas instituciones las que “limitan el ‘downside’ que viene de la incertidumbre política; aunque el mensaje es que la falta de capital político no permite avanzar de forma más contundente”.
“La calificación (de Perú) la estamos revisando todo el tiempo. Cuando no estamos tomando una acción de calificación, implícitamente estamos afirmando lo que ya tenemos. Pero con esta perspectiva estable, la expectativa es que este rating, ahora en un nivel un poco más bajo, se mantenga durante el próximo año (a menos que haya un evento muy disruptivo)”, comentó la especialista.
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Pérez Aquino aclaró que entre los eventos disruptivos encajaría “algún tipo de cambio radical en la política macroeconómica” o “un crecimiento económico mucho menor que presione la recaudación y la parte fiscal”. Al no ser escenarios base (S&P prevé que Perú crezca 2,7% este 2024), la agencia decidió mantener la perspectiva del Perú en el nivel estable.
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