La actividad económica en el Perú creció 1,7% interanual en agosto, pero el bajo dinamismo se da en un contexto en el que se va disipando el efecto positivo de la normalización de los sectores que fueron más afectados por las medidas de aislamiento sanitario y en el que las actividades mineras, como de hidrocarburos, siguen lastrando el crecimiento, según el BBVA Research.
En esa línea, el informe señaló que el PBI no primario (que excluye los derechos de importación e impuestos) creció 2,2% en agosto, una cifra similar a la del mes previo. De un lado, se aceleró el sector construcción, que pasó de 2,1% en julio a 5,6%, con el soporte de la inversión pública, principalmente.
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De otro lado, siguen perdiendo dinamismo los segmentos de transportes y alojamiento y restaurantes al irse disipando el efecto “rebote” luego de flexibilizarse las medidas de aislamiento sanitario.
La manufactura no primaria, por su parte, continúa en terreno negativo, con la fabricación de bienes de consumo retrocediendo 2,7% y de capital disminuyendo en 1.9%. El PBI primario acentuó su contracción en agosto al pasar de -1,5% en julio a -2,6%.
La entidad precisó que la producción de hidrocarburos retrocedió debido a problemas climatológicos (oleajes anómalos que dificultaron el transporte de hidrocarburos) y técnicos (fallas en unidades importantes, labores de mantenimiento), mientras que la producción minera sigue en terreno negativo recogiendo una baja ley en los minerales tratados y una conflictividad social persistente.
El aumento de 1,7% interanual en agosto es consistente, según el INEI, con un crecimiento de 0,26% intermensual. En un escenario en que el PBI mantiene el nivel alcanzado en agosto sin cambios hasta diciembre, la expansión de la actividad en el 2022 sería de 2,3% según nuestros estimados.
De esta manera, luego de crecer a una tasa de 3,5% interanual en la primera mitad del año, la actividad ha perdido dinamismo y en lo que va del tercer trimestre avanza a un ritmo de 1,5%.
“Para el resto del año nuestro escenario base considera un escenario internacional retador en un contexto en que los bancos centrales de las principales economías siguen subiendo sus tasas de interés para contener la inflación, afectando el crecimiento”, apuntó el BBVA Research.
Localmente considera que las confianzas se mantienen atascadas en terreno pesimista, tensiones políticas que no favorecen el entorno para hacer negocios, una inflación que se resiste a ceder de manera clara, y altas tasas de interés, aunque también el inicio de producción de la mina cuprífera Quellaveco (con algunos retrasos) y el buen desempeño que en los últimos meses viene mostrando la inversión pública (13% en agosto y 11% en setiembre).
“En consecuencia, es probable que sigamos observando relativamente bajas tasas de crecimiento en lo que resta del 2022. De momento seguimos manteniendo nuestra previsión de que el año cerrará con una expansión del PBI en torno a 2.3%”, anotó.