Televisión por cable informal crece 4 veces más que la formal

La adopción de cable en los hogares creció cuatro puntos porcentuales en el último año y alcanzó un 40,2% de penetración (3’024.977) en el país y 62% en Lima, según Osiptel. Sin embargo, la situación dista de ser optimista para el sector producto de la abundancia de conexiones piratas.

“Mientras la adopción informal de usuarios crece un 40% al año, la adopción formal solo sube un 10% anual”, puntualizó Fernando Cáceres, director de Contribuyentes por Respeto, quien afirma que hoy el 48% de las conexiones son piratas. 

“Ya desde fines del año pasado se demostró que al menos la mitad de los clientes eran informales, porque en Osiptel había registrados 1,3 millones de suscriptores, pero el INEI reportaba que existían 2,7 millones de hogares con TV por cable”, destacó Gianmarco Asencio, responsable legal de Direc TV Perú. El ejecutivo lamenta que el Gobierno no haga nada por resolver este problema.

En la actualidad, en todo el país el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) tiene registrados más de 470 operadores de cable, de los cuales alrededor de 30 están siendo procesados por posibles conductas inapropiadas y 22 de ellos enfrentan procedimientos en el Poder Judicial. Pero las principales firmas proveedoras tienen sospechas fundamentadas sobre la ilegalidad de la gran mayoría.

Según CPI, una empresa (Telefónica) concentra poco más del 40% y solo seis empresas superan el 1% de participación de mercado, dejando un amplio margen a pequeñas empresas “en regla” que entregan señal pirateada a los clientes de provincias.

El problema no solo afecta al fisco, que deja de percibir impuestos, sino que perjudica a los usuarios formales que reciben una señal deficiente que no les permite tener servicios de valor agregado, explica el consultor James Arellano.

“La calidad de la señal se degrada progresivamente cuando un usuario formal conecta el cable coaxial a otro receptor no previsto. Cada vez que se conecta un nuevo aparato a la red se insertan pérdidas”, aclaran los técnicos del Osiptel. Esta variación en la señal solo puede ser medida con equipos especiales que todas las empresas deberían estar obligadas a utilizar al instalar el servicio, aclara Arellano. 

Osiptel informó que no existen normas que obliguen o sancionen a un operador por no cumplir con un indicador de potencia en la señal, pero el nuevo reglamento de calidad que está preparando puede ser la oportunidad para penalizar fallas en la “disponibilidad de servicio”.

DEMANDA TIENDE A SOFISTICARSE

Mariano Orihuela, director de mercadeo residencial de Claro, asegura que se está notando en los clientes una mayor demanda de calidad en la imagen, lo cual implica tener más canales HD y servicios agregados como Internet de alta velocidad (50 mbps) usando la conexión de televisión. Movistar coincidió con esta perspectiva, en la que afirman haber triplicado su base de usuarios de HD. Direc TV añade que la sofisticación incluso se observa entre los estratos menos favorecidos, para quienes hay productos prepago (a S/.15). 

Los tres grandes empresas coincidieron en que para brindar estos servicios se requiere que la señal llegue en condiciones aceptables, lo cual no es posible si se sobrecargan las centrales. 

El Comercio pudo verificar en pruebas aleatorias residenciales que este problema no solo se presenta cuando un operador ‘vende’ una señal pirata (no pagan los derechos de autor a los canales de TV), sino que incluso los operadores formales (registrados ante el MTC) fuerzan la troncal para no tener que  invertir en montar nuevos postes. A diferencia de la telefonía, la señal de TV no se interrumpe, sino que baja la nitidez y no puedes transportar datos, indispensables para el servicio de valor agregado. 

DATOS

► Pocos reclamos. A pesar de que la señal sufre deficiencias, solo el 0,7% de los reclamos presentados al Osiptel son por este tema. El 90% se deben a problemas en la facturación. 

►Penetración. Según CPI, existe un 70% de penetración en los hogares urbanos de Lima y un 20% en provincias. La zona urbana nacional alcanza una penetración del 55%.