El Ejecutivo autorizó –vía decreto de urgencia (DU) 104-2020– una transferencia por S/13,5 millones al Ministerio de Cultura (Mincul) para financiar actividades vinculadas con el fomento de la lectura y el sector editorial.
Pedro Villa, director de contenidos y relaciones institucionales de la Cámara Peruana del Libro (CPL), saludó que se concrete finalmente esta transferencia, pero criticó la demora, pues esta debía darse a inicios de año.
En octubre del 2019 se publicó el decreto de urgencia 013-2019, que establece incentivos para el fomento de la lectura y el libro. En detalle, el artículo 2 de esta norma establece que se asigne anualmente S/16 millones para fomentarlo.
Sin embargo, el DU 104-2020 especificó que se suspende la realización de la Encuesta de Lectura, gasto que estaba incluido en los S/16 millones. Villa explicó que esto explicaría la diferencia de los S/2,5 millones que no se transfirieron.
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Asimismo, el ejecutivo destacó que la norma realiza una modificación –en este contexto de crisis– para dejar sin efecto un artículo del DU del 2019 que limitaba destinar más del 50% de estos recursos a una sola actividad.
“Se podrá destinar gran parte para adquirir libros y dinamizar de algún modo el rubro y seguir reactivando. Sin embargo, el hecho de que haya libros en las bibliotecas a un costo cero tiene un impacto social fuerte”, mencionó Villa en diálogo con El Comercio.
PÁGINAS ROJAS
La inyección de estos recursos son relevantes en un contexto en el que, al cierre de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Lima –que significa hasta el 50% de las ventas de algunos negocios–, se habrían facturado S/2 millones, un 10% de lo anotado en el 2019, dijo Villa.
“Ha sido un golpe fuerte para el sector. En un primer momento [se vio] con la paralización de la cadenas de pagos. Se sufrió el detenimiento casi total de las ventas. La FIL ha sido un momento bueno porque se ha vendido, pero se ha visto una retracción. El año pasado vendimos S/20 millones y este solo S/2 millones”, indicó Villa.
Si bien el impacto se siente en todo el rubro, en algunos segmentos es más agudo, como entre independientes (es decir, que no pertenecen a grupos económicos), indicó Guillermo Rivas, socio gerente de Books& Co y dueño de Book Vivant.
“La vulnerabilidad es proporcional a la capacidad económica de cada empresa”, explicó y detalló, además, que el 80% de este ecosistema estaría funcionando en la actualidad.
Una de las principales dificultades –acotó– responde a que se vienen aplicando políticas comerciales agresivas, a propósito de que se buscan incrementar las ventas en paralelo a que las personas han perdido poder adquisitivo. Pero la propia estructura de los independientes les impide entrar a esta guerra de precios.
“La debilidad de este segmento responde a las políticas comerciales a partir de la restricciones [por el estado de emergencia]. Como el poder adquisitivo ha bajado se apunta a las estrategias de los precios, es decir, más descuentos. Esto finalmente termina afectándonos porque no podemos entrar a competir. Nosotros no ganamos por vender volúmenes de un título, sino por darle valor a los proyectos. Si hacemos esos descuentos tenemos que cerrar al día siguiente”, replicó Rivas.
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Villa, de la CPL, estimó que este año las ventas caerían en 50% interanual. En tanto, Rivas dijo que diciembre ayudaría a mitigar este cierre en rojo.
“Esto significaría un retroceso del sector de 10 años que, además, tendrá una recuperación lenta”, indicó Villa.
REINVENCIÓN
Rivas acotó que -pese al entorno adverso- la tendencia a la lectura ha crecido, pues las personas tienen ahora más tiempo para esta actividad al permanecer más tiempo en casa.
En esta línea, comentó que las actividades que organizan (clubes de lectura, conciertos, entre otros) han sido bien recibidas mediante las plataformas en línea.
“Nosotros organizábamos en nuestra librería, a la semana, cuatro eventos: dos clubes de lectura, una sesión de lectura mientras catamos vino y un concierto. Con la pandemia, seguimos con los clubes y nos sorprendimos porque crecimos un 20%. Incluso, uno de los beneficios fue que muchas de las sesiones terminaron con la participación de los autores de los libros. También hacemos vía digital la cata semanal. Ahora, con los conciertos empezamos la semana pasada. Antes de la pandemia llegábamos a las 30 personas en promedio, a veces el máximo era de 50, pero en el último concierto online alcanzamos las 24 personas. Un éxito para nosotros considerando las restricciones”, contó Rivas.
Por su parte, Villa, de la CPL, indicó que en la FIL impulsaron una plataforma de e-commerce para los vendedores.
“Es un proceso de aprendizaje para muchos [vendedores], pero necesario al fin”, indicó.
OTROS DATOS
- En años previos este sector habría alcanzado los S/400 millones de ventas en promedio. Pero aún no se tiene el registro del 2019.
- El segmento independiente estaría operando al 70% de los niveles previos a la pandemia.
- Este año se iba a realizar la encuesta de lectura, pero se pospuso por la crisis sanitaria. No se actualiza desde el 2004. “Cuando hablamos del sector, hablamos de data de hace 16 años. Y esto es básico para la implementación de políticas”, indicó Villa.
- En menos de un mes (el 10 de octubre del 2020) vence la extensión de la exoneración del Impuesto General a las Ventas (IGV) a la importación y/o venta en el país de los libros y productos editoriales.
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