¿Cuánto tiempo es demasiado esperar para recibir una recompensa? ¿Unos días o semanas? O, ¿puede esperar meses y hasta años para conseguir algo que quiere? Para un niño que espera para comerse algo delicioso, unos pocos minutos son como la vida entera.
Walter Mischel, de la Universidad de Stanford, exploró eso en los años 60 haciendo una serie de experimentos con unos niños a los que les daba dulces.
Sus estudios mostraron que los niños que estaban dispuestos a renunciar al dulce que se les ofrecía inmediatamente a cambio de más dulces unos minutos después tuvieron más éxito en la vida.
Ese es el desafío que enfrentan quienes dirigen algunas de las más grandes compañías del mundo. ¿Es mejor concentrarse en lograr rápidos resultados que en hacer una fortuna para los accionistas en varios años o décadas más tarde?
HASTA LAS ESTRELLAS Para Steve Tappin, quien entrena a directores ejecutivos a través de su compañía Xinfu, esa pregunta saltó a la palestra en una noche del verano pasado en un techo de Londres, cuando estaba rodeado de 50 ejecutivos chinos a los que estaba atendiendo antes de las Olimpiadas.
Durante una presentación ofrecida por el Grupo Virgin sobre todas las ramas de la compañía desde aerolíneas hasta música y finanzas, notó que lo que más les impresionaba era Virgin Galactic, la compañía de Richard Branson que intenta llevar turistas al espacio.
A los directores ejecutivos chinos les fascinó, le cuenta Tappin a la BBC.
Les parecía realmente pionero, y les mostraba el alcance y la ambición de Virgin Galactic como marca. Según Tappin muchas firmas chinas comparten esa enorme ambición y el foco en el largo plazo. Tienen una gran visión a distancia.
UN SIGLO NO ES NADA Lo que muchos directores ejecutivos quieren es dejar un legado, asegura Tappin, y se enfocan en lo que quieren que sea la compañía en 30 o hasta 100 años.
La escala de tiempo que maneja el líder de la firma de comercio electrónico Alibaba es de un siglo. Hay que apuntar alto entre más alto mejor, dijo el fundador de esa compañía, Jack Ma.
Y, asegura Tappin, no son sueños vacíos. Hace 30 años, la firma tecnológica Lenovo declaró abiertamente su ambición de convertirse en una de las principales fabricantes de computadoras del mundo. Hoy es la segunda más grande.
MUY RÁPIDO PARA EL MAÑANA No obstante, el director ejecutivo de la compañía eléctrica Aggreko, Rupert Soames, opina que hoy en día todo cambia tan rápido que no tiene sentido pensar a largo plazo.
La idea de que alguien sabe cómo va a ser el mundo en 100 años es absurda, le dice a la BBC.
Soames piensa que ni siquiera hace cinco o diez años se habría podido predecir lo que está pasando ahora. Sin embargo, para Tappin la velocidad de los cambios y la visión a futuro no se excluyen mutuamente. Alega que las proyecciones de largo alcance son más dinámicas y que eso es lo que se requiere para reaccionar en un mundo cambiante.
Los directores ejecutivos chinos son realmente caóticos, cuenta al explicar que, al no tener plazos trimestrales y mantener el foco en la estrategia a largo plazo, las compañías son menos rígidas en las operaciones del día a día y por ello más capaces de reaccionar.
Hay una visión y un plan de acción con la mira en donde quieren llegar.
ACCIONISTAS VISIONARIOS Para Tappin, las firmas en Occidente están más enfocadas en los próximos pocos años y en presentar informes trimestrales.
Advierte que eso puede hacer que pierdan la perspectiva de las tendencias que se desarrollan en períodos más largos, y apunta que a muchos directores ejecutivos les tomó por sorpresa la crisis financiera de 2008.
Además, concentrarse en lograr resultados positivos para el próximo trimestre hace que las prácticas empresariales sean muy rígidas, por lo que los directores ejecutivos son menos dinámicos: no lidian bien con crisis y no aprovechan oportunidades a tiempo.
Joe Chen, director ejecutivo de Renren el Facebook chino, le dijo a la BBC que el rápido y continuo crecimiento de China y la abundancia de su capital humano hacen posible que se piense a largo plazo.
En Renren planean a 30 años. Para poder ser fiel a una estrategia a futuro sin embargo, aclara, uno necesita contar con accionistas que compartan la misma visión.