Los últimos días han sido intensos para Aje. Mientras que la transnacional de bebidas anunciaba al mercado y a sus inversionistas una mejora en sus indicadores financieros, hubo un tema que estuvo flotando en el aire: la posibilidad de que dejara de operar en algunos mercados de forma directa.Follow @EconomiaECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
La idea, en primer momento, no parecía descabellada para algunos, ya que en la lista de países se encontraban dos operaciones que en los últimos años le generaban un fuerte dolor de cabeza: Brasil y México. A ellos se sumaban Venezuela, Tailandia e Indonesia.
Al primer trimestre del 2016, Brasil había registrado pérdidas por US$1,1 millones, motivo por el cual algunos analistas y calificadoras de riesgo (entre ellas Fitch Ratings) consideraban que Aje debía retirarse de este mercado, así como del mexicano. Si bien en este período los resultados en suelo azteca mejoraron para los Añaños Jerí, no lo hicieron en una magnitud suficiente, para evitar que esta operación –junto con la brasileña– representaran las mayores pérdidas para el grupo.
Pero, tanto en ese momento como ahora, la compañía se niega a retirarse. “Se nos malinterpretó. Vamos a seguir operando en estos países con nuestras plantas. Lo único que estamos viendo es qué fórmula nos va a permitir consolidarnos y rentabilizar estos negocios”, remarca Boris Salas, CFO del grupo.
En esa línea, el ejecutivo detalló que, en el caso de Brasil, evaluarán si siguen operando en solitario o con un socio; o si cambian el foco de Sao Paulo a otras ciudades. Para México, en cambio, no están considerando trabajar con socios por el momento.
Para José Carlos Lumbreras, gerente de desarrollo de proyectos de Perú Top Pulications, es lógico que no den este paso en México, ya que es el mercado donde la empresa tiene más activo y el más representativo en sus ventas, por lo que sería complicado y caro hacerlo. Mientras que en este bloque de cinco países la estrategia será complementar el portafolio y abrir mercados; en el resto –donde está el Perú– van a continuar incrementando el tamaño de las categorías en las que participan.
JUGADAS ESTRATÉGICAS
Hace unos meses, Aje decidió hacer una reingeniería interna con el fin de mejorar sus indicadores financieros. Así, la estrategia fue retirar las cinco operaciones mencionadas anteriormente de su subsidiaria Atic, en cuyos resultados venían pesando negativamente, e incluirlas dentro de Callpa, otra subsidiaria. Fue a través de Atic que Aje emitió bonos internacionales en mayo del 2012. Hoy dichos papeles tienen una clasificación de riesgo B-, que los sitúa en terreno especulativo.
Según Aje, esta movida les permitirá tomar decisiones en estos cinco países con mayor flexibilidad.Para Lumbreras, esta decisión ha sido una respuesta directa a la presión de los inversionistas, dado el desempeño negativo que venía teniendo Atic.
Esta reorganización explica, en gran medida, la mejora significativa en los indicadores de Atic en el primer trimestre: su Ebitda creció en 55% y alcanzó los US$119 millones, mientras que el nivel de apalancamiento sobre Ebitda se redujo en 50%. Además, el precio de los bonos de Atic se triplicó. Con este panorama, Aje espera una mejora en su calificación crediticia.
EL ADN AÑAÑOS
El traspaso de operaciones no es el único cambio que ha experimentado Aje en los últimos meses, con el fin de mejorar su situación. A inicios del 2017 se supo que Álvaro Añaños era el nuevo CEO del grupo en reemplazo del español Juan Lizariturry. Así, no solo se marcaba el retorno de la familia ayacuchana al frente del negocio, sino un nuevo cambio en el esquema de trabajo, ya que la llegada del ejecutivo español implicaba una mayor institucionalización de la multinacional.
“La plana directiva anterior no logró los resultados esperados”, explica Salas al ser cuestionado por el cambio. Con el retorno de los Añaños Jerí, la firma considera que se ha reestablecido el ADN de la marca y tienen la esperanza de que la audacia e innovación que siempre caracterizó a la familia –unidas a la experiencia de sus cuadros gerenciales– ayudarán a recobrar los brillos de años anteriores.
A Lumbreras, por su parte, no le queda claro el porqué del cambio. “El modelo que los Añaños implantaron –abriendo plantas en los mercados a los que entraban– fue lo que generó el problema financiero que han tenido. No es que con este regreso se arregle todo”, remarca.
El especialista saluda, en esa línea, el nuevo modelo que está implantando Aje para entrar a nuevos mercados: hacerlo con franquicias. Salas comenta que este camino les está dando buenos resultados, por lo que lo mantendrán para sus próximas incursiones. Aunque este será un año de consolidación, los Añaños siguen con el sueño de conquistar el mundo. Y no van a dejar que nada los detenga.
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