El grupo Pro-Ucayali, conformado por ejecutivos de grupos empresariales como DyC, Añaños, Backus, Casa Andina, Costa del Sol, entre otros, se han propuesto poner en valor el potencial económico de la selva peruana, partiendo por el desarrollo de plantaciones forestales en áreas desforestadas.
Según dijo a El Comercio Samuel Dyer Ampudia, presidente del grupo, el plan es impulsar a modo de proyecto piloto el desarrollo forestal de 51 mil hectáreas, replicables en hasta 10 zonas diferentes de la Amazonía.
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De acuerdo a estimaciones del grupo, el volumen aserrado permitiría suplir la demanda local, proveniente hoy de unas 400 mil hectáreas. Aunque identificaron que se podrían instalar hasta 300 especies maderables, la especie priorizada en un inicio sería el eucalipto debido a su demanda. “Es un negocio de larguísimo plazo. Hay que experimentar”, dice sobre la oportunidad que representa el resto de especies.
En un radio de 100 kilómetros de cada zona de plantaciones, el plan prevé asimismo la construcción de un parque industrial que permitiría procesar al cien por cien la madera y fabricar puertas, triplay, celulosa y madera prensada y aprovechar los residuos para generar energía. De acuerdo al estudio elaborado por el grupo, la inversión en el parque ascendería a alrededor de US$500 millones.
Según el grupo, en el Perú se podrían reforestar hasta 6 millones de hectáreas, incluyendo áreas de la Amazonía y la Sierra. De esta manera, en un plazo de treinta años la actividad permitiría generar el doble de aporte del sector forestal al PBI de Chile, apuntó Dyer. “El sueño es impulsar esto y que en treinta años el sector compita con la minería”, afirmó.
Junto a la forestación, el grupo advierte que existe potencial para desarrollar la acuicultura y el turismo, así como la extracción de petróleo y gas. “No estamos opuestos a eso. Pero queremos que todo eso se desarrolle con buenas prácticas, con absoluto e irrestricto respeto al medio ambiente. Queremos ser intolerantes con los depredadores del medioambiente”, sostuvo.
UN TREN “ECOLÓGICO”
El mayor cuello de botella del proyecto -el traslado de la madera a la costa- sería sorteado con la construcción de un tren “ecológico”. “Cuando lleguemos a 400 mil hectáreas de aquí a 10 años, ¿qué hacemos con la madera? Imposible exportar por los costos. Entonces, vamos a lanzar la idea al gobierno que necesitamos el tren ecológico”, indicó Dyer.
Según el ejecutivo, el tren partiría de Cruzeiro do Sul (Brasil) a la costa piurana, con Bayóvar como opción de destino final, y el traslado de soya desde la Amazonía al Atlántico facilitaría la viabilidad económica del proyecto. “Solo con la soya se construye el tren. Ellos tienen un flete de US$150 por tonelada por el Atlántico y por aquí de US$50”, dijo.
Respecto al calificativo de ecológico, explicó que con esta opción buscan descartar la posibilidad de construir carreteras para el traslado de la madera que devengan en deforestación. “(El tren) solo va a cargar madera cultivada”, destacó.
No obstante, según el perfil del ferrocarril – que ya estaría listo, según indicó Dyer- este atraviesa al menos 100 kilómetros de selva virgen. El grupo reconoce que este factor no estará exento de discusión y que implicará una negociación con las autoridades.
De acuerdo al grupo, el tren permitiría reducir los costos de transporte a la costa por tonelada de madera de US$80 hasta US$10.
¿Y el resto de las materias primas? El empresario reconoce que el tren, al pasar por el norte del Perú, también podría ser empleado para transportar minerales. “También va a favorecer la minería”, dijo.
LARGO PLAZO Y POLICÍA FORESTAL
Para impulsar el plan, el grupo demanda la creación de un marco jurídico específico, con incentivos de largo plazo, que podrían inspirarse en la Ley de Promoción Agraria, cuya extensión más allá del 2021 está en debate en el Congreso de la República. Al respecto, Dyer destaca el rol de los incentivos en Uruguay y Chile, que soportaron los costos de inversión iniciales de la industria.
Los empresarios también señalan como prioritaria la titulación de las tierras en la Amazonía así como la inversión en una fuerza policial forestal equipada y el apoyo de las Fuerzas Armadas para frenar la deforestación.
El Grupo ha calculado que en los últimos 50 años el Estado ha invertido sin éxito en forestación entre U$1.000 millones y US$1.200 millones a través de las instituciones promotoras de la actividad. “El 60% del territorio (del Perú), que es Amazonía, cuenta con 40 mil hectáreas (de plantaciones forestales). La tragedia (es que) ninguna es rentable”, sostuvo.
La propuesta del Grupo Pro Ucayali busca cautivar el apoyo de más empresarios pequeños, medianos y grandes. Para esto, el grupo organizará el 4 y 5 de octubre próximo junto a la Cámara de Comercio de Ucayali y el resto de las cámaras de comercio de la selva el I Congreso Empresarial Amazónico. La intención es celebrar el evento cada año en las diferentes regiones que cuentan con territorio amazónico.