Las energías renovables no convencionales (ERNC) se han convertido en tecnologías maduras que no requieren de subsidios como sucedía en el pasado. Su costo de desarrollo hoy es inferior a las tecnologías convencionales e incluso se proyecta que se sigan abaratando en el futuro debido a las importantes economías de escala globales alcanzadas gracias - en buena medida - a que China está inundando el mundo de paneles solares subsidiados.
De acuerdo con el Kiel Institute of Economics, los subsidios industriales en la China son entre 3 y 9 veces los de los países de la OECD y esto ha llevado a que el precio de los paneles solares en China haya caído 42% en el 2023. Y las proyecciones de los principales analistas del mercado – incluyendo Bloomberg – es que esta tendencia a la baja seguirá durante la próxima década.
Calculo que en los próximos 10 años las ERNC pueden llegar a convertirse en un tercio de la matriz de generación de nuestro país, lo cual implica inversiones en nuevas plantas de generación renovable y reforzamientos del sistema de transmisión del orden de unos US$12.000 millones en la siguiente década.
Un verdadero boom de inversiones solo comparable con la ola de que observó el sector eléctrico entre el 2008 y el 2017 y que constituyó la mayor ola de inversiones de la historia moderna en este sector.
La pregunta relevante es, ¿estamos preparados para enfrentar esta transición energética en forma sana y sin sobresaltos? La respuesta es no. Y no lo estamos porque hemos postergado la decisión de avanzar decididamente en aspectos regulatorios fundamentales, tales como: (i) crear un mercado de servicios complementarios, (ii) dotar de mayor flexibilidad operativa al sistema, (iii) flexibilizar los contratos de transporte de gas para las centrales térmicas, (iv) introducir bloques horarios en los contratos regulados, entre otras. Si no abordamos adecuadamente estos temas, la penetración masiva de ERNC no gestionables e intermitentes generará distorsiones y problemas operativos muy significativos en el mediano plazo. Es urgente tomar decisiones.