Haga un ejercicio: ¿qué es lo que más recuerda de la década de los 80? Es muy probable que en su lista incluya, sin mayor esfuerzo, al terrorismo, la hiperinflación y la escasez. Es fácil asociar cualquier tragedia con aquellos años. Pero, ¿creería usted que en los nefastos 80 también hubo apuestas empresariales? Pues sí, aquel período marcó, pese al contexto, el inicio del negocio de franquicias en el Perú.
Con un arranque así de convulsionado uno podría inferir que no le fue bien a esta clase de inversión, ¿quién apuesta por un país en quiebra? La realidad, sin embargo, demuestra que KFC y Burger King, las dos primeras marcas extranjeras [estadounidenses] que arribaron a nuestro mercado como franquicias, no solo perduraron sino que son las líderes en número de locales hasta hoy.
“Esta es una muestra de lo sólido que es este tipo de incursión empresarial, que si es bien manejado, nace y se mantiene incluso en época de crisis”, comenta a Día_1 Alejandro Garro, CEO de la consultora Promarket, que está especializada en el mercado de franquicias en el Perú.
La estadística sustenta lo que dice. Si bien esta es una actividad aún en desarrollo aquí, su crecimiento respecto de la década en la que Raúl Diez Canseco trajo a KFC y Burger King ha sido notable. Si se comenzó con dos extranjeras en los 80, en los 90 aparecieron las nacionales: Mediterráneo, La Romana, Pardos Chicken, Bembos y China Wok, entre otras. Para la siguiente década, en el 2009, ya había 152 en total [48 peruanas y 104 foráneas], y en el 2014, año al que algunos han calificado como el del ‘boom’ de las franquicias, tuvimos 480 a escala nacional, que facturaron US$1.250 millones.
David Edery, gerente de Exportación de Servicios de Prom–Perú, bosqueja cuatro etapas para describir la evolución del mercado de franquicias en nuestro país. La primera en los 80, cuando todo comenzó. La segunda en los 90, cuando surgieron las marcas peruanas que se hicieron cadenas vía franquicias. La tercera en el 2005, cuando se crea la Cámara Peruana de Franquicias (CPF), el gremio que canaliza las demandas del sector y lo representa ante el Estado. Y la cuarta en el 2009, cuando se intensifican las ferias nacionales e internacionales, para atraer a inversionistas y generar convenios.
“Lo que veremos a partir de ahora será un mercado que alcanzará el estatus de desarrollado, lo que ocurre cuando las marcas nacionales superan en número de franquicias a las extranjeras”, proyecta Garro. El reto estará, añade, en alcanzar en volumen total a mercados más grandes como Venezuela [485 marcas, según Prom–Perú], Argentina [612], México [1.500] y Brasil [2.703]. El camino es aún largo y nada fácil de recorrer.
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