El presidente de la aerolínea Emirates, con sede en Dubái (Emiratos Árabes), anunció este miércoles que se retirará en junio tras 17 años al mando de la mayor operadora de Oriente Medio, según confirmó la compañía.
Tim Clark, que llegó a la empresa en su lanzamiento en 1985, seguirá vinculado a la firma como asesor, según dijo Emirates a la agencia The Associated Press (AP) en un correo electrónico.
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Su retirada al final de junio de 2020 fue anunciado primero por el director general de Emirates, Sheikh Ahmed bin Saeed Al Maktoum, en un comunicado interno a los empleados el martes. No se dio información sobre quién le sucederá en el cargo.
El británico, un nombre destacado del sector, ha ganado una reputación formidable en los Emiratos Árabes Unidos. Los medios locales, que dijeron que Clark había cumplido 70 años en noviembre, escribieron artículos elogiosos sobre su mandato tras conocerse sus planes de dejar la presidencia de la empresa.
Gulf News, con sede en Dubái, le describió como el “genio” que lideró a la aerolínea desde 2003. The National, con sede en Abu Dhabi, dijo que Clark ayudó a Emirates a crecer hasta “una altura abrumadora”. The National señaló que Emirates comenzó a operar con aviones arrendados a Pakistan International Airlines en 1985, mientras que ahora tiene una flota de 270 aviones y viaja a 159 ciudades.
Su biografía en el sitio web de la compañía dice que fue “crucial en la transformación de Emirates en el gigante global que es hoy”.
La aerolínea se ha expandido con rapidez a Estados Unidos y otras partes del mundo, estableciendo vuelos diarios a grandes ciudades norteamericanas como Nueva York, Chicago y Los Ángeles, entre otras.
Su principal base de operaciones, el Aeropuerto Internacional de Dubái, es el más transitado del mundo para viajes internacionales, con más de 89 millones de llegadas o escalas en 2019.
La aviación y el turismo son grandes pilares de la economía de Dubái, y Emirates es una pieza clave. La aerolínea es conocida por su servicio de atención al cliente, la comodidad y las naves modernas.
El éxito de Emirates y de sus rivales más pequeñas Qatar Airways y Etihad Airways, con sede en Abu Dhabi, han golpeado a las compañías estadounidenses, que acusan a las operadoras del Golfo Pérsico de recibir miles de millones de dólares en subsidios gubernamentales injustos. Las empresas niegan las acusaciones.