La pandemia mostro crudamente nuestras carencias de salud, educación e infraestructura. Tuvimos que admitir la derrota frente a la informalidad y la desigualdad que arrastramos, a pesar de décadas de crecimiento económico. Viviendo en una sociedad escasa en valores y ciudadanía. Las grietas son profundas y se extienden por los poderes del estado: la ineficacia, la corrupción y el populismo.
El CADE 2020 plantea que en esta crisis hay una oportunidad para un nuevo comienzo. ¿Cómo? Haciéndolo diferente. Ya sabemos que no podemos esperar un resultado distinto si seguimos haciendo lo mismo.
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Nos toca dejar de aferrarnos a nuestras formas de pensar, actitudes y soluciones de siempre. Nos corresponde adoptar un liderazgo consciente, empático y ético, cuyo compromiso sea construir un Perú de oportunidades para todos, y no solo para algunos. Debemos darles un propósito a nuestras empresas, y generar valor para todos sus grupos de interés –los clientes, los trabajadores, los proveedores, la sociedad y el planeta– , y no solo rentabilidad para sus accionistas.
Aspiremos a sentirnos orgullosos de ser un país de empresarios grandes, medianos y pequeños, competitivos y exitosos, pero también al servicio de la solución de nuestros problemas sociales. ¿No es momento, acaso, de convertirnos en verdaderos aceleradores de nuestro desarrollo?
El laberinto burocrático de normas, reglamentos y leyes absurdas limita la reactivación, y destruye la capacidad de las empresas peruanas para innovar, reinventarse y salir fortalecidas de esta crisis. Y si bien la mayoría de los empresarios lucha por mantener a flote sus empresas y preservar el empleo –y muestra solidaridad con la población–, los esfuerzos se van al agua porque la sociedad no les cree. Se sigue estigmatizando al empresario con el sello del mercantilismo.
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El CADE 2020 es el espacio catalizador para ejercer un liderazgo activista.
Participemos de un diálogo sobre una gobernabilidad y una institucionalidad que parecen haber llegado a su punto más bajo. Deslindemos con firmeza de la corrupción. Construyamos confianza y exijamos respeto, reglas claras y condiciones para atraer la inversión. Hagamos frente al populismo.
No podemos esperar a tener un Estado funcional, articulado y efectivo para poner las piezas en su lugar. El CADE 2020 propone juntar nuestras capacidades para cerrar las brechas sociales más urgentes y resolver nuestras fallas estructurales (esas que develó la pandemia). Propone que aprendamos –por fin– a hacer sinergias y dejar de lado el individualismo, y entender que, en un entorno de prosperidad y bienestar, todos ganamos.
El CADE Ejecutivos 2020 también es electoral. Es una ventana para que todos los peruanos conozcamos los planes de gobierno de los candidatos presidenciales y sus posiciones sobre las políticas públicas estratégicas para el desarrollo del país.
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El mundo hizo un alto para propiciar un despertar de la consciencia en la humanidad. El CADE Ejecutivos 2020 será también un alto –el 17, el 18 y el 19 de noviembre– para que los líderes del sector privado, el sector público y la sociedad civil reflexionemos y definamos juntos como construir un Perú de oportunidades para todos.
No desperdiciemos este nuevo comienzo. Pero, esta vez –sí–, hagámoslo diferente.
* Mariana Rodríguez es presidenta de CADE Ejecutivos 2020.
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