Durante años, el éxito en las redes sociales se medía por los “me gusta”, comentarios, seguidores y los más valiosos “compartidos”. Las plataformas nos premiaban por postear como locos, sin importar la calidad. Resultado: nuestros “muros” se llenaron de contenido aburrido y repetitivo buscando el ansiado alcance orgánico. La data nos muestra que la avalancha de contenidos y publicaciones, contrario a lo que pensaríamos intuitivamente va a restar a las interacciones y ‘engagement’ en las redes, sumado al costo de tiempo e inversión que generar este contenido implica. Pero ahora, gracias a los algoritmos y al hastío general, estamos girando hacia la calidad. Se busca contenido que genere emociones, que logre recordación, que provoque compartir no por ser funcional, sino por lograr conversaciones de verdad y conexiones auténticas.
Hartos de una sobrecarga de contenido irrelevante. Pero, ¡espera! Ahora llega la inteligencia artificial (IA) generativa para saturar aún más el panorama, produciendo información a montones. En una nueva realidad donde la IA generativa facilita la creación de contenido informativo, herramientas como GPT-4 habrán logrado que la producción de contenido se democratice, permitiendo a más personas y empresas crear contenido. Pero aquí está el truco: con tanta información disponible, destacar se ha vuelto más difícil que nunca.
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En este nuevo panorama, la creatividad humana es el as bajo la manga. Mientras la IA puede generar información, imágenes o cuadros; es la creatividad la que añade ese toque mágico que la tecnología aún no puede replicar. Aquí es donde el usuario premiará las historias y experiencias inesperadas, resonantes frente al de contenido muy similar, que finalmente ayudarán a diferenciar a las marcas y hacerlas destacar en un ecosistema que se volverá cada vez más competitivo.
En un mundo saturado de información, el contenido creativo emerge como la clave para destacar. Permite no solo informar, sino también sorprender, cautivar y conectar con la audiencia a un nivel emocional profundo. Las historias bien contadas, los giros inesperados y las perspectivas únicas captan la atencióny hacen que el contenido sea memorable. Además, el contenido creativo puede forjar conexiones emocionales profundas al apelar a los valores, las emociones y las experiencias personales de la audiencia.
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La verdadera diferenciación se encuentra en la creatividad. Es la creatividad la que permitirá a las marcas no solo informar, sino también inspirar, cautivar y conectar profundamente con sus audiencias. Hacer contenido memorable, capaz de sorprender y resonar emocionalmente, siempre será mucho más exitoso que inundar las redes con abundantes publicaciones racionales y sin alma. Esta fórmula no es nueva, pero siento que de alguna manera la habíamos puesto de lado, y hoy se vuelve nuevamente indispensable.
Aunque todos tendrán acceso a oleos y pinceles, no todos crearán una obra maestra. Ahí estará el reto.