Sin lugar a dudas, las medidas de aislamiento adoptadas para frenar la ola de contagios por coronavirus han tenido impactos colaterales negativos; uno de los más importantes, en los sistemas educativos escolares de Latinoamérica y, concretamente, en el Perú, donde las metodologías de enseñanza todavía son muy tradicionales y el uso de las nuevas tecnologías parece reservado para el ocio.
Sin embargo, ahora que acudir a los colegios es imposible, tanto padres como autoridades no han tenido más opción que depositar su confianza en las plataformas de tecnología educativa, también conocidas como EdTech, lo que ha dinamizado exponencialmente esta industria, sobre todo, en mercados emergentes como el peruano.
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Cabe aquí marcar distancias entre quienes consideran que basta con convertir las clases presenciales en conferencias vía Zoom, así sin más, y los que realmente adoptan métodos de aprendizaje online que integran la tecnología para lograr mejores resultados, como lo hacen las EdTechs. En Canadá, por ejemplo, el profesor de física Shawn Young pensó que, si los niños se enganchaban a juegos de estrategia, ¿por qué no hacer un juego similar que premie los logros conseguidos en el colegio? Así nació Classcraft, un juego virtual donde, si el niño hace las tareas, desbloquea superpoderes, y también recibe recompensas en el mundo real.
Otro buen ejemplo es el método online de aprendizaje de matemáticas Smartick, que incorpora inteligencia artificial para identificar el nivel de cada niño y entregar ejercicios a su medida. Así, miles de estudiantes en 100 países del mundo han mejorado en 83% sus notas de matemáticas en el colegio usando este método, y sin necesidad de supervisión constante.
TECNOLOGÍA A MEDIDA
¿Cuál es el secreto detrás de las EdTechs más exitosas? La clave es su capacidad de personalización, centrando el proceso de aprendizaje en el estudiante. Resulta evidente en estas experiencias que el camino no es repartir masivamente tablets, sino incorporar la tecnología a razón de los niños y sus motivaciones.
Bajo este nuevo paradigma, el rol del profesor de colegio debe cambiar para convertirse en un facilitador del conocimiento, que brinda a los estudiantes otro tipo de información, y se enfoca en la formación de nuevas habilidades. El entrenamiento o el refuerzo del procedimiento son tareas donde la tecnología puede asistir perfectamente al maestro.
Aun cuando la base de la educación escolar se configure entre las cuatro paredes de un salón de clases, algo habrá cambiado en la forma de interpretar la educación en el Perú cuando los niños tengan que volver a los colegios, y con total certeza la tecnología pasará a tener un papel más protagónico en su futuro.
(*) Javier Arroyo es cofundador de Smartick y emprendedor Endeavor.
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