Oxígeno, el elemento más abundante de la Tierra, se ha convertido en una medicina escasa en los hospitales peruanos en estos tiempos de COVID-19.
Lo vemos todos los días en Loreto, Ucayali, Piura, Lambayeque y La Libertad, las regiones más afectadas por la ausencia de oxígeno medicinal, el único tratamiento que puede salvar vidas en las unidades de cuidados intensivos (UCI).
De acuerdo con el primer ministro Vicente Zeballos, el consumo nacional de oxígeno medicinal se elevó en 40% al cabo de las dos primeras semanas de cuarentena nacional obligatoria (a fines de marzo). Desde ese entonces hasta la fecha, la evidencia de personas clamando por un balón de oxígeno en muchos hospitales sugiere que esas cifras han explosionado.
Día1 cotejó cifras no oficiales que sugieren que la demanda de este medicamento se habría multiplicado por cuatro o cinco en todo el Perú hasta finales de mayo. Esto es, desde 40 toneladas diarias hasta 170 o 180 toneladas diarias, volumen que podría ir creciendo en los próximos días.
La pregunta que se cae de madura es: ¿podrá esta creciente demanda de oxígeno ser abastecida por la oferta local?
OXÍGENO INDUSTRIAL Y MEDICINAL
Lo primero que es preciso saber sobre el mercado de oxígeno en el Perú, es que es dominado por dos grandes jugadores, los únicos que pueden producir oxígeno a granel de alta pureza.
Ellos son: Linde Praxair, que ostenta entre el 82% y el 85% de participación, y Air Products (otrora Messer Perú), que maneja el 15% a 18% restante.
Ambos producen oxígeno en grandes plantas industriales, las cuales satisfacen, en circunstancias normales, las necesidades de la metalurgia, en primer lugar, y de las demás industrias y el sector salud, en segundo término.
Es lo que sucede con la planta de Pisco (Linde Praxair) que alimenta de oxígeno los altos hornos de Aceros Arequipa y a los hospitales del país; y con la planta de Chimbote (Air Products), que hace lo propio con la fundición de SiderPerú y el sector salud.
“El oxígeno es uno solo. No hay diferencia entre oxígeno medicinal e industrial, salvo en el grado de pureza. El medicinal requiere un mínimo de 93%, y las plantas industriales producen entre 97% y 99,9%”, explica Arturo Berastain, presidente del Capítulo de Ingeniería Metalúrgica de Lima.
De la misma opinión son todos los especialistas en oxígeno consultados para este informe. La única discrepancia está relacionada con el porcentaje que debe ser destinado a los casos graves (UCI), pues algunos sostienen que lo más indicado en estas circunstancias es el oxígeno medicinal de 98% a 99,9%.
De ahí la importancia de las plantas industriales de Linde Praxair y Air Products, las únicas que están en capacidad de producir oxígeno líquido industrial de alta pureza (98% a 99%) en cantidades masivas (ver infografía).
¿SE ACABA EL OXÍGENO?
Sin desmedro de su alta pureza, sin embargo, el oxígeno industrial debe pasar por un proceso de certificación para ser calificado como medicinal.
El objetivo no es tanto certificar la concentracion del oxígeno, sino descartar la inexistencia de partículas contaminantes que puedan afectar al paciente de COVID-19.
“El industrial y el medicinal son el mismo oxígeno, con la diferencia de que el medicinal debe cumplir con requisitos de buenas prácticas de manufactura (BPM) y control de calidad en un laboratorio, además de ser envasado en plantas licenciadas antes de su envío a los hospitales”, explica Jorge Arévalo, gerente de operaciones de Oxyman-Arequipa.
La firma peruana cuenta con una red nacional de plantas de envasado de oxígeno medicinal certificadas, y la logística para almacenar más de 100 toneladas.
Realizando este menester, Oxyman ha advertido que el oxígeno a granel está escaseando, debido a su uso intensivo en la emergencia sanitaria. “Ahora, todo el oxígeno que no es consumido por las siderúrgicas (Aceros Arequipa y SiderPerú) está siendo destinado a temas médicos”, apunta Arévalo.
De hecho, varias fuentes consultadas para este informe han puntualizado que la oferta de oxígeno medicinal ha colapsado y que tanto Praxair como Air Products se lo han hecho saber al Gobierno.
Eso significa que cuando las demás industrias –contempladas en el plan de reactivación económica iniciado en mayo– reinicien sus actividades, no tendrán, posiblemente, oxígeno para sus procesos productivos (pues todo sería empleado por las unidades UCI).
De ser ese el caso, el Gobierno volvería a estar en la disyuntiva de elegir entre la salud de la población y la reactivación económica.
MEDIDAS DESESPERADAS
Día1 se comunicó con Linde Praxair y Air Products, para que nos compartan su visión del problema, pero solo obtuvimos respuesta de los primeros.
Desde Praxair afirman estar realizando denodados esfuerzos para atender la demanda exponencial de sus productos y servicios por parte del sector salud.
“Para atender la creciente demanda en clínicas y hospitales de nuestro país, la planta de Pisco, así como todas nuestras plantas de oxígeno, vienen operando al 100% de su capacidad, ratificando el trabajo en conjunto con el Ministerio de Salud (Minsa)”, señalan.
Por su parte, el Minsa ha autorizado –excepcionalmente– la habilitación de más plantas industriales para la fabricación de oxígeno industrial con fines medicinales.
En tanto, Pluspetrol, Buenaventura, Marsa y Savia, han colaborado con la donación de miniplantas y balones de oxígeno industrial líquido.
A ellos se ha sumado Southern Copper, que se ha comprometido a entregar 20 toneladas semanales de oxígeno industrial líquido, procedentes de su fundición de Ilo.
Dicha produción será transportada por Praxair, que cuenta con los certificados BPM que permiten su venta como oxígeno medicinal, señala la empresa cuprífera a Día1.
Finalmente, el premier Zeballos acaba de informar que se importará oxígeno de países vecinos. Día1 supo que, al menos, un cargamento ya ha salido de Ecuador. Una realidad que confirmaría el colapso de la oferta nacional de oxígeno medicinal.
¿LA OROYA PODRÍA SER UNA SOLUCIÓN?
La falta de oxígeno medicinal en los hospitales peruanos ha motivado a los metalurgistas nacionales a evaluar otras fuentes de suministro.
Una de ellas es el Complejo Metalúrgico de La Oroya (CMLO), en donde Linde Praxair posee dos plantas de oxígeno de 312 y 300 toneladas, paralizadas, al igual que el CMLO, desde hace años.
Ángel Ybarhuen, otrora jefe general de la casa de fuerza del CMLO, recuerda cómo la más antigua de ellas - comprada a Linde en 1993 - producía suficiente oxígeno para las necesidades del hospital de Chulec, en La Oroya, y los campamentos de Centromin, propietario de la fundición en ese entonces.
“De hecho, el CMLO producía oxígeno para fines medicinales desde la década del 70, en una pequeña planta que generaba 50 o 60 botellas diarias”, refiere.
Anota que esa tradición se mantuvo con la instalación de la planta de 312 toneladas diarias marca Linde, adquirida cuando el CMLO comenzó a usar oxígeno en sus procesos metalúrgicos.
De acuerdo con Carlos Habich, ex superintendente de Mantenimiento y Talleres del CMLO, la planta estaba en capacidad de producir 294 toneladas de oxígeno gaseso y 18 toneladas de oxígeno líquido con 99,5% de pureza, que finalmente se reducía a 97% debido a una “ligera contaminación por las botellas” usadas para envasarlo.
En opinión de los metalurgistas, dicha instalacion está en capacidad de volver a producir 18 toneladas de oxígeno líquido, apto para consumo medicinal (a diferencia del gasesoso), pero con la ayuda del Gobierno, que debe dar la normativa para reactivar las operaciones, y de Linde Praxair, propietario y conocedor de tema logístico.
Sin embargo, la alemana-estadounidense asegura que esto no es factible porque ninguna de las plantas fue diseñada para la elaboración de oxígeno líquido medicinal.
Por su parte, varios especialistas consultados para este informe señalan que el reinicio de la planta Linde demandará mucho tiempo, por lo que no sería de provecho en la actual emergencia sanitaria. Aun así, el Gobierno ha señalado que evaluará la propuesta.