"El superintendente imposible", por Gonzalo Carranza

El próximo gobierno tendrá un gran reto en encontrar un nuevo líder para la SBS que genere consenso y concrete la agenda pendiente. 

INCUESTIONABLE
“En el BCR, Julio Velarde está por encima del bien y el mal. Se necesita lo mismo para la SBS”, afirma una fuente allegada a esta entidad. Es decir, no solo se requiere que el próximo superintendente sea un experto en banca y finanzas, sino también que tenga credenciales profesionales y éticas más allá de todo cuestionamiento. Además, dado el marco institucional de la SBS, debe manejar adecuadamente la elevada discrecionalidad que tiene el cargo y, a falta de un gerente general, ser un eficiente gestor.

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ÁRBITRO
Cuando le pregunté a Schydlowsky por el balance de su gestión, lo primero que mencionó fue que se había avanzado mucho en protección del consumidor. El celo puesto en este tema, sobre todo al inicio de su gestión, probablemente pecó de excesivo. El rol de la SBS es garantizar la estabilidad del sistema financiero y, por ello, su líder debe asumirse como un árbitro entre empresas y consumidores. El discurso de Schydlowsky hoy es que el sistema no es sostenible con consumidores descontentos. 

TECNOPOL
Entre el superintendente y sus críticos existe consenso en que el puesto resulta eminentemente técnico. “La regulación bancaria es un ejercicio de filigrana”, me dijo Schydlowsky. Sin embargo, el próximo superintendente también debe tener olfato político. Schydlowsky no fue un buen negociador ni un comunicador efectivo. Tampoco supo leer la coyuntura: aún le sorprende “el chongo y medio” que generó la prepublicación de las tablas de mortalidad; “en el 2010 pasaron desapercibidas”, argumenta. Cuando le recordé que, entre ese año y el 2015, los cuestionamientos a las tablas se habían metido de lleno al debate previsional, me respondió con un largo suspiro. “Hay muchos mariscales después de la batalla”, me dijo con resignación.