Todos los ojos del sector petrolero están puestos en la subasta internacional del lote 192, primer productor de petróleo del país, cuya buena pro será otorgada el próximo 6 de agosto. La pregunta que todos los petroleros se hacen es: ¿Atraerá el proceso a más de un postor? ¿Qué pasará si ello no ocurre?
Como se sabe, la subasta del lote 192 tuvo que ser aplazada hace dos semanas porque ninguna de las tres empresas interesadas: Perenco, Pacific Rubiales y Pluspetrol – actual operador – presentó sobres con ofertas.
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El fracaso motivó la remoción del entonces presidente de Perú-Petro, Luis Ortigas, y su reemplazo por Rafael Zoeger, ex gerente general de la petrolera BPZ, quien tomó posesión formal del cargo ayer jueves.
En las dos semanas que mediaron entre la suspensión de la subasta del lote 192 y el ingreso de Zoeger, la agencia petrolera realizó una serie de enmiendas a las bases de la licitación (para hacerla más atractiva a los postores) y extendió el plazo para que nuevas empresas y consorcios se sumen a la puja. ¿Son estas nuevas condiciones más atractivas y suficientes para reanimar la subasta?
FACTORES EN CONTRA
Según varios especialistas consultados, el panorama es bastante complicado. En opinión de Carlos Gonzales, gerente general de Enerconsult, las ‘mejoras’ introducidas en el contrato son tan minúsculas que podrían no despertar el interés de las empresas que ya firmaron cartas de intención, y “menos aún de las nuevas”.
Una mejora tiene que ver con la ‘flexibilización’ en el pago de los US$346 millones, que el Estado exige a los postores para cederles los activos del lote.
“Las nuevas bases otorgan un plazo de hasta 20 años para comprar los activos del lote con una tasa de interés anual de 6,25% que convierte los US$346 millones en US$617 millones al valor futuro. ¿Cuál es el sentido de esa supuesta mejora si los postores pueden conseguir créditos más baratos del Banco Mundial o fondos de inversión? Al final, les resultará más rentable pagar al contado que endeudarse a 20 años”, refirió Gonzales.
Otra interrogante no resuelta en las bases es la tarifa de transporte del Oleoducto Nor Peruano, que podría resultar siendo muy onerosa para los postores, sobre todo, en el presente contexto de bajos precios del crudo.
Y otro factor en contra sería la participación de Petro-Perú como ‘socio forzoso’ del postor ganador, con el 25%, exigencia que disuadiría a los postores, según Carlos del Solar, ex presidente de la SNMPE.
VENTAJAS
Pero no todo sería negativo. Víctor Sanz, ex gerente de contratos de Petro-Perú, ve un lado positivo en la subasta y es precisamente la participación de la petrolera estatal.
“La subasta está muy complicada, pero la ventaja es que Petro-Perú podría ayudar a resolver el aspecto más álgido, que es la oposición de las comunidades nativas, que no quieren a Pluspetrol”, dijo.
En su opinión, Petro-Perú podría dar la cara y negociar en nombre de Pluspetrol, “ayudando a que las operaciones tenga menor resistencia”.
“El único problema es que Petro-Perú no tiene experiencia en manejar operaciones petroleras, pero eso se resolvería contratando a una empresa que la ayude a administrar”, señaló.
Hechas las sumas y restas, ¿las empresas se animarán a presentar ofertas? Eso se verá el martes 4 de agosto, día fijado para la entrega del Sobre 1. Si no lo hicieran, el gobierno se verá en la obligación de cerrar el lote, y ello redundará catastróficamente en la producción nacional de crudo y en el canon que recibe Loreto, que se reducirá a cero.
Por ello, una posibilidad es negociar directamente con Pluspetrol, actual operador del lote, para renovar su contrato por otros 30 años.