Aunque los avances en cuanto a la cobertura de internet en el Perú son destacables durante la última década, aún queda mucho trabajo por hacer para nivelar la conectividad que hay en nuestro país respecto de algunos vecinos de Latinoamérica, por ejemplo, frente a Chile.
Una muestra de lo que podríamos llamar nuestro ‘déficit telco’ es el avance de la brecha digital que ha registrado el Perú entre los años 2021 y 2022, pues el índice pasó de 35% a 37% en ese periodo, de acuerdo con data del INEI. Esto, entre otras razones, por el menor uso de Internet en las zonas rurales, versus las áreas urbanas.
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En ese contexto es que Patricia Carreño asumió el liderazgo del Viceministerio de Comunicaciones del MTC, hace seis meses. Su gestión ha logrado, destaca, la adjudicación de las bandas de espectro radioeléctrico AWS-3 y 2,3 GHz, que soportan la tecnología 4G, un concurso que ganó Bitel en junio pasado. Pero por delante tiene varios retos complejos: reordenar y adjudicar las bandas para brindar el 5G, uno, y concesionar la Red Dorsal Nacional de Fibra Óptica (RDNFO), que hasta el 2021 gestionó Azteca (firma que terminó en un arbitraje con el MTC). Esos dos, entre otros desafíos. O sea que lo que se viene no es nada fácil. Sobre lo dicho conversamos en exclusiva para Día1.
—¿En qué estatus se encuentra la nueva licitación por la Red Dorsal? ¿Tiene futuro?
Cuando llegamos no encontramos una ruta clara sobre qué se iba a hacer para poner en valor la Red Dorsal. Decidimos abrir un proceso de consulta pública y nos sirvió muchísimo, pues recogimos opiniones de distintos ‘stakeholders’ para saber cuál era la mirada que tenían respecto de este activo estratégico. A nosotros nos queda claro que la operación y explotación de la Red Dorsal debe estar en manos de un privado.
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—Pero el único privado que estuvo, Azteca, terminó peleándose con el MTC. ¿Habrá interés?
De momento lo que hemos hecho es convocar tres procesos. Uno, para contratar un operador temporal, con escala y experiencia, que nos ayude a superar los niveles de calidad con los que opera la Red Dorsal. En segundo lugar, está en marcha también un proceso para conocer cuál es el estado actual de toda la Red.
Luego, estamos trabajando con ProInversión para definir cuál debería ser el mejor esquema para entregar esta Red Dorsal en manos de un operador privado que pueda explotarla, ponerla en valor y que cumpla con la finalidad para la que fue creada: maximizar el acceso a Internet de banda ancha a nivel nacional.
"A nosotros nos queda claro que la operación y explotación de la Red Dorsal debe estar en manos de un privado".
—¿Cuándo se concesionará?
Respecto al cronograma, quiero mencionarte que lo inmediato que se va a hacer y creo que es decisivo contar con un estudio que nos diga cuál es el mejor modelo para su concesión. Es importante este estudio porque tenemos una Red Dorsal que en este momento tiene un alto grado de duplicidad con redes privadas.
Entonces, lo inmediato va a ser la contratación de una consultora de alto nivel que nos ayude a definir el esquema de concesión, y eso se tiene que concretar en este segundo semestre.
—Este año no será la concesión…
A partir del 2024 ya tendremos claridad sobre cuál es el mejor esquema y avanzaremos en esa línea con los tiempos que nos tome el proceso de promoción.
Somos los primeros interesados en poner en valor cuanto antes esta Red, así que vamos a estar pendientes para que el proceso se dé en el menor tiempo posible.
LICITACIONES DEL 4G Y 5G
—Por ahora, se puede decir que mejor suerte ha tenido la licitación de las bandas del 4G, que ganó Bitel en junio último. ¿Cómo lograron hacer atractivo ese concurso?
Todo lo resumiría en una frase: brindar credibilidad para las inversiones. Los equipos técnicos tuvieron varias reuniones con cada operador, para ver qué preocupaciones tenían, de cara a las inversiones que buscábamos comprometer. Eso nos permitió empatizar y ponernos en el lugar de un operador (Bitel) que invertirá más allá de los US$500 millones.
—¿Cómo será la ruta para licitar las bandas del 5G?
En mayo publicamos un documento de trabajo para el proceso de reordenamiento y concurso público de la banda 3,5 GHz, la banda más valiosa para el 5G. Hemos recogido los comentarios y estamos en un proceso de evaluación de esos comentarios.
Una de las cosas que hemos identificado es que vamos a tener que modificar la norma que regula el reordenamiento radioeléctrico, porque este proceso de reordenamiento está basado en una tecnología distinta a la que hoy se requiere para el Internet de 5G. Luego, lo que estamos haciendo es convocar a una ronda de reuniones con cada uno de los operadores, para compartir con ellos algunas líneas de acción que hemos identificado.
—¿Cuánto demorarán esos procesos?
Toman su tiempo. Pero lo que más nos interesa es que el lanzamiento del concurso público por el 5G cumpla con las necesidades que tenemos, y que todos los operadores puedan tener los 100 MHz que necesitan para su desarrollo.
—¿Tiene una fecha estimada para la licitación?
En este momento no estaría en condiciones de precisar una fecha. Pensaría que hasta el 2024 será un plazo muy corto para lanzar un proceso, considerando que para un proceso de licitación de una banda de espectro en promedio se requieren 18 meses. Pero somos conscientes del sentido de urgencia y oportunidad, nuestra prioridad es que esto se pueda hacer bien de la manera más técnica y que se garanticen las condiciones que todos queremos.
—¿El reordenamiento del que hablamos, implicará el apagado de la tecnología 2G?
Efectivamente, es una de las recomendaciones que hemos recibido y lo estamos evaluando.
BRECHA DIGITAL
—La brecha digital creció entre el 2021 y 2022, ¿qué se está haciendo para reducirla? ¿Es suficiente con la compartición de infraestructura y el canon ‘telco’?
Hemos publicado preliminarmente una norma que regula la compartición de infraestructura porque somos conscientes de que debemos reducir algunos costos de inversión para este despliegue que necesitamos a nivel nacional. Hemos recogido los comentarios de los interesados y estamos muy próximos a publicar la versión final. Esta norma tiene un énfasis en promover la compartición en áreas rurales y lugares de preferente interés social, o áreas urbanas donde se carece de conectividad.
En esa línea, como saben, los concursos públicos, sean del 4G o 5G, siempre va a tener el mismo objetivo: más que recaudación, buscamos de los operadores un compromiso de expansión y cobertura de los servicios de Internet.
"Vamos a tener que modificar la norma que regula el reordenamiento radioeléctrico, porque este proceso de reordenamiento está basado en una tecnología distinta a la que hoy se requiere para el Internet de 5G".
—Finalmente, ¿lograremos reducir la brecha?
En estos seis meses hemos tratado de ser innovadores, a través de diversas estrategias regulatorias o proyectos, para reducir la brecha digital. Así, logramos adelantar la puesta en operación del Proyecto Regional Ica, pues en esta zona del sur la brecha de conectividad era desafiante.
Además, tenemos los Centros de Acceso Digital, que no son otra cosa que las cabinas públicas de Internet: tenemos 104 en operación en seis regiones del Perú. Y en ese mismo sentido, lo que tenemos son las Plazas Wifi, que técnicamente acá las llamamos ‘espacios públicos de acceso digital’: a la fecha tenemos 826 plazas públicas, que ya están en operación y que nos han permitido más de 8 millones de conexiones a Internet en estos lugares.
La implementación del 5G va a representar un nivel de disrupción frente al 4G, de acuerdo con Carlos Huamán, director ejecutivo de DN Consultores. El nivel de una tecnología contra la otra es 40 a 60 veces mayor, mientras que la diferencia del 4G y el 3G fue de 5 a 10 veces, explicó.
El 5G también permitirá el surgimiento de una diversidad de nuevas aplicaciones a ser utilizadas en servicios sociales, económicos, educativos, trámites, entre otros. “En el ámbito económico [habrá] mucha más automatización de los procesos productivos”, señaló.
Asimismo, sostuvo que esto hará que el país sea más atractivo para las inversiones.
La ejecución de esta tecnología también conllevará a aumentar 10 veces la cantidad de antenas. Esto también significará que las inversiones serán mayores, por lo que Huamán consideró que debe existir una compartición de infraestructura activa en el ámbito urbano con conectividad, además de las zonas no conectadas y rurales. Esto permitirá no solo extender la cobertura de conectividad digital, sino también expandir su capacidad en los lugares que ya tienen conectividad.