Ya estamos a fin de año y, como es usual en muchas empresas, se inician las organizaciones para las celebraciones por fiestas navideñas. Aunque se pase de grandes celebraciones, cocteles, intercambios de regalos a reuniones más austeras, lo cierto es que estas celebraciones se han vuelto ya un hábito.
Y aunque a primera vista pudiera parecer un tema menor, de no mucha importancia por no involucrar aspectos del ‘core’ de la empresa, lo cierto es que sí lo son.
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Es en este momento cuando la presencia de las cabezas de los grupos, de los gerentes y gerentes generales se vuelve particularmente especial, pues los colaboradores esperan de ellos que asistan, que celebren con ellos, que la reunión se vuelva un motivo para reconocer el esfuerzo, energía y entrega realizados a lo largo del año.
Lamentablemente, existen gerentes que no asisten a estas reuniones, que buscan escabullirse de estos eventos porque o están muy ocupados o no le toman importancia. El daño que este tipo de acciones ocasiona es grande: tu equipo comienza a verte distante y simplemente ya no eres parte del equipo.
Demuestra además una carencia de liderazgo, una gran ausencia de conocimientos y un tremendo desinterés por el otro.
En alguna oportunidad, en la empresa donde trabajaba, se planeó una celebración de este tipo. Se trataba de una empresa donde los colaboradores atendían comercialmente a diversos segmentos: A, B, C, D. Las personas que atendían al segmento más exclusivo iban vestidos con ropa de muy buena marca, lo cual no ocurría con los demás colaboradores que atendían a los segmentos más populares.
Para la fiesta de fin de año se había propuesto una fiesta de disfraces, sin embargo, el giro lo daría una propuesta que llegaría de la gerencia general: “Todos debemos disfrazarnos iguales, sin distinción de cargos ni nada”. Este acto, aunque pareciera poco, daba cuenta de lo que él pensaba de todos sus colaboradores: Todos somos uno.
En estas celebraciones de fin de año, tu tarea entonces es darte tiempo de asistir a ellas, de involucrarte en las actividades que se generen. Esto muestra de un gerente: humildad, servicio, calidad, respeto, importancia por el otro, valorización de los demás.
Así es que hay que preguntar: ¿qué estás haciendo tú en este fin de año? ¿Te has escondido? ¿O has servido de ejemplo?