En abril, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) preveía un crecimiento de 4,2% de la economía peruana en el 2019. Sin embargo, a fines de noviembre redujo su proyección a 2,6%. Conversamos con Diego Macera, gerente general del Instituto Peruano de Economía (IPE), respecto a cómo impacta la desaceleración de la economía a los ciudadanos.
►Economía peruana: Crecimiento aceleraría en el 2020, pero todavía con motores débiles
►¿Cuáles son las entidades públicas con mejor desempeño en el Perú?
¿Considera que la cifra al cierre del 2019 estará por encima o por debajo de la cifra que estima el MEF?
Las últimas proyecciones independientes apuntan a un cierre un poco por debajo de la estimación oficial. Según el MEF, es 2,6%; en el mercado, debe estar lo más cercano a 2,3%. En el IPE hicimos una proyección hace dos meses, y [el crecimiento económico para el 2019] se ubicaba en 2,5%. Hay algunos que incluso ponen el crecimiento del 2019 en 2%, aunque eso de repente es un poco tirado al lado pesimista. Décimas más, décimas menos, el resultado es que va a ser un año de crecimiento bastante mediocre.
¿A qué se debe que la economía no haya crecido como lo tenía previsto el MEF a inicio de año?
Ha habido algunos sectores que no se desempeñaron como se esperaba. En la primera mitad del año, no le fue bien al sector primario. No ha sido un buen año para la minería ni para la pesca. Tampoco para el sector manufactura. El entorno internacional tampoco ayudó. El 2019 ha sido un año en el que el mundo ha estado reduciendo las proyecciones de crecimiento. No hemos sido el único país que ha reducido proyecciones, han sido varios. En general, esto tiene que ver con dinámicas de cada país, pero también tiene que ver con la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y la desaceleración de la manufactura en Europa y en Asia. Son diversos los componentes globales que jalan a la economía nacional para abajo. Pero, aún así, yo me animaría a decir que la principal culpa es interna. No creo que no hay excusa internacional, fiscal ni monetaria que valga para tratar de explicar que el Perú esté creciendo a 2,5%. Es absolutamente insuficiente y tenemos todavía demasiadas brechas como para habernos desacelerado tan rápido.
¿El enfrentamiento entre Estados Unidos y China por qué afecta tanto a el Perú?
Para comenzar son nuestros socios comerciales más importantes. Estados Unidos y China son los países con los que más comerciamos. El enfrentamiento entre estos dos países trasciende por largo y tiene un impacto en las cadenas de valor de todo el mundo. Lo que termina sucediendo [con este enfrenamiento] es esta ralentización del comercio global por la incertidumbre, por los nuevos aranceles y la expectativa por estos. Si el mundo se mueve de forma incierta, los precios de minerales, sobre todo el cobre, van a la baja. También impacta de manera negativa en la demanda de algunos de nuestros productos agrícolas.
¿Cuál fue el impacto de la crisis política y judicial en la economía peruana?
Los canales acá son diversos. En general, infraestructura es el sector que ha sido particularmente más golpeado por las revelaciones de los escándalos de corrupción. Además, el 2019 fue el primer año en el cargo de los gobernadores regionales, alcaldes provinciales y distritales. Por ello, se esperaba que inversión pública no sea muy buena.
La crisis política es otro punto. No ha habido mucho espacio para hablar de otra cosa. La agenda pública ha estado concentrada en que el destape de acá y el escándalo de allá, por lo que se requiere limpiar ello con transparencia. Sin embargo, esto sí ha desviado la atención de problemas de gestión pública que son urgentes. Problemas como la seguridad ciudadana, la calidad de la educación, calidad de salud, el crecimiento del empleo formal, etc. Estos temas no han estado mucho en agenda pública porque esta se ha centrado en estos otros temas tan importantes y cruciales.
El tercer punto es que todo este ruido político tiene un correlato en las expectativas de las personas que van a comprar un bien que dura mucho tiempo y las expectativas de los empresarios. Entonces, sí tienes una correlación bien clara entre el movimiento político en incertidumbre y la voluntad de los empresarios a invertir sobre todo en activos no mineros y eso se siente en el mediano plazo, se traduce en empleo y en menores ingresos.
¿Cómo afecta el enfriamiento de la economía al bolsillo de los ciudadanos?
La manera más directa es a través del mercado de empleo. Cuando la economía no se mueve mucho, sobre todo [por un bajo dinamismo] de la inversión privada, el número de empleos no crece al ritmo que quizás podría crecer. Lo que también ha pasado es que no se han generado nuevos puestos de trabajo para absorber a la gente que está entrando a la economía y los salarios tampoco se han incrementado. Este año el empleo formal debería crecer más o menos 3%.
Pero para darnos una idea de qué significa que el empleo formal crezca 3%, hay que tener en cuenta que todos los años entran a la economía más o menos 250.000 personas que salen del colegio o de la universidad para trabajar. De esos 250.000, la pregunta es: ¿cuántos de ellos podrán conseguir un trabajo formal o informal cuando se incorporen a la PEA? Nosotros tendríamos que estar creciendo al 4% para absorber a estos nuevos integrantes a la PEA para absorberlos en la formalidad. Eso sin tocar el flujo. Necesitaríamos estar creciendo muchísimo más de lo que lo estamos creciendo hoy en día para absorber a los nuevos en la economía.
La titular del Ministerio de Trabajo, Sylvia Cáceres, ratificó la semana pasada que el Ejecutivo aumentará el sueldo mínimo en el primer trimestre del 2020. ¿Cuál es el impacto de aumentar el sueldo mínimo?
Hay que empezar a quitarnos la idea de que los sueldos se suben por decreto. Los sueldos dependen de la productividad de los trabajadores, por ende los sueldos aumentan si es que esta se incrementa. Por otro lado, no es más del 5% de la Población Económicamente Activa (PEA) el grupo de trabajadores que están en el sector formal dependiente y que reciben salario mínimo. La PEA es alrededor de 18 millones de personas. Solo ese 5% podría ver sus ingresos mejorados en la proporción que diga la ministra.
¿Quiénes se podrían ver perjudicados si se incrementa el sueldo mínimo?
Ningún empleador va a contratar a alguien cuyo salario es más alto que lo que produce. Si yo te pago S/1.000 y tú me produces S/800, entonces estoy perdiendo plata. El problema de fondo sigue siendo la productividad. La evidencia dice que quienes normalmente salen perjudicados tras un aumento del salario mínimo, son quienes no pueden conservar el trabajo que tienen o quienes les es más difícil conseguir uno formal. Los grupos vulnerables suelen ser los jóvenes, personas con un menor nivel educativo, y en cierto aspecto las mujeres.
¿Cuáles son las perspectivas de crecimiento económico para el próximo año?
En el IPE el cálculo que tenemos al 2020 es de 3,2%. Hay otros analistas independientes que sus cálculos están un poco por debajo de eso, están en 3% e incluso, 2,5%, que quizás son los más pesimistas.
► Pregunta del público
La productividad se incrementa año a año, pero los sueldos se mantienen congelados. ¿Por qué?
Considero que no es verdad que los sueldos estén congelados. Si uno mira la línea de tiempo de los últimos cinco o diez años, los salarios reales y nominales han ido subiendo. El tema es que hay una demanda legítima de expectativa porque suban más y más rápido. Eso es perfectamente natural y normal. Estamos en un país en donde los salarios podrían estar creciendo más y más rápido. No lo logramos porque estamos creciendo hoy a tasas del 2% a 3% cuando deberíamos estar de 4 a 5%. Cuando el Perú crecía a tasas de 5% para arriba, se veía un dinamismo en los salarios mucho más fuerte.