Si algo nos deja en claro la crisis sanitaria actual, entre cambios y adaptaciones, es que ya es hora de innovar en la forma en la que hacemos negocios. Existen diversas maneras en las cuales nos podemos adaptar a los nuevos comportamientos, en especial desde los sectores financiero y comercial; sin embargo, quizás la opción más urgente en la actualidad es migrar, incursionar o transcender nuestra experiencia en el comercio digital.
Según AMI, para 2021, este sector mostraría un crecimiento de hasta el 35% en Latinoamérica, mientras que, en Perú, la Cámara de Comercio de Lima y la Cámara Peruana de Comercio Electrónico revelaron que, en estas últimas semanas de cuarentena, el comercio electrónico en el país creció un 31% respecto al 2019.
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Entonces, ¿es por esto que es importante que nuestros negocios se digitalicen? Sí, pero no es la única razón. Si bien la evolución del e-commerce y las oportunidades de crecimiento que ofrecen las plataformas digitales evidencian la necesidad de pasar por una transformación digital o no; la motivación más importante para hacerlo debe de ser siempre nuestro público final.
La sociedad, hoy en día, y dada la situación que estamos pasando, demanda cada vez más opciones de consumo digitales, tanto a sus bancos como a sus comercios favoritos. Esto es una consecuencia directa de los beneficios que el e-commerce trae para los consumidores: una mejor experiencia de compra sin importar dónde estés, el uso de tecnologías de pagos digitales más seguras, el acceso inmediato a nuevos productos, y la gratificación subsecuente de poder obtenerlos con tan solo un click. A esto le sumamos las expectativas del consumidor frente a la experiencia post venta.
Así, se espera que para el 2024 existan 75 mil millones de dispositivos conectados en el mundo; junto con un 75% de penetración de smartphones a nivel global. Además, podemos observar ya un rápido incremento en la popularidad de distintas plataformas virtuales como Netflix, Spotify, Amazon, Rappi o Uber, en diversos sectores de la economía, así como el constante ingreso de nuevos actores digitales que pueden ganar relevancia a una velocidad muy acelerada. Todo esto, sumado a la ya mencionada creciente demanda del consumidor por una opción online, ayuda a entender la necesidad de la digitalización de los sectores financiero y comercial. Más aún, el incursionar en lo digital, con tecnologías adecuadas, permitiría que los comercios sean capaces de reducir los niveles de fricción y fraudes en las transacciones de sus usuarios; aumentando niveles de seguridad y aprobación.
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Sin embargo, para lograr esto es ideal seguir un camino que asegure la efectividad y el éxito digitales. Por ello, es importante tener en cuenta una serie de pilares que, desde el sector financiero, pueden ayudar a los comercios a preparar mejor el terreno:
1. Velar por la segura actualización de números de tarjeta para sistemas de cobro automático online, mediante el uso de tecnologías como el Actualizador de Facturación Automática (ABU).
2. Fomentar el uso de nuevas tecnologías de autenticación virtuales, como códigos privados 3D Secure Code y verificadores de identidad digitales, cuyo propósito sería el de poder asegurar que el comprador o compradora es realmente quién dice ser.
3. Asegurar las credenciales de los usuarios, brindando nuevos métodos de pago que sean continuos y seguros, y aceleren el proceso de finalización de compra, como el Click to pay o la habilitación del uso de billeteras digitales. Además, implementar la tokenización, lo que permitiría que se disfrace el número de la tarjeta de crédito o débito, o PAN.
4. Incrementar las medidas de control de fraudes, a través del uso de inteligencia artificial con softwares de Decision Intelligence que verifican de manera más holística las transacciones hechas por los usuarios para asegurarse de que no sean falsas.
Empresas, como Mastercard, ya utilizan este tipo de tecnologías que velan por la ciberseguridad y la rapidez de compra, como el MasterCard Digital Enablement Service. Además, existen otros métodos, como el mencionado Click to Pay, que buscan asegurar la agilidad del proceso post compra en las plataformas web de los comercios. Por lo que aquellos negocios que busquen entrar al mundo del e-commerce, idealmente, deberían contar con el soporte tecnológico mencionados. Mientras que es la responsabilidad del sector financiero el ponerlas a su disposición de manera accesible, fácil y efectiva.
Estamos ante una realidad en la que las transacciones digitales y por voz pronto superarán a las físicas. Se prevé que en los próximos tres años el usuario peruano esté digitalizado y recurra a estas tecnologías y métodos con mayor frecuencia y prioridad que al uso de efectivo para realizar pagos y demás procesos financieros. Pronto todos los dispositivos estarán conectados y el público buscará opciones virtuales rápidas y seguras para manejar sus finanzas; es ahí donde se presenta el reto para el sector financiero de adaptarse al cambio.
Toda crisis puede verse de dos formas. Y, en este caso, es hora de que tomemos esta, desde el empresariado, como una fuente de oportunidades de mejora y crecimiento, de que ayudemos a la reactivación de nuestros negocios, y de que busquemos la seguridad e inclusión financiera en todo nuestro país.
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