El público la identifica como una empresa dedicada a vender electrodomésticos. Pero General Electric es más que eso. En sus 125 años de historia, la empresa fundada por Thomas Alva Edison ha sido responsable del diseño y fabricación de grandes invenciones, como los focos de luz, los frigoríficos y los ventiladores, pero también de los motores a reacción y los turbocompresores.
Estos últimos constituyen, precisamente, su principal negocio en el Perú. De este y otros temas, como la venta de su división de electrodomésticos a Electrolux, conversamos con Luis Felipe Carrillo, presidente y CEO de General Electric para los países andinos, Centroamérica y El Caribe.
¿Qué tan variada es la actividad de General Electric?
General Electric tiene ocho divisiones mundiales. Las principales (en el Perú) son ‘power generation’, es decir, que se especializan en generación de energía térmica y eólica; y ‘oil & gas’, o sea, que desarrollan desde levantamiento artificial para campos maduros de petróleo hasta turbocompresión para mover el gas de Camisea.
¿General Electric mueve el gas de Camisea?
Sí. Y también suministra los turbocompresores para licuar el gas que se exporta desde Pampa Melchorita. Esas son las divisiones más importantes en el Perú, pero aparte tenemos otras seis: ‘energy management’ (que transmite y distribuye electricidad), ‘healthcare’ (que fabrica equipos médicos), ‘aviation’ (que diseña turbinas para aviación), ‘transportation’ (que manufactura locomotoras diésel-eléctricas), ‘capital’ (nuestra división financiera) y ‘lighting & appliances’ (electrodomésticos), la más conocida, pero que está en reestructuración y venta a Electrolux.
¿Es una venta local o mundial?
Es una transacción global. Nos vamos a deshacer del negocio, para decirlo claramente. Pero eso está sujeto a la aprobación del Gobierno de EE.UU., debido a prevenciones antimonopolio.
¿Cómo afecta esa venta al Perú?
En el Perú, el negocio seguirá funcionando, pero a través de Mabe. Nosotros no lo manejamos directamente y tampoco es un negocio donde tengamos el foco operativo.
¿Electrolux mantendrá el logo de General Electric?
La transacción incluye la cesión del derecho de uso del logo. Así que ellos (Mabe y Electrolux) tienen la potestad de usarlo o no.
¿Cuál es el valor de la venta?
Es de US$3.000 mlls. y está sujeta a la aprobación del regulador.
¿De las ocho divisiones de General Electric, cuántas operan en el Perú?
Todas, salvo ‘capital’, que nació como un negocio para financiar la venta de electrodomésticos, pero creció demasiado y se convirtió en una entidad que prestaba a negocios y era dueña de bancos y fábricas de tarjetas de crédito. Ese negocio nunca llegó al Perú. Ahora hemos decidido enfocarnos en nuestra base industrial y salirnos de ‘capital’.
¿Qué proyectos de energía están desarrollando aquí?
En energía hemos colocado turbinas a gas y vapor para la mayoría de las centrales térmicas y de ciclo combinado. Y en ‘oil & gas’ hemos crecido por la venta de turbocompresores: cinco para Camisea (los originales, para llevar el gas hasta la costa) y todos los que utiliza Pampa Melchorita. Y ahora acabamos de vender tres para el Gasoducto Sur Peruano, similares a los de Camisea. La unidad de turbocompresión de General Electric es la que bombea el gas en el Perú.
¿Y en petróleo?
El Perú casi no produce petróleo. Nuestro negocio de ‘oil’ en la región se enfoca en Venezuela, Colombia y Ecuador. En el Perú nos enfocamos en gas.
¿Qué proyectos están mirando ahora?
Estamos siguiendo el concurso de la central térmica de Quillabamba (200 Mw) y la nueva subasta de energías renovables no convencionales, donde puede haber proyectos eólicos.
¿Y qué planes tienen para minería?
Ahí tenemos tres enfoques. Uno es el negocio de camiones para minas subterráneas, pero con una variante: los hemos vuelto eléctricos.
¿Qué tan rentable será eso?
Hemos desarrollado una tecnología eléctrica, con beneficios ambientales y de ahorro de energía, para reemplazar los camiones diésel que producen hollín y monóxido de carbono. Aquí ya tenemos una transacción de cuatro unidades que será la primera en el mundo.
¿Qué empresa los compra?
Los hemos vendido a Aesa, la división del grupo Breca, que se encarga de suministros mineros. Obviamente, se van a probar en las minas de Breca.
¿San Rafael, posiblemente?
Puede ser. Hay muchas expectativas en el mercado, y creemos que será un éxito. Nuestro equipo está alineado con este y otros dos frentes. Los otros son la manufactura de plantas de tratamiento para efluentes mineros (aguas ácidas) y la electrificación de la infraestructura minera, donde no teníamos una estrategia coherente. Eso lo hemos solucionado con la adquisición de Alstom.
¿La francesa?
Sí, dedicada a fabricar desde ferrocarriles hasta subestaciones y turbinas eléctricas. Lo que hemos comprado es este último segmento, en una transacción de 9.000 millones de euros. Eso significa que estaremos en capacidad de suministrar subestaciones de baja, media y de alta tensión, donde teníamos cero negocios. Y también entraremos al segmento hidráulico, donde hay varios proyectos de Alstom.
¿Está cerrada la compra?
La adquisición fue el 2 de noviembre. O sea que los empleados de Alstom ya están en la planilla de General Electric.
¿Ellos tenían oficina aquí?
Sí. Tienen más de treinta personas que debemos incorporar a nuestro equipo. Pero no solo eso, vamos a obtener un parque instalado de turbinas Alstom, que incrementará nuestro potencial. Esta adquisición va a significar un cambio fundamental para General Electric en el Perú.
¿En qué más trabajan?
Estamos abocados a crecer en nuestros negocios más tradicionales, como ‘healthcare’, donde hemos vendido los tomógrafos más avanzados de Latinoamérica, uno para el sector privado y otro para el público. También vamos a seguir las oportunidades que hay en ‘oil & gas’, pero enfocándonos en las operaciones existentes porque no vemos posibilidad de nuevos proyectos. Y vamos a entrar con fuerza en minería, donde teníamos una participación pequeña y, por lo tanto, no hay ‘downside’. Vamos a tratar de crecer.
¿Cuánto facturó General Electric en el Perú el 2014?
No puedo revelar las cifras del Perú, pero sí las de los países andinos, centroamericanos y del Caribe. En total, estamos cerca de los US$9.000 millones y estimamos que este año terminaremos con un crecimiento ‘flat’ debido a las devaluaciones y a la caída del precio del petróleo, que afecta a esta industria. Pero vemos con buenos ojos lo que viene hacia adelante, pues hay más pros que contras en este escenario.