El fin de año situó a José Manuel Hernández en una triple encrucijada: el estrés hídrico que no da tregua a los cultivos, la incertidumbre del avance de la construcción de la tercera etapa de la irrigación Chavimochic y la situación “complicada” de Agrobanco.
— ¿Qué diagnóstico hace del estrés hídrico?
Estamos afrontando un problema severo de sequía. En algunas zonas del norte ya ha comenzado a llover. Sin embargo, en la zona sur es severa. Hay 18 regiones declaradas en emergencia, 1,8 millones de hectáreas de cultivos anuales o transitorios expuestos.
— ¿Qué medidas han tomado ante la emergencia?
Con los gobiernos locales hemos comenzado a trabajar fichas técnicas para inversión en rehabilitación inmediata de pozos o equipos de bombeo. En el subsector pecuario, se han distribuido pacas de alimentos y kits de herramientas. No se ha podido trabajar con todas las regiones al mismo tiempo. Algunas no han presentado fichas. Me imagino que lo harán esta o la próxima semana porque el período de emergencia aún continúa.
— En esta situación de estrés, ¿cuánto hay de impredecible y cuánto de oportunidad para mejorar la gestión del agua?
La afectación se ha dado porque la mayoría de los reservorios tenía menos del 35% de su capacidad. Eso nos llevó a limitar los cultivos de alta demanda hídrica, como el arroz. Y también a establecer protocolos de acción rápida para el estrés hídrico.
— Se investiga a Odebrecht por corrupción en obras de infraestructura. ¿Cuál es el futuro de la irrigación Chavimochic en la que el grupo participa?
Hay incertidumbre porque ellos empezaban en enero, para continuar las obras que estaban paralizadas. Ahí se ha avanzado bastante en la presa pero no se ha hecho nada del canal madre que llegaba a Paiján. Ojalá que los problemas que tiene Odebrecht en este momento, que es el socio principal de ese consorcio, no vayan a afectar la estructuración financiera que estaban buscando. Si eso fuera así, habría algún problema. Por nuestra parte, me refiero al gobierno, se le da dado todas las facilidades, se ha llegado a todos los acuerdos para que en enero continúen la obra que había sido paralizada.
— En Agrobanco también han advertido irregularidades, según informó a este Diario su presidente Richard Hale.
Sí, efectivamente. No es posible que 35 grupos o empresas tengan gran parte de la asignación de créditos que hizo y 11 de ellos una cartera pesada, y uno de ellos más de S/60 millones como préstamos. Cuando hemos revisado toda la documentación, muchos de ellos no tienen la garantías suficientes para sustentar los créditos que han recibido.
Por otro lado, se los han otorgado vulnerando algunos parámetros del reglamento del mismo Agrobanco. Entonces, ahí tenemos que arreglar. Que hay culpables, de todas maneras hay culpables y eso lo vamos a establecer y presentar a la prensa la segunda semana de enero. Tenemos toda la información.
— ¿Cuál es su estrategia?
Agroabanco debe ser un banco de desarrollo para la pequeña agricultura. Ahí nos tenemos que enfocar. Para eso hay que adecuarlo bien y sanear su economía.