El temor a una recesión en la economía mundial, con una debilidad marcada en la economía europea, riesgo de recesión en Estados Unidos y China creciendo menos 2de lo esperado, son factores que han impulsado a la baja el precio internacional del cobre que se encuentra cotiza entre 25% y 30% menos de lo proyectado al cierre del año pasado (US$ 4,44 la libra), señaló Juan Carlos Odar, director de Phase Consultores.
Sin embargo, todo apuntaría a que ya el precio está cerca de su piso, anotó Odar, en la medida en que China ha anunciado un plan de estímulo tratando de reactivar su economía. Además, agrega que empieza a percibirse que la subida de la tasa de interés de referencia de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED, por sus siglas en inglés) no será tan rápida como inicialmente esperaban los mercados, explicó.
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Impacto
Carlos Gálvez, director de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), anotó que el impacto del menor precio del cobre en la economía del país se vería principalmente sobre la reducción en las exportaciones, lo que repercutiría en la recaudación fiscal.
“Tendremos que manejar una economía ya no de opulencia sino de escasez y, para eso, hay que ser muy cuidadosos de ver y retomar la convocatoria a las inversiones. Es una muy mala señal el Decreto Supremo del domingo último, que realiza cambios a la Ley de Relaciones Colectivas, entorpeciendo cada vez más las oportunidades de inversión”
Carlos Gálvez, director de la SNMPE
Hugo Perea, economista jefe del BBVA Research, señaló que el menor precio del metal rojo nos afectará a través de varios canales. En primer lugar, las mineras tendrán menos utilidades por lo que se tendrá menos recaudación por Impuesto a la Renta.
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En segundo lugar, continuó, esta situación generará que el valor de nuestras exportaciones disminuya y por lo tanto vamos a tener un déficit externo más grande. “Es posible que el déficit en cuenta corriente al final del año se ubique en 5% del PBI”, dijo.
Un tercer factor es que, al tener más déficit externo, habrá menos oferta en dólares por el canal comercial, lo que derivará en presiones al alza sobre el tipo de cambio.
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En el corto plazo
Perea señaló que en el corto plazo es posible que se registren presiones a la baja generándose una menor demanda de cobre por la desaceleración de la economía mundial.
Un segundo factor, explicó, es que el próximo año la oferta aumentará entre 6% y 7%, una cantidad importante, por lo que se tendrá menos demanda y más oferta, y ello induciría a que el precio disminuya.
“No se va a desplomar, no será una corrección dramática pero sí será difícil que rebote por encima de US$ 4 la libra que vimos en algún momento este año”
Hugo Perea, economista jefe del BBVA Research
En tanto, Odar señaló que, en cierta medida, podría ayudar que se recuperen los volúmenes de producción de cobre que se encuentran por debajo de los niveles máximos que se alcanzaron hacia fines del 2019.
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“Si bien somos un jugador importante y aumentando la oferta puede generar un menor nivel de precio, lo que estaríamos viendo es la combinación precio – cantidad y eso sí podría ayudar”
Juan Carlos Odar, director de Phase Consultores
En el largo plazo
Gálvez explicó que, cuando la economía mundial se recupere, hará falta mucha inversión en infraestructura ya que habrá un traslado en la industria automotriz hacia los autos eléctricos y ello traerá como consecuencia una mayor demanda de cobre.
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“El precio va a repuntar, pero aún en varios años, no será inmediato. Lo mejor sería hacer la tarea para que, cuando el precio suba nuevamente, estemos preparados para aprovecharlo. Este año hemos dejado pasar los altos precios para atraer inversiones”, dijo.
Para Gálvez, la demanda de autos eléctricos será suficiente para sostener el precio en el futuro, ya que se trata de una reconvención mundial; sin embargo, en el Perú aún no se está haciendo nada comparado con Chile, país que viene comprando 2.500 autos eléctricos por año. Esa será la tendencia mundial en China, Estados Unidos y Europa, anotó.
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Acciones
Sobre las acciones que deben tomarse para disminuir el impacto que tendrá el menor precio del cobre, Gálvez señaló que se deben manejar las finanzas públicas de manera austera; es decir, reducir el gasto fiscal además de la burocracia y consultorías.
“Lamentablemente no hemos hecho las cosas correctamente desde el punto de vista del manejo de las finanzas públicas ni de la política, y eso ha traído como consecuencia que nos hagan el ‘down rating’ de la calificación de nuestra deuda”, señaló.
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Así, explicó que ya dejamos de ser grado de gran inversión y empezaremos a pagar mayores tasas de interés, aspectos que se debieron tener en cuenta. “Ahora debemos cuidar de no endeudarnos más porque eso no es sostenible si es que no tenemos las fuentes de producción que puedan solventarlo”, dijo.
Para evitar que haya un deterioro en las cuentas fiscales, explicó Perea, se debe tener en cuenta que el incremento en el precio del cobre era transitorio y producto de una situación particular.
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“Siempre hay que tener presente que no hay que vincular gastos fiscales que pueden ser permanentes con incrementos transitorios de recaudación. Si es que entra menos a la caja fiscal, genera menos espacio para gastar y hay que ser prudentes”, anotó.
Sobre las presiones en el tipo de cambio, señaló que el Banco Central de Reserva (BCR) va a acomodar la transición hacia un nivel un poco más alto. “Sus intervenciones no buscan fijar un nivel sino tratar de reducir la volatilidad y generar una transición ordenada hacia donde tenga que moverse el tipo de cambio”, explicó.