Diana Fahey y su socio Alejandro Rey –quien trabajó por varios años en Silicon Valley– están apostando por un nuevo producto: las buenas recomendaciones.
La emprendedora considera que la mayor barrera del mercado es la resistencia a los pagos virtuales, aunque confía en que esta situación viene mejorando.
— ¿Cómo se te ocurrió empezar Buen Dato?
Surgió de una manera muy cotidiana, sin pensar que iba a terminar en algo tan grande. Creé este grupo cerrado en Facebook y empecé con el círculo cercano. Al ver que funcionaba, me sentí un poco más cómoda de invitar a más personas de mi red de contactos y ellas a los suyos. Así empezó a crecer exponencialmente.
— ¿Cuánto te diste cuenta de que esto se estaba convirtiendo en un negocio?
Lo del negocio viene después. Fue rápido darme cuenta de que estaba cubriendo una necesidad. Sabía que tenía potencial y, cuando algo funciona, quieres hacerlo crecer y llevarlo a un siguiente nivel. Hemos creado el modelo de negocio pero aún no lo hemos lanzado.
— ¿Cuáles son las bases de este modelo?
Para volverlo un negocio teníamos que sacarlo de Facebook. Eso nos quedó bastante claro. Pero teníamos un problema, porque lo que hace que el grupo de Buen Dato funcione es que es el círculo de confianza, es algo que no puede cambiar. Esto es importante porque necesito que ese dato sea de alguien con una vida parecida a la mía, que busque las mismas cosas que yo en un proveedor o en un consejo.
Por otro lado, teníamos que hacerlo masivo de alguna manera. Porque ahorita el grupo tiene 10 mil miembros y hay casi 10 mil solicitudes de ingreso que están pendientes, porque el círculo de confianza ya es demasiado grande. El filtro para entrar es que tienes que tener cierta cantidad de amigos en común con el grupo.
— ¿En qué consiste el modelo?
Es una app con un algoritmo que crea comunidades personalizadas alrededor de cada usuario. Así, la app te va a unir a una comunidad con la que tienes más amigos en común en Facebook. Es un modelo muy escalable.
— ¿Cómo lograrán la rentabilidad?
Tenemos la suerte de ser un vínculo entre un proveedor y un consumidor, así que estamos en la mejor posición para generar un ingreso. Primero el ingreso vendrá de parte de los proveedores. Tendremos una especie de TripAdvisor de proveedores que van a estar calificados en la aplicación: si el carpintero fue cumplido, si tuvo un buen producto final, se podrá poner la foto del mueble de cómo le quedó, etcétera. Los proveedores tendrían un costo mensual o anual para mejorar sus perfiles.
Todo va a ser modular porque tenemos desde grandes empresas hasta ‘maestros’. La siguiente fase será permitir que los usuarios vendan artículos y puedan tener tiendas virtuales, de tal forma que el usuario pueda adaptar el diseño de la página para vender sus productos. Quiero creer que va a ser una especie de bioferia de Miguel Dasso pero en versión virtual. Como si uno tuviera un puesto ahí.
— ¿Cuál crees que será la clave del éxito?
Estamos muy alineados en que lo que hagamos le funcione al usuario, le guste usarlo, que tenga movimiento y le solucione los problemas y de ahí la plata va a venir.