Los últimos cuatro años han sido de especial relevancia para Telefónica en el Perú y Latinoamérica. Durante ese periodo se gestó y evolucionó Internet para Todos (IPT), uno de sus proyectos más importantes en lo que compete a la conectividad en zonas rurales, valorado ya no sólo en nuestro país, sino a escala mundial, como destaca a Día1 Alfonso Gómez, CEO de Telefónica Hispam, ‘holding’ responsable de los activos y operaciones de la empresa en el Perú, Venezuela, Colombia, Ecuador, Chile, Argentina, Uruguay y México.
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“IPT es uno de los casos de éxito que tenemos a nivel global, nuestro sueño es llevarlo del Perú a otros países”, anota el ejecutivo, quien ha visitado Lima a propósito del Hispam Digital Forum, evento organizado por Telefónica y que se enfoca en conectividad, brecha digital y digitalización, entre otras tareas urgentes de la industria ‘telco’.
"Con 3,2 millones de personas de zonas rurales del Perú conectadas, IPT es uno de los casos de éxito que tiene Telefónica a nivel global y particularmente en nuestra región"
—¿Qué balance les deja Internet para Todos (IPT), a casi cuatro años de su inicio, que se dio justamente en el Perú?
Con 3,2 millones de personas de zonas rurales del Perú conectadas, IPT es uno de los casos de éxito que tiene Telefónica a nivel global y particularmente en nuestra región. Aquí lo clave fue entender la dinámica de la conectividad rural, que es distinta de la urbana. No sólo en el Perú, en Latinoamérica se ha logrado la conectividad urbana porque las densidades poblacionales lo permiten, porque las ciudades principales son grandes. El reto que hemos enfrentado en la región ha sido el Internet rural.
En ese contexto, hace casi cuatro años empezó IPT en el Perú, entendiendo que la realidad económica de las zonas rurales era diferente, la geografía, el clima, la densidad poblacional, la cantidad de centros poblados. Tenemos países extensos, con centros poblados remotos, lejanos, con condiciones muy distintas. Por eso, IPT descansa en un modelo económico distinto.
—Lo distinto ha sido que se comparte la infraestructura.
Nos preguntamos cómo utilizar de mejor manera la infraestructura y cómo lograr que llegue más rápido a más sitios. Y cómo lograr una estructura mucho más ágil y flexible, más eficiente y económica, y que el propósito sea llegar [a las zonas rurales] con conectividad. La clave es, en efecto, compartir la infraestructura. Así, con IPT cumplimos cuatro años este 27 de junio.
—Cuatro años y 3,2 millones de pobladores conectados, ¿cuáles son sus siguientes pasos?
Son 3,2 millones de peruanos de más de 16.700 comunidades rurales del país con Internet 4G de alta velocidad. Sin embargo, aún existen cerca de 2,8 millones de personas en estas zonas sin un adecuado acceso a Internet. Y para cerrar esta brecha digital se requiere trabajar entre el sector público y privado de forma coordinada.
"Uno de nuestros principales sueños es lograr que el modelo que hemos implementado en el Perú lo podamos llevar a otros países, porque ha sido espectacular"
—La fórmula del IPT y, en general, la hoy famosa ‘compartición’ de infraestructura, seguirá expandiéndose en el Perú, entonces. ¿Y en el resto de Latinoamérica?
Uno de nuestros principales sueños es lograr que el modelo que hemos implementado en el Perú lo podamos llevar a otros países, porque ha sido espectacular. Muchos de los gobernantes de la región nos preguntan cómo se ha hecho. Lo cierto es que uno puede competir por el cliente compartiendo infraestructura. Hoy, en el mundo, cuando vemos cómo abordar los retos de conectividad rural, miramos al Perú.
—La preocupación del negocio ‘telecom’ debe ser por los no conectados. Hay algunos que están fuera de la fiesta, y ellos tienen que ser nuestro foco.
PERÚ: UN NEGOCIO INTEGRADO
Mirando el mapa completo, y con el impulso logrado por IPT, ¿qué tan relevante se ha vuelto la operación peruana para Telefónica?
Perú es una de nuestras operaciones más importantes, entre los ocho países en los que estamos en Latinoamérica. Se trata de una de nuestras operaciones más integradas, porque aquí tenemos Internet fijo, móvil, y tenemos el portafolio completo de nuestras soluciones, tanto para los clientes masivos como los corporativos. Y en términos de ingresos, más del 20% de nuestra región depende del Perú, así que este país tiene un peso específico muy importante.
—¿A pesar de que es un mercado con alta competencia y con un ARPU (o ingreso promedio por usuario) que va cayendo hace una década?
Es un mercado con alta competencia, sí, pero esta es una industria con alta competencia. Nosotros creemos y apostamos por el Perú a largo plazo. ¿Qué necesitamos? También, predictibilidad a largo plazo.
—¿Y la tienen? ¿Qué tan atractivo hace al sector el Estado peruano? Por ejemplo, la última licitación de espectro (de las bandas AWS-3 y 2.3 GHZ) no pareció generar mucho interés. [Al final, la ganó Bitel, luego de la entrevista. Nota del redactor].
Ya que tocas ese tema: en principio, todo lo que tiene que ver con espectro, nos interesa. Pero también estamos comprometidos con la sostenibilidad de nuestro negocio. Los precios del espectro deben ser los adecuados. Y las obligaciones correspondientes, también las adecuadas. Porque luego viene un reto enorme en cuanto a infraestructura y cobertura de poblaciones. En el Perú se están dando pasos importantes, pero necesitamos aterrizar los precios del espectro, que correspondan a la realidad económica de nuestro negocio. No hay nada más costoso para el sector, que las empresas no sean sostenibles en el largo plazo, que las inversiones no sean sostenibles en el largo plazo.
—Están muy caros los espectros en el Perú...
Están muy caros los espectros todavía, en el Perú y en la región. No debemos perder de vista que el valor del espectro depende de conectar ciudadanos, no del valor recaudatorio. Sirve poco si lo venden caro y después no conecta a nadie.
—Hablando de conectar, otra de sus fórmulas que está creciendo rápido, con la fibra óptica, es Pangeaco. ¿Qué metas tienen con esta filial de Telefónica?
Hoy son más de 2,2 millones los hogares que pueden migrar o contratar esta tecnología. Nuestra meta es llegar a los 5,5 millones de hogares. Tanto IPT como Pangeaco son modelos que llegan para quedarse. Nos permiten compartir infraestructura, atraer más capital y acelerar la conectividad.