El economista Waldo Mendoza preside el Consejo Fiscal, un órgano colegiado independiente encargado de opinar sobre las proyecciones económicas y las reglas macrofiscales del Gobierno.
En conversación con El Comercio, detalló las críticas y preocupaciones generadas en esta entidad por la actualización de proyecciones macroeconómicas publicada por el MEF el 30 de abril y por la nueva trayectoria fiscal solicitada por el Ejecutivo al Congreso.
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Hay un punto que no termina de quedarme claro con las proyecciones fiscales. Si la proyección de ingresos de este año es menor en un punto porcentual a lo estimado en agosto, pero el déficit va a crecer solo en medio punto, ¿de dónde va a salir el dinero extra para financiar la reconstrucción?
Una buena noticia es que los fenómenos de El Niño anteriores se dieron en contextos en los que la situación económica era crítica. En 1983 se produjo la gran crisis de la deuda latinoamericana, que ‘secó’ el financiamiento externo, y estaba Sendero Luminoso. La respuesta después del fenómeno fue débil. En 1998 se produjeron las crisis rusas y brasileña, salieron virulentamente capitales y quebraron cinco bancos. Tampoco había muchos recursos. Hoy, en comparación, tenemos un paraíso. Podemos darnos el lujo de elevar la trayectoria del déficit sin ningún problema de financiamiento.
Entiendo que hay posibilidad de financiar los menores ingresos. Mi punto es que la proyección de gasto de agosto pasado y actual son prácticamente la misma, aun cuando la actual incluye el gasto de reconstrucción y el estímulo a la economía anunciado en marzo…
En eso tienes razón. Con relación a la trayectoria anterior, tienes acumulado 3,2% más de déficit fiscal o US$6.400 millones. ¿Todo eso es para la reconstrucción? Técnicamente no. Sería así si la proyección de presión tributaria fuera igual que la anterior. Ahí sí todo el espacio adicional se va a gasto, a inversión pública. En realidad, un parte del déficit extra es para reconstrucción y la otra es para sinceramiento de la presión tributaria.
Creo que una debilidad de la administración actual fue no considerar como objetivo de política macroeconómica tener una mayor presión tributaria. En el Consejo Fiscal pensamos que un país como el Perú no puede ser viable si recauda solo el 14% del PBI. Pero lo que propone esta administración, en el mejor de los escenarios, es estabilizar la presión tributaria en 15,1% en el 2021, el mismo nivel que en el 2015.
¿Cómo elevar la presión tributaria?
Podríamos hablar del impuesto predial, que siempre ha sido ignorado. Toda la apuesta es que las medidas tributarias del 2016 tengan el efecto esperado en los siguientes años. Es discutible. Hay tributaristas que dicen que el régimen tributario mype está reduciendo la recaudación. No tenemos en el documento del MEF un sustento riguroso de la elevación de la presión tributaria, incluso en un nivel modesto. Para ser justo, una buena parte de la presión tributaria se ha perdido por la menor recaudación del sector primario, pero justamente por eso las medidas para aumentarla deberían ser un eje de la gestión.
El MEF dice que va a profundizar la reforma tributaria, revisando el predial y otros impuestos. ¿El Consejo Fiscal tiene detalles de estas medidas?
Del predial se habla hace 20 años, pero no se hace mucho. Los municipios grandes, que tienen su propia autoridad tributaria y catastros bien organizados, recaudan bien. Pero las municipalidades de menores recursos probablemente no tienen cómo financiar ni siquiera el inicio de un catastro. No tenemos más detalles adicionales a lo que has mencionado.
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