La transición hacia las energías renovables es una tendencia imparable que avanza a todo tren en algunos países, como Chile, y a paso de carreta en otros, como el nuestro.
Mientras que en nuestro vecino del sur las centrales solares y eólicas satisfacen el 27% de las necesidades de energía eléctrica de su población, en el Perú esta participación es aún marginal: 5%. Esto, a pesar de los precios competitivos de ambas tecnologías.
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Por esta razón, la consultora Afry Management presentó en el foro Perú Energía 2022 una audaz propuesta para acelerar la dinámica de desarrollo de los recursos energéticos renovables (RER) mediante la liberalización (desregulación) del precio del gas natural del lote 88, estabilizado por contrato entre el Estado y el Consorcio Camisea desde el 2004 para blindarlo de la volatilidad internacional.
“El freno al desarrollo de las energías renovables en el Perú es el precio del gas regulado”, manifestó Dorian de Kermadec, senior principal de la consultora con base en Nueva York.
Kermadec refirió que el precio promocional del gas natural, garantizado a las centrales termoeléctricas, posibilita que estas produzcan energía barata (US$20 MWh) pero a costa de poner en entredicho la viabilidad de los proyectos solares y eólicos en el futuro.
“Mientras el precio del gas esté regulado según la formula actual, los ciclos combinados (de gas) marcarán un precio mayorista que no permitirá a los proyectos RER ser rentables, por lo que van a necesitar de apoyo público a través de subastas o PPA”, indicó.
Según análisis de Afry, una política de liberalización gradual del gas de Camisea provocará que este converja hacia los precios internacionales en el periodo 2032-2036, permitiendo que, a partir de entonces, “mucha capacidad RER ingrese al mix”.
“En este escenario, las tecnologías solar y eólica se convertirán en rentables porque, con un precio del gas más alto, la oferta de los ciclos combinados será también más alta y permitirá una transición más rápida hacia la descarbonización”, explicó Kermadec.
Agregó que esta política se hace necesaria porque las reservas probadas de gas natural se agotarán hacia el 2040, según cálculos desarrollado por su equipo.
Consultado al respecto, el ex ministro de Economía y Finanzas, Miguel Castilla, refirió que la liberalización del precio del gas de Camisea acelerará, indudablemente, la conversión energética hacia las RER, pero consideró que esto no ocurrirá por restricciones políticas (la masificación del gas prometida por sucesivos gobiernos).
“Económicamente, si no hubiera restricción política, probablemente sería lo más indicado”, apuntó.
Rosa María Flores-Aráoz, CEO de Kallpa, coincidió en señalar que la liberalización del precio del gas natural hará más factibles los proyectos RER de las generadoras eléctricas, pero enfatizó que esta medida romperá el equilibrio energético logrado en el país durante los últimos años.
“Yo lo pongo así: tenemos agua, sol, viento y gas. Todo encaja perfectamente. Con esto, tenemos la posibilidad de realizar una transición en el mediano y largo plazo adecuada y consistente”, dijo.
Añadió que la decisión de estabilizar el precio del gas de Camisea ha permitido que podamos acceder a precios de la electricidad muy competitivos, que han hecho que muchas industrias y, en especial, la minería, sean más competitivos.
De la misma manera, Daniel Cámac, country manager adjunto de Engie, remarcó que “no se puede pretender realizar cambios súbitos”, como liberalizar el precio del gas de Camisea, porque los mecanismos de mercado están demostrando que “es posible realizar inversiones en RER sin necesidad de estar expuestos al precio spot”.
“Hoy se suscriben contratos de suministro de energía entre clientes y generadores sin necesidad de subastas. Eso es lo que sucede en el Perú, pese a lo que se dijo en la presentación (de Afry)”, anotó.
Es el caso de la central eólica Punta Lomitas, que suministrará energía verde para la mina de cobre Quellaveco (Moquegua). Es el primer proyecto RER que se construye en el Perú sin necesidad de una subasta.