Tarjetas de crédito: ¿En cuánto se cayó la cartera por la pandemia?

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Así, lo anterior junto a una desaceleración sostenida del gasto en reservas por créditos atrasados (provisiones) asociado con crecientes porcentajes de clientes que honraron sus deudas reprogramadas, han favorecido la recuperación gradual de la rentabilidad de las entidades, precisa el BCR.

Sin embargo, esta recuperación no es homogénea y podría demandar “más tiempo” en algunas entidades, de acuerdo con lo que tarden en recuperarse algunas carteras de créditos, como la de consumo.

Banca con mejor ritmo

En este proceso de recuperación de resultados y rentabilidades de las entidades, la banca ha mostrado un mejor ritmo frente a las demás instituciones, como las financieras, cajas municipales, cajas rurales y edpymes.

El sistema bancario, tras reportar pérdidas consecutivas en los últimos tres meses del 2020, inició el 2021 reportando ganancias todos los meses. Sin embargo, estas fueron inferiores a los niveles previos a la crisis sanitaria.

Recién en octubre pasado, el resultado mensual superó los niveles precrisis, con un incremento del 21% frente a octubre del 2019. Por esta razón, los niveles de utilidad (en términos anualizados) todavía están por debajo a los previos a la crisis sanitaria [ver infografía].

¿Qué ha pasado? Los ingresos por intereses de los bancos (originados por el negocio de créditos) aún son inferiores a los niveles precrisis, en promedio, en 15%.

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Esta situación obedece, según el BCR, a que si bien la reducción de créditos reprogramados ha permitido aumentar los ingresos por intereses de las entidades financieras, factores como las amortizaciones (adelanto de pago de deudas) de los préstamos del Programa Reactiva, así como la aplicación de criterios de selección de clientes más conservadores, han reducido la velocidad de crecimiento de los créditos.

“Las mayores amortizaciones se observaron entre las medianas empresas que obtuvieron créditos en el marco del Programa [Reactiva] a través de los bancos grandes y medianos”, indica el BCR.

Además, las reprogramaciones de créditos en la banca en los últimos 6 meses contados a setiembre, se redujeron en S/19.092 millones (+36%).

Consumo

En la banca también, la recuperación de los resultados y la rentabilidad ha ido a dos velocidades. Por un lado los bancos grandes y medianos muestran una mayor recuperación de las utilidades, mientras que los bancos especializados en créditos de consumo continúan reportando pérdidas.

Incluso, según el BCR, los bancos especializados en consumo no han podido continuar constituyendo provisiones voluntarias, debido a la reducción de sus márgenes asociada a las operaciones de reprogramaciones de deuda y la contracción de la cartera de tarjetas de crédito.

Según cifras de la Asociación de Bancos (Asbanc), alrededor de 453 mil tarjetas de crédito (pertenecientes a los titulares de las cuentas), emitidas por la banca, fueron canceladas desde que inició la pandemia.

Según la SBS, a octubre de este año, la torta de financiamiento con tarjetas se ha reducido a casi la mitad (-48,7%) frente a octubre del 2019. Esto ha reconfigurado las participaciones de las entidades en este negocio. Sin embargo, muchas de las que están a la cabeza todavía no han recuperado la cartera de tarjetas de crédito que perdieron por la pandemia.

Al cierre de octubre de este año, las carteras de tarjetas de créditos (créditos revolventes) de Scotiabank (Incluida Crediscotia Financiera y la caja rural Cencosud-Scotia) se redujeron en más de S/4.000 millones, respecto a octubre de 2019. En Interbank, el negocio se redujo en S/3.786 millones, en el caso del Banco Falabella y el Banco de Crédito (BCP), estas descendieron en más de S/1.800 millones cada una en el mismo periodo. En el BBVA, se redujo en un poco más de S/500 millones frente a similar periodo del 2019.

“Es posible que tome algunos años que los créditos de consumo regresen al nivel que tenían antes de la pandemia”, afirmó, a principios de diciembre, Jorge Mogrovejo, superintendente adjunto de Banca y Microfinanzas de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), en un foro de AmCham Perú.

Las no bancarias

Respecto a las entidades no bancarias, como las financieras, cajas municipales, cajas rurales y edpymes, desde julio de este año empezaron a reportar ganancias todos los meses. No obstante, estos resultados son inferiores frente a similar periodo del 2019.

Por ejemplo, la utilidad de estas entidades reportadas en octubre último es 40% inferior frente a octubre del 2019. Incluso, en términos anualizados, las entidades no bancarias continúan reportado pérdidas.

Esto, debido a dos factores principalmente. En primer lugar, los ingresos por intereses que estas entidades generan mes a mes son inferiores frente a los niveles precrisis. Esto, como consecuencia, según el BCR, de su mayor exposición a los créditos minoristas, que fueron afectados severamente por el inicio del estado de emergencia.

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“En las entidades no bancarias, la rentabilidad también ha venido recuperándose en el 2021, pero de forma más gradual que en la banca, debido a la más lenta recuperación de los ingresos por créditos y de los niveles de provisiones”, menciona la autoridad monetaria.

En segundo lugar, hay que agregarle que la reducción de los gastos administrativos de las entidades no bancarias, que repercuten en más de la mitad de los ingresos (financieros), ha sido insuficiente para contrarestar la caída de los ingresos por intereses.

A octubre del 2021, cuatro financieras de un total de nueve operativas reportaron pérdidas, cinco de 12 cajas municipales reportaron pérdidas, las seis cajas rurales existentes están en rojo y dos de ocho edpymes reportaron pérdidas.

Solidez del sistema

Desde principios de la pandemia, las entidades financieras tomaron medidas para fortalecer su patrimonio, lo que ha permitido que sus indicadores de capital se encuentren en niveles similares o mayores frente a los que tenían antes de la pandemia, a pesar de las pérdidas que han afrontado.

Ante la emergencia sanitaria, la SBS aplicó una serie de medidas entre las que destacan una mayor capitalización de utilidades, aportes de capital en efectivo y la emisión de deuda subordinada.

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“El sistema financiero se encuentra sólido y con capacidad para absorber pérdidas potenciales que se generarían si se materializan escenarios de riesgos”, precisa el BCR.

No obstante, según la autoridad monetaria, la situación de las entidades podría empeorar en el 2022, si el deterioro de la confianza empresarial contrae la inversión privada, así como el consumo privado y el empleo, también por un retraso en la masificación de la vacunación y por una consiguiente ola de contagios.

Consolidación de las cooperativas

El 6 de diciembre pasado, la Comisión de Producción, Micro y Pequeña Empresa y Cooperativas del Congreso se negó a dejar entrar al parlamento a Óscar Basso, superintendente adjunto de Cooperativas de la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS).

La reacción de los parlamentarios obedecía a que la propia jefa de la SBS, Socorro Heysen, brinde los alcances de la intervención a 9 cooperativas de ahorro y crédito.

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“Cuando no tenemos funcionarios empáticos, les es irrelevante venir o no venir o pensar que cualquier trabajador pueda asistir; total tiene que decir más de lo mismo”, dijo Alex Paredes, congresista de la bancada de Perú Libre ante la ausencia de Heysen.

Sin embargo, según la nueva ley de Cooperativas de Ahorro y Créditos (Ley 30822), la Superintendencia Adjunta de Cooperativas de la SBS -a cargo de Basso- tiene las funciones exclusivas de supervisión de estas entidades.

La cita de Heysen fue programada unos días después, quien fue acompañada de Basso. Según explicó este último, los malos manejos del consejo directivo de la cooperativa Credicoop Arequipa no solo consumieron el capital social y las reservas legales, sino que comprometieron casi la mitad de los ahorros de los socios (S/199,4 millones).

Incluso, Basso indicó que Credicoop desobedeció la indicación de la SBS de no seguir captando más socios. Y es que, el ‘modus operandi’ de la entidad era, justamente, captar nuevos socios para ocultar las pérdidas y auspiciar a equipos de fútbol para mostrarse solvente.

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Junto con Credicoop, 8 cooperativas del interior del país fueron intervenidas por la SBS por perder su capital social, reservas y comprometer el ahorro de sus socios por S/246 millones. En agosto, la cooperativa Aelu fue intervenida por similar situación. La pérdida sumó S/400 millones.

Las intervenciones de la SBS se dieron como parte del proceso de inspección a estas entidades, en línea con el mandato de la nueva Ley de Cooperativas. Según Heysen, las cooperativas de mayor tamaño y gran parte de las medianas ya fueron inspeccionadas. Seguirán el mismo proceso las cooperativas de menor tamaño.

“Tenemos una percepción de que [...] la gran mayoría de cooperativas tienen los recursos suficientes que se ha establecido en las provisiones para respaldar los depósitos de sus socios”, precisó Heysen.

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