El precio cada vez más elevado de los combustibles líquidos obliga a las empresas y usuarios de medios de transporte a buscar otras fuentes de energía para movilizarse a menor costo. Es el caso del gas natural y los vehículos electrificados, tecnologías que pueden coexistir en vez de “disputar entre ellas”, apunta Erick García, presidente del congreso Transporte Sostenible (10 al 12 de mayo), con quien conversamos en esta entrevista.
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—Las primeras ediciones del congreso Transporte Sostenible estaban enfocadas en la movilidad eléctrica. Ahora están incluyendo otras tecnologías. ¿Cuáles son?
El Perú tiene un potencial muy grande en gas natural y también en electricidad para movilidad eléctrica. Y tenemos mucho por desarrollar en biogás e hidrógeno. Obviamente, hay restricciones por el lado económico para masificar estas tecnologías, pero tenemos que comenzar a aplicarlas para ganar experiencia. Perú debe dejar de depender de los combustibles importados. Ese es el objetivo del congreso.
—¿El hecho de ampliar la convocatoria a más tecnologías ha generado resistencia?
Todo cambio genera siempre resistencias, pero quiero resaltar que la mayoría de empresas ha entendido la importancia del transporte sostenible para el país y se ha sumado a esta iniciativa. Antes de ahora, las distintas tecnologías se estaban peleando entre ellas, pero creo que ya tienen claro que todos somos parte del cambio y que no podemos avanzar si no nos unimos. Eso es lo que queremos mostrar y evidenciar con este evento.
—¿Cómo deberían desplegarse las diferentes tecnologías de transporte para no sabotearse entre ellas?
Eso va a depender mucho de la actividad económica. Por ejemplo, lo más eficiente para el transporte de carga, ahora mismo, sería el gas natural licuado (GNL). Si se trata de transporte particular de autos, lo mejor sería tecnología eléctrica y para el transporte público menor, caso de los taxis, el gas natural vehicular. Cualquiera de estas tecnologías va a ser más eficiente para el país que seguir importando diésel, gasolinas y GLP, y subsidiándolos a través del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles (FEPC).
—¿Todo va a depender de la disponibilidad de la tecnología?
Así es. Lo que tenemos que hacer es no generar barreras de entrada, no esperar a que la tecnología se abarate para recién reglamentarla. Eso no debe pasar porque ya estamos gastando mucho dinero en importar combustibles líquidos. Una muestra es el FEPC, que ha significado el desembolso por parte del Estado peruano de más de S/15 mil millones para estabilizar los precios de los combustibles con un subsidio ciego, del cual solo se ha recuperado S/3 mil millones.
—¿Son S/12 mil millones que no se han podido recuperar?
Se han perdido más de S/12 mil millones que hubieran podido emplearse en desarrollar el gas natural y la electro-movilidad, y en investigar cómo aplicar el hidrógeno o el biogás. Creo que es hora de cambiar de esquema, incluyendo también al transporte no motor, porque el transporte sostenible incluye también el uso de ciclo vías y scooters.
—¿Eso significa que debemos pensar en descontinuar el uso del diésel y las gasolinas?
Nuestro objetivo es ayudar a reducir la importación de combustibles líquidos y usar eficientemente lo que ya producimos. Como país, ya producimos algo de diésel, gasolinas y GLP. Lo que vamos a proponer es que estos sean lo más limpios posibles, es decir, que sean Euro 6 cuando menos.
—¿La refinería de Talara ayudará a cumplir con ese objetivo?
Esperemos que sí, por el bien de todos los peruanos. Pero quiero aclarar que no estamos planteando la eliminación de los combustibles fósiles. Eso le puede convenir a países como España, que no tiene producción de petróleo ni de GLP, y es por eso que necesita tecnologías nuevas, como el hidrógeno. Pero nuestra realidad es distinta: tenemos que consumir los combustibles que producimos, pero sin contaminar.
—¿Proponen diésel y gasolinas sostenibles?
Sí. Algo que mucha gente no sabe es que en Europa hay muchos taxis a diésel, pero son taxis que consumen Euro 6 y que tienen las emisiones controladas. Todos ellos reciben una etiqueta verde para que puedan trabajar. Acá no sucede eso, no se controla.
—¿Qué se necesita para que las tecnologías sostenibles despeguen?
La debilidad del Ejecutivo es que todas sus instituciones actúan como islas. Si como país estamos de acuerdo en fomentar estas nuevas tecnologías, es incoherente que un inversionista que busca desarrollarlas encuentre trabas. Osinergmin va por su línea, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) también, y lo mismo el Ministerio de Energía y Minas (Minem) y la Autoridad de Transporte Urbano (ATU). Todos están viendo lo suyo. No articulan. No se dan cuenta que solo ver lo suyo crea barreras burocráticas y hace más lento todo.
—¿Hace falta coordinación?
Mientras no se tenga un norte y una comisión que raye la cancha con un plan de corto, mediano y largo plazo, va a ser complicado.
—¿Qué es lo que se debería coordinar?
Lo que buscamos es que hayan reglas claras para todas estas tecnologías. Por ejemplo, en el tema de movilidad eléctrica no existe reglamentación ni tampoco infraestructura de recarga, lo que dificulta que una empresa pueda electrificar su movilidad corporativa. Entonces, lo primero que tenemos que hacer es reglamentar todo, y los planes de desarrollo se van a ir dando por sí solos.
—¿Cómo en el caso de la movilidad eléctrica?
Por ejemplo, la composición del parque vehicular urbano en Madrid es, mayoritariamente, a gas natural, y minoritariamente de vehículos híbridos y vehículos 100% eléctricos; pero desde este año están entrando 50 buses a hidrógeno. Esto, para ganar experiencia mientras la tecnología consigue abaratar sus costos a nivel internacional. Algo así debería hacer el Perú.
—¿Qué autoridades del sector público van a estar presentes en el congreso para debatir estos temas?
Han confirmado su asistencia los principales funcionarios del MTC, de la ATU, de Promovilidad, del Produce, del Minem y también del MEF. Y estamos trabajando en la segunda edición del congreso (el próximo año) donde lanzaremos temas nuevos, como el transporte marítimo y fluvial, el transporte no motor y los trenes de cercanías. Y también más vehículos con tecnologías de hidrógeno y biogás.