La Comisión Multisectorial del Estudio Nacional del Fenómeno de El Niño estableció el estado de “Alerta del Fenómeno del Niño Costero (FEN)” en el país. Según sus estimaciones, las condiciones climatológicas hacen prever que se desarrollará con una magnitud débil durante este 2023.
De ocurrir un FEN aumentarían las temperaturas superficiales del mar y se producirían efectos paralelos como fuertes lluvias o inundaciones.
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Esta situación produciría un incremento momentáneo del precio de algunos productos de la canasta básica. Según Carolina Trivelli, investigadora principal del Instituto de Estudios Peruanos, en caso ocurra un FEN se darían dos hechos: los rendimientos de las cosechas serán menores tras la pérdida de sembríos por el abrupto cambio de clima y, por otro lado, las fuertes lluvias e inundaciones afectarían a la infraestructura y la conectividad entre las regiones.
“Los dos escenarios generan efectos en los precios porque los huaicos se llevaron los sembríos, porque el agua se llevó el puente o dejó inutilizable la carretera y por eso los productos no pueden llegar al mercado. La afectación a las formas de comercialización afecta al precio”, explicó.
Asimismo, advirtió que si el FEN se da en esta coyuntura podría postergar la caída inflacionaria pronosticada por el Banco Central de Reserva.
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“El FEN se sumaría a la alta inflación que ya se tenía desde la pandemia, que luego siguió creciendo por la guerra entre Rusia y Ucrania, por la crisis de los fertilizantes y las altas lluvias de inicios de año. Todos esos factores empujaron el aumento inflacionario y si bien desde el segundo trimestre la inflación alimentaria va a caer, el FEN podría hacer que se demore un poco más porque los precios de los alimentos seguirán subiendo y con mucha volatilidad”, afirmó.
En ese sentido resaltó que la inflación en el 2022 fue del 8,56%, pero que la inflación alimentaria alcanzó el 15%.
Niño Costero 2017
Por otro lado, Víctor Fuentes, economista jefe del Instituto Peruano de Economía (IPE), indicó que el FEN es un riesgo, pero que todavía es muy temprano para considerar qué llegará a suceder y a impactar en el precio de la canasta básica.
Sin embargo, resaltó que en el 2017 el deterioro de las condiciones meteorológicas agudizó la desaceleración del crecimiento del PBI de las regiones afectadas por las precipitaciones. Según información del IPE, en las regiones más expuestas al FEN de ese año se registró una caída de la actividad del 1,9% en el primer trimestre, pero la tendencia fue revertida en meses posteriores.
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Una situación similar ocurrió con los precios de algunos alimentos de la canasta básica. Por ejemplo, el limón tuvo un aumento abrupto, llegando a costar S/10,1 por kilogramo en agosto del 2017, pero en los meses posteriores su precio se corrigió a los niveles previos (S/2 aproximadamente).
“Hay que reconocer que esto es un ‘shock’ temporal. El precio del limón, por ejemplo, subió fuertemente, pero se corrigió. Otros productos que se vieron afectados son la cebolla, el tomate y la lechuga”, concluyó Fuentes.
Cabe recordar que el Ministerio de Economía y Finanzas estimó que los daños del FEN del 2017 ascendieron a S/20 mil millones. Por otro lado, la Autoridad para la Reconstrucción con Cambios señaló que las condiciones climatológicas impactaron en 2.600 kilómetros de carretera, en 190 puentes, 7 mil kilómetros de caminos departamentales y 45 mil viviendas, principalmente en las regiones de la costa norte.