El sur de Lima ha sido refugio de muchas familias en esta anómala temporada de verano. El trabajo a distancia, las clases virtuales y una menor densidad poblacional fueron algunas de las razones que le dieron atractivo a esta zona. Y con ello, la actividad de los restaurantes ahí ubicados empezaba a recuperarse, de la mano del delivery.
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“La entrega de comida a domicilio ha aumentado en un 50% de 11 a 1 de la tarde y en un 60% de 6 a 8 de la tarde”, comenta Stephanie Hoyle, directora de Marketing de Glovo Perú. La firma opera en el balneario de Asia y en el sur chico (desde Pulpos hasta San Bartolo).
Pero esta mejora en enero, que para Daniel Manrique, gerente general de Segundo Muelle, equiparaba a los niveles del año pasado, se vio interrumpida por el toque de queda en Cañete desde las 7 p.m. y la inmovilización los domingos de autos privados. Su local ubicado en el boulevard de Asia registró una caída del 90% de ventas el domingo de dicha restricción; el día de mayores ventas de la semana. La nueva cuarentena que rige desde el domingo pasado hasta el 14 de febrero fue la estocada final.
“Solo queda la venta por delivery en Asia pero creemos que será difícil ya que cada condominio de playa tiene su propio concesionario [de comida] y la mayoría ofrece pescados y mariscos. Pero igual vamos a atender desde el boulevard con nuestros propios motorizados además de Glovo y Rappi”, comenta.
Otros, como Edo Sushi Bar, que ingresaron al boulevard de Asia en julio del año pasado, vieron una recuperación desde octubre y un “flujo grande” de ventas en diciembre, nos indica Rafael Matsufuji, socio y fundador de Edo. Producto de ello, habían contratado a más personal y ampliado el restaurante para cubrir más mesas respetando el distanciamiento social permitido. De momento, tratarán de trabajar con el personal contratado, confiando en la experiencia del delivery implementada durante la primera cuarentena. Por el tipo de comida, añade, solo trabajan con su propio delivery mediante autos.
Pero la oferta también se concentra en Punta Hermosa, que alberga a plazas gastronómicas como Patio Punta Hermosa, que agrupa a propuestas de pescados y mariscos, shawarmas, makis y hamburguesas; y operarán a puertas cerradas durante la nueva cuarentena.
Alan Trujillo, propietario de Patio Punta Hermosa, nos señala que se apalancarán en el delivery mediante aplicativos (aunque signifique una comisión de hasta el 35% de los pedidos), mientras proyectan incluir una nueva marca de pollería en la oferta de la plaza.
Proyecciones inciertas
Si bien el delivery puede llegar a representar apenas el 8% en los restaurantes pequeños, según Trujillo, la cobertura de zona de reparto de las apps de delivery permitirá darle continuidad a las operaciones de la zona.
En el caso de Segundo Muelle, Manrique prevé que estas apps –junto a sus repartidores propios– terminarán representando el 20% de las ventas del local en Asia. A ello se sumaría un 10% más, que significa la venta mediante el recojo de pedidos. Así, con la medida del Ejecutivo, el local logrará un 30% de las ventas.
Del lado de Edo Sushi Bar, prevén que la demanda de pedidos se comporte similar a los domingos del mes de noviembre, cuando podían tomar veinte pedidos al día. “Lo único es tratar de sobrevivir a esto”, pronuncia.
Por el lado de las apps, no obstante, prevén incluso un mayor dinamismo en sus ventas. De hecho, Hoyle señala que Glovo Perú espera –en base al comportamiento de la cuarentena del 2020– que los pedidos mensuales en este nuevo confinamiento se eleven entre 30% y 40% en el sur de Lima; enfocado principalmente en las categorías de supermercado y restaurantes.
Si bien la oferta gastronómica coincide con el Top 5 del tipo de comidas más vendidas de Glovo Perú, en el sur la situación es compleja pues existen muchos competidores en el mercado, señala Trujillo. Más aún cuando las discotecas han reconfigurado sus locales para ser restobares. Sin embargo, añade, muchos de estos –con poca rentabilidad– tendrán que extinguirse ante el nuevo confinamiento y la priorización del gasto de la canasta familiar y necesidades básicas. Además, le preocupa que la recuperación proyectada para este 2020 se aleje cada vez más y sea un año más de “supervivencia “.
Pese a lo previsto, el potencial a largo plazo está fijado en la zona sur de Lima, sobre todo con el cambio de perfil del veraneante (ahora permanente) y la mayor cobertura del delivery.
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