(Informe El Comercio - IPE). El 15 de noviembre finalizó el plazo para que las empresas depositaran el pago de la Compensación por Tiempo de Servicios (CTS). No obstante, en el país, solamente el 19% de trabajadores recibe este beneficio. ¿Cuántos son y cuáles son sus características? ¿Por qué tan pocos?
▶ Este mes se depositó la CTS: ¿Qué banco, financiera o caja te paga más intereses?
▶ CTS: ¿Conviene invertir el excedente en un depósito a plazo fijo?
LA CTS
La CTS es un beneficio social que las empresas abonan a sus trabajadores para que ellos dispongan de un fondo adicional cuando salgan de su empleo actual. Según la Ley de CTS (Decreto Supremo 001-97-TR), todos los trabajadores sujetos al régimen laboral común de la actividad privada que cumplan una jornada mínima de cuatro horas diarias deben recibir este beneficio.
En cuanto a su valor, la CTS equivale a un sueldo completo mensual por año y se deposita en dos partes iguales –la primera mitad en mayo y la segunda en noviembre–. Para aquellos trabajadores bajo regímenes especiales las reglas son distintas. Así, por ejemplo, la CTS de los trabajadores bajo el nuevo régimen agrario equivale a 9,72% de la Remuneración Mínima Vital (RMV) y se incluye dentro de la remuneración mensual. En tanto, los trabajadores con contratos CAS (Contratos Administrativos de Servicios), en microempresas y trabajadores del hogar están excluidos de la CTS.
TRABAJADORES CON BENEFICIOS
En el país, de los más de 17 millones de trabajadores que conforman la fuerza laboral, solamente 3,2 millones (el 19%) reciben la CTS según la Planilla Electrónica 2019 del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE). Estos son los trabajadores formales dependientes que no laboran en microempresas. Este porcentaje aún se mantiene bajo a pesar de que, en la última década, los empleados formales dependientes se incrementaron a un ritmo anual de 5%, por encima del crecimiento de 1,3% anual del total de la fuerza laboral.
La mayoría de los que reciben CTS (82%) trabaja bajo el régimen privado general, mientras que el 10% lo hace en el régimen agrario. En tanto, una proporción menor labora en la pequeña empresa (3%), régimen de construcción civil (3%) o minero (1%). Según tipo de contrato, el 60% de los empleados con CTS tiene un contrato a plazo fijo, mientras que solo el 33% trabaja con un contrato a plazo indeterminado. La preponderancia de los contratos a plazo fijo en el mercado laboral peruano se debe, principalmente, a la rigidez del despido asociada a los contratos indefinidos debido a una sentencia del Tribunal Constitucional del 2001 en tal sentido.
Para la gran mayoría, sin embargo, la discusión sobre la CTS es irrelevante. En el 2018, más de 12 millones de trabajadores fueron informales y el número probablemente se acerca hoy más a 13 millones. La informalidad laboral implica la falta de reconocimiento de beneficios como el depósito de CTS, gratificaciones, acceso a seguro de salud, entre otros.
DISPONIBILIDAD, DESEMPLEO Y ROTACIÓN
El trabajador puede disponer de forma total de la CTS cuando termina la relación laboral, independientemente de su causa, o retirar la parte del fondo que exceda los cuatro sueldos brutos. De acuerdo a las terminaciones laborales, según el informe de la Comisión de Protección Social, entre el 2010 y 2016, solo el 5,6% de las terminaciones laborales formales se explican por despidos. Por el contrario, las renuncias son la principal causa de las salidas laborales con un 54,6%, mientras que el fin del contrato a plazo fijo explica un 36,5%.
Por otro lado, dicha comisión calcula que tanto hombres como mujeres permanecen, en promedio, 13 semanas sin empleo. Así, la CTS ayudaría a cubrir los gastos de los trabajadores en los casi tres meses y medio que se encontrarían desempleados. No obstante, este tiempo varía según rangos de edad y nivel educativo. Por ejemplo, la duración del desempleo en los menores de 21 años alcanza las 18 semanas, mientras que entre los 31 y 44 años es de 12 semanas. Asimismo, las personas con solo educación primaria permanecen, en promedio, 17 semanas sin empleo. En cambio, aquellas con educación universitaria registran la menor duración con tan solo ocho semanas.
Respecto al desempleo juvenil, Pablo Lavado, investigador principal del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico (CIUP), enfatiza que, considerando que solo tres de cada diez jóvenes cursan educación superior, la implementación de la secundaria técnica les permitiría adquirir desde un inicio los conocimientos que las empresas demandan.
Finalmente, otra de las características del mercado laboral peruano es la alta rotación laboral, ya sea por decisión propia o ajena. Según la Asociación Peruana de Recursos Humanos, hacia el 2014, la rotación laboral en el Perú superaba el 18%, mientras que en América Latina se mantenía entre 5% y 10%. Según Lavado, ello genera mayores costos para las empresas debido a que constantemente tiene que incurrir en gastos de contratación. Además, afecta a los trabajadores porque genera desincentivos a la inversión en su capacitación y tiene consecuencias negativas sobre la productividad.