El debate por la aprobación del Presupuesto Público 2023 entró en su etapa final y, en la Comisión de Presupuesto del Congreso, surgió una nueva diferencia entre los congresistas y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Una para la cual -en opinión de exministros y expertos- el MEF no ha adoptado una defensa apropiada de su proyecto.
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La discusión
Fue el pasado lunes 21 de noviembre cuando el presidente de la Comisión de Presupuesto del Congreso, José Luna Gálvez, dio cuenta de un oficio remitido por el MEF en respuesta a una carta que envió el Congreso. La referida comisión del Legislativo solicitó opinión formal sobre propuestas normativas que se pretenden incorporar en el texto del Presupuesto Público 2023.
Frente a ello, el MEF adujo en el oficio que desde que el proyecto de Presupuesto es presentado ante el Legislativo, no tienen competencia para disponer, determinar o decidir la inclusión de propuestas normativas. “En la presente etapa del debate por la aprobación del Presupuesto2023, no corresponde al Ministerio de Economía determinar la inclusión de proyectos normativos en el dictamen de la citada ley”, se señala en el oficio.
Dicha posición fue reiterada por el propio ministro Kurt Burneo durante la sesión del lunes. “Estaríamos usurpando funciones que no nos corresponden. No corresponde al MEF hacer una respuesta formal y oficial a estos pedidos porque está fuera de nuestras competencias”, sostuvo.
No obstante, el MEF sí ha señalado en el oficio enviado a la Comisión que “la distribución y asignación del Presupuesto Público es exclusiva del Ejecutivo” y que, respecto a las propuestas normativas que se buscan agregar al dictamen, se debe considerar “que la viabilidad de las mismas debe sujetarse necesariamente a los aspectos previamente detallados y por ende no generar mayores gastos, respetando el principio de equilibrio presupuestario”.
Un mal mensaje
Para el exministro de Economía, Carlos Oliva, el actual MEF comete un error al no defender su propuesta de Presupuesto Público 2023.
“El MEF no se puede poner de costado y decir que al enviarlo ya no tiene competencias. El MEF, en coordinación con la Comisión de Presupuesto, debe tratar de bloquear técnicamente iniciativas de gasto que no tengan sustento. Si bien ya cumplió su rol al enviar el proyecto al Congreso, en la práctica tiene que defender sus leyes”
Carlos Oliva, exministro de Economía y presidente del Consejo Fiscal
La defensa del proyecto, en opinión de Oliva, resulta relevante teniendo en cuenta que el Ejecutivo plasma en él sus políticas y prioridades de gasto para el 2023. “Por poner un ejemplo, el MEF debe defender su presupuesto para Educación si es que se quiere reordenar su gasto. Es toda una estrategia y por ello es que hay un debate que se extiende por tres meses. Ninguno tiene por qué avasallar al otro”, aseveró.
Cabe señalar que, durante la sesión en la Comisión de Presupuesto del lunes, el congresista José Luna Gálvez defendió su solicitud de opinión formal al Ejecutivo señalando que “todo proyecto de Economía o Presupuesto requiere opinión del MEF”.
Sobre ello, Oliva advierte que no es una obligación legal. “No se requiere la opinión firmada, pero lo lógico es que el MEF opine. Si le preguntan, el MEF tiene que responder por sus leyes. Otro punto importante es que el MEF sostiene que tiene competencia sobre la distribución y asignación del Presupuesto y no es así. Lo que es exclusivo y excluyente del MEF es el techo del gasto”, agregó.
Como se recuerda, el proyecto de Presupuesto Público 2023 considera más de S/214.790 millones. El monto, en términos nominales, registra un avance del 9%. Es decir, representa la tasa de expansión más alta de los últimos cinco años.
Riesgos
Para Elmer Cuba, socio de Macroconsult, también resulta inédito el mensaje del actual MEF frente al proyecto de Presupuesto. “No tengo memoria que haya pasado algo así en los últimos 20 años. Es un punto más de la debilidad institucional, tanto del Ejecutivo como del Congreso, que no logren un punto de acuerdo. Esto refleja, de un lado, debilidad de parte del Ejecutivo y, de otro lado, cierto abuso de las facultades del Congreso de imponer cambios a su manera”, agregó.
Cuba considera que los cambios que pretende el Congreso no son peligrosos para las cuentas fiscales, toda vez que el Congreso no puede elevar el techo de gasto. “Lo que puede hacer el Congreso es reorientar el gasto y el riesgo es reorientar las políticas públicas. Si eso se cambia mucho, no se cumplen las políticas del propio Ejecutivo. Además, se generarían suspicacias de las decisiones que toma el mismo Congreso para favorecer a determinados gobiernos locales”, dijo.
El MEF ha señalado que los pedidos que presentó el Congreso comprendían más de 400 propuestas normativas, de las cuales más de 200 corresponden a medidas remunerativas, cuyo costo ascendería a más de S/ 9.000 millones. Asimismo, existían 100 propuestas que implican otras demandas adicionales no presupuestadas, pedidos de transferencias de partidas y/o modificaciones presupuestarias, entre otras medidas.
Asimismo, solicitaron la inclusión de más de 500 inversiones con un costo aproximado de S/ 8.000 millones. Con lo cual, según precisa el MEF, se trata en su totalidad de solicitudes por al menos S/17.000 millones que no cuentan con el financiamiento correspondiente.
Cuba recuerda también que este hecho, sumado a la reciente interpretación del Tribunal Constitucional sobre la capacidad de gasto del Legislativo, hacen un daño a la labor del MEF.
“Si bien el Tribunal mediante un comunicado se ha retractado sobre su interpretación en contra de la fortaleza fiscal, en verdad se ha debilitado al MEF porque se ha señalado un camino que si no lo sigue puede estar sujeto a sanción política”
Elmer Cuba, socio de Macroconsult
A su turno, Carlos Casas, exviceministro de Economía y profesor principal de Economía de la Universidad del Pacífico, recuerda que el MEF debe intervenir en las discusiones de presupuesto para evitar, por ejemplo, un incremento desmedido del gasto corriente.
“Si todo va a ser incrementos salariales, es bastante complicado porque es gasto corriente. Una vez que sube el gasto corriente, no se puede bajar. Eso genera problemas en el futuro porque se va a tener que reasignar el presupuesto y recortar cosas que deberían de hacerse. Ir por el lado remunerativo con muchas iniciativas sin ningún control y sin opinar, es cederle la alternativa al Congreso en un contexto donde ello no es deseable. La situación fiscal es buena, pero no podemos permitir que se deteriore”, advirtió.