Cerca de 194 millones de adultos en Estados Unidos aseguran tener planes para el gran juego en la tierra del Tío Sam: el Super Bowl LIV.
Según la National Retail Federation (NRF) y Prosper Insights & Analytics, el 19% organizará una fiesta alrededor del juego entre los San Francisco 49ers y los Kansas City Chiefs. Por otro lado, el 27% planea acudir a alguna de estas fiestas.
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Lógicamente, este movimiento masivo originado por el evento deportivo va a generar que los billetes vuelen de un lado hacia otro. En total, se proyecta que cada uno gaste un promedio de US$ 88,65 en comida, bebidas, merchandising y provisiones para la fiesta.
A lo largo de toda la nación, se proyecta un gasto total de US$ 17.200 millones, bastante por encima de los US$ 14.800 millones del año pasado.
De hecho, en solo 10 años, desde 2010 a 2020, el consumo casi se ha duplicado. Según la NRF, en aquel año se gastaron US$ 8.900 millones.
De regreso a la actualidad, el 80% de aquellos US$ 17.200 millones se gastará en alimento y bebida. El 11% estará destinado a accesorios, camisetas, gorras y demás mercadería de los equipos participantes. El resto va dedicado a la casa.
Para muchos no tiene sentido ver el gran juego del año en la misma pantalla de siempre. Por ello, el 9% del gasto estará dedicado a nuevos televisores. Además, el 8% se invertirá en decoración, y el 6% en nuevo amoblado para gritar los touchdowns con la mayor comodidad posible.
Por género, el 47% de hombres está interesado principalmente en el juego. Mientras, el 13% piensa que los comerciales son la parte más importante del Super Bowl, y el 7% apunta al show de medio tiempo.
En el caso de las mujeres, el 20% considera que lo más importante son los comerciales, seguido muy de cerca por quienes prefieren el juego per se (19%). El show de medio tiempo es lo más apreciado por el 14% de chicas estadounidenses.