Los precios del cobre tocaron el lunes su mínimo en más de tres años, tras el desplome de los precios del crudo, pero empezaron a rebotar más tarde por la confianza de los inversores en que China aprobará grandes medidas de estímulo.
El cobre a tres meses en la Bolsa de Metales de Londres (LME) llegó a perder un 3,1%, a US$5.433 la tonelada, su cota más reducida desde diciembre de 2016. No obstante, más tarde recuperó terreno y cerró con una baja de un 1,3% a US$5.535.
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El cobre no sufrió la ola de ventas que podría esperarse tras caer por debajo de una zona técnica clave entre US$5.450 y US$5.500, afirmó Ole Hansen, jefe de estrategia de materias primas del Saxo Bank en Copenhague.
“La mitad de la demanda viene de China y hay un aumento de las expectativas de que dispararán algún tipo de ‘bazuca’ para estabilizar el crecimiento y parece que el mercado se está aferrando a esa creencia”, agregó.
El barril de crudo llegó a perder un tercio de su valor y las acciones mundiales también sufrían el impacto después de que Arabia Saudita lanzó una guerra de precios con Rusia, aumentando el nerviosismo entre unos inversores ya preocupados por el brote del coronavirus.
La energía es un componente destacado en los costos de la minería, por lo que precios más bajos del petróleo afectan a la estructura de precios de los metales.
El aluminio cedió un 0,1% a US$1.687 la tonelada tras caer hasta 1.644 dólares, su nivel más bajo desde octubre de 2016. el níquel bajó un 1,5% a US$12.650; el zinc perdió un 0,3% a US$1.979, luego de tocar los US$1.913 -su mínimo desde junio de 2016; el plomo perdió un 2,9% a US$1.800; y el estaño cedió un 1% a US$16.700.