El pasado 2 de marzo Luz del Sur inauguró su primera estación de recarga para vehículos eléctricos en alianza con la Municipalidad de Miraflores. Su objetivo para el corto plazo es replicar este esquema con otros municipios y transformar la mayor parte de su flota corporativa, de 500 unidades, a la tecnología eléctrica.
Con esto, la empresa de capitales chinos busca “predicar con el ejemplo” para “romper los mitos” que obstaculizan el despegue de la electro-movilidad, apunta su gerente general, Mario Gonzáles, con quien hablamos de este y otros temas en la presente entrevista.
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—¿Qué ha significado para Luz del Sur el ingreso de Yangtze Power como controlador de la empresa? ¿Qué ventajas les ha traído?
Como ventaja, puedo decir que estamos conociendo una cultura y una forma de hacer negocios distinta, de la empresa hidroeléctrica más grande del mundo. Lo que antes conocíamos como cultura, era la de Luz del Sur y Sempra, que es una empresa importante de EE.UU. con base en Los Ángeles. Pero CGT tiene bases en Europa, África y Asia. Su cultura es más global y piensa en el muy largo plazo. Eso brinda la solidez y tranquilidad para pensar a cinco o diez años.
—¿Cómo realizan la coordinación con los funcionarios chinos?
De eso no puedo decir mucho porque, ni bien ellos tomaron control de la empresa, arrancó la pandemia [de Covid-19], se cerraron todos los negocios y tuvieron que retirarse a China. Así que no hemos tenido mucha interacción. Nuestra relación con ellos es a través del Directorio.
—¿No hay funcionarios de Yangtze Power en el Perú?
En este momento no. Hay planes de que vengan, seguramente, pero nuestra comunicación con ellos, como empresa que lista en Bolsa, es través del Directorio. Obedecemos los reglamentos de la empresa, coordinamos con el Directorio y cumplimos con todas las normas de transparencia públicas. Ahora hemos subido nuestro EBITDA a niveles 5% mayores en relación al 2019.
—¿Por el bache que significó la pandemia?
Por la pandemia tuvimos una caída fuerte en 2020 y 2021, pero ya estamos recuperados. Hemos tenido que realizar ajustes en algunos gastos y [el ingreso de Yangtze a la compañía] nos está permitiendo realizar más inversiones en el futuro. Normalmente invertíamos entre US$60 millones y US$70 millones anuales. Este año nuestra idea es llegar a US$120 millones.
—¿Esa inversión la dedicarán a modernizar la infraestructura?
Básicamente, a la modernización de las redes. Por mantenimiento o por obsolescencia tenemos que cambiar el parque de luminarias. Ahora vamos a comenzar a instalar alumbrado LED. También estamos implementando sistemas de automatización y control a distancia para reducir los tiempos de las reparaciones. Y estamos invirtiendo algo más de US$5 millones en tecnología. A lo que apuntamos con todo esto es a que la empresa sea más sólida y robusta para enfrentar lo que se viene.
—¿Qué es lo que se viene?
Lo que se viene son redes inteligentes y usuarios más sofisticados, por lo que vamos a necesitar que nuestra información esté mejor organizada y adecuada. En ese sentido, lo que estamos haciendo es cambiar la administración de activos para tener un mejor seguimiento del ciclo de vida de nuestras redes.
—Lo cual, entiendo, no es poco trabajo por la extensión de las redes.
Imagínate: Nosotros cubrimos la mitad de Lima Metropolitana desde la Av. Grau hasta Chosica, y de allí seguimos hasta Cañete. Tenemos 1,3 millones de clientes. Eso es, alrededor de 8 millones de personas que consumen nuestra red eléctrica diariamente.
VEHÍCULOS ELÉCTRICOS
—Ahora están suministrando energía para vehículos eléctricos con estaciones de recarga. ¿De qué se trata esta iniciativa?
Es una iniciativa de Luz del Sur para promover el uso de la energía eléctrica en el transporte público. La Municipalidad de Miraflores nos ha cedido un espacio para instalar una estación de recarga con una inversión que asumimos nosotros.
—¿Es la primera estación de recarga que piensan implementar?
Queremos promover la movilidad eléctrica en nuestra zona de concesión, pero también en el país, rompiendo los mitos de que aún no es el momento para esta tecnología o de que es muy cara. En lo que resta del año vamos a replicar este esquema con otras municipalidades para que cualquier persona que viva en los distritos de nuestra concesión pueda hacer uso de estos centros de recarga eléctrica.
—¿Esta iniciativa los beneficiará económicamente? ¿Quizás con una mayor demanda eléctrica? ¿Han hecho un cálculo?
Te soy sincero que no hemos hecho un cálculo. Somos conscientes de que en Lima hay cerca de 200 vehículos eléctricos que generan un consumo eléctrico adicional de 0,0001%. Aun cuando esto se duplique o multiplique por diez, no nos va a mover la aguja. Pero si en un mediano o largo plazo la participación de los vehículos eléctricos llega al 30% del parque automotor, allí sí estaríamos hablando de algo considerable.
—¿Se trata, entonces, de concientizar a la población?
Esto parte de no mirarnos al ombligo o a los costados, sino hacia donde está yendo el mundo. Y el mundo está yendo hacia el uso de energías más eficientes. Y para eso tenemos que comenzar a romper varios mitos con respecto a los vehículos eléctricos. Y eso lo estamos haciendo en dos partes. Una hacia el público, con estas electrolineras públicas. Y, en segundo lugar, estamos transformando nuestra flota de vehículos de combustión a eléctricos.
—¿Cuántos vehículos eléctricos van a poner en operación?
Nuestra intención es reemplazar el 10% de nuestra flota este año. Tenemos casi 500 vehículos y en los próximos tres años vamos a reemplazar la gran mayoría. ¿Por qué? Porque la autonomía de los vehículos que estamos adquiriendo es de 300 kilómetros como mínimo. Y, de acuerdo a nuestras estadísticas, nuestros vehículos recorren no más de 200 kilómetros al día. Eso significa que tendríamos la capacidad suficiente para operar todo el día con una recarga de batería de 30 minutos. Si somos capaces de hacer eso, cualquier otra empresa puede hacerlo.
—¿A eso se refiere con concientizar a la población y las empresas?
Esa es nuestra intención: predicar con el ejemplo para demostrar que esto [el desarrollo de la movilidad eléctrica] sí es posible, pero no a cualquier costo. Queremos demostrar que es económicamente eficiente.
ENERGÍA RENOVABLE
—¿Hablando de energía sostenible, tienen ustedes planes para desarrollar centrales solares y eólicas?
Nosotros tenemos un portafolio de proyectos propio, los denominados greenfield, que se desarrollan desde cero. Dentro de ese grupo existen algunos [proyectos] que estamos coordinando para hacer alianzas. Pero también pensamos comprar proyectos no construidos. Nuestra meta es tener al menos 500 MW de energía renovable no convencional en un horizonte de cuatro años.
—¿500 MW, aparte de Santa Teresa que es una central renovable convencional?
Santa Teresa tiene 100 MW de capacidad instalada. Es convencional y está operando. Pero nosotros miramos ahora centrales eólicas y solares para complementar nuestra energía hidroeléctrica.
—¿Para eso tienen la posibilidad de comprar proyectos renovables en estado avanzado para construirlos ustedes?
Esa es una posibilidad. Otra es establecer alianzas con empresas que ya están desarrollando proyectos. Pero también podemos avanzar con los que tenemos. Somos una empresa de distribución eléctrica y tenemos un negocio de generación que usamos para crecer y hacer frente a los cambios de mercado, como una forma de respaldo para nuestros clientes libres. Lo que hemos decidido es que nuestros clientes libres deben ser atendidos por nuestra generación renovable convencional y no convencional.
—¿Cómo han evolucionado los resultados de Luz del Sur desde la reforma que eliminó la declaración de precios del gas natural? ¿Han obtenido un beneficio de todo esto?
La realidad nos dio la razón en ese tema por dos evidencias bien concretas: porque los precios de la energía no se dispararon y porque a los usuarios regulados no les subió la tarifa. Por el contrario, sus recibos se redujeron en 5% en determinado momento. Y lo otro es que nosotros decíamos, y la gente no nos creía, que estábamos en esta pelea por un tema muy puntual: porque [la declaración de precios del gas] era una distorsión que se debía corregir debido a que no dejaba avanzar al negocio eléctrico en su conjunto.
—¿Para ustedes era un tema de principios, quiere decir?
Porque había un grupo de empresas que hacía uso de esta interpretación y que tenía un poder de mercado que no permitía desarrollar inversiones, debido a que podían comprar la energía [en el mercado spot] a un precio demasiado bajo. Pero, respondiendo a tu pregunta, Luz del Sur no se ha visto beneficiada en lo más mínimo porque el costo marginal a nosotros, que somos una distribuidora, no nos da ningún ingreso adicional ni ninguna rentabilidad.
—¿No se han beneficiado en lo absoluto?
No. Lo que sí ha ocurrido es que algunos negocios que habían aparecido a raíz de esta distorsión de los costos marginales sí se han visto detenidos. Negocios que eran especulativos. Cuando los costos de producción reflejaron la realidad, se paró de vender la energía a precios ínfimos. Eso ha favorecido al sistema en el sentido de que ahora el mercado sí refleja los costos reales, no los declarados por un grupo de empresas.
—¿Eso permite ahora que haya inversiones en más centrales de generación, renovables, por ejemplo?
En todo. Nuestra discusión fue por un tema de principios, pero para otros generadores que nos acompañaron en la discusión era más un tema de supervivencia, porque ellos sí tenían el problema de que estaban colocando sus excedentes [de energía] en el mercado spot y les pagaban muy poco. Pero, al final, esa discusión quedó zanjada cuando el Poder Judicial dijo lo que dijo. Se acabó. Nosotros seguimos haciendo nuestra vida normal. No nos beneficia ni nos perjudica.
—Entendería que el negocio de generación eléctrica no es muy significativo para ustedes.
Nuestra central eléctrica Santa Teresa representa el 0,6% de la capacidad instalada del mercado. Eso no nos hace más ricos ni más pobres. Es un tema de principios porque no podemos operar en el mercado con ese tipo de distorsiones.
—¿Quedan otras distorsiones por corregir desde su punto de vista?
Sí. Hay varias, pero en este momento lo último que queremos es exacerbar los ánimos entre los distintos actores eléctricos. Preferiría que estas discusiones se lleven a nivel empresarial para discutirlas allí. Y creo que, con buen ánimo, las vamos a poder resolver.