En el marco de la derogada Ley N° 27360, las inversiones en las agroexportaciones fluyeron de gran manera y aún se perciben sus efectos, es así que se estima que cierren este año en alrededor de US$ 9.600 millones, 10% más respecto al año pasado y logrando un récord histórico, señaló el director del Centro de Investigación de Economía y Negocios Globales de la Asociación de Exportadores CIEN-ADEX, Edgar Vásquez Vela.
“Este escenario positivo se fundamenta en las inversiones y esfuerzos del sector privado en el pasado, cuando contaba con una legislación adecuada a la realidad de la agroindustria. Hasta ahora tiene mucho éxito, pero existe incertidumbre sobre lo que pasará de aquí en adelante”, manifestó.
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Durante su participación en el panel ‘Proyecciones del mercado agroexportador peruano’ en el marco de la 4° Agrotrade, Vásquez Vela, refirió que, si bien las expectativas de crecimiento económico global son inciertas –este año sería de alrededor de 3%–, el incremento de la población mundial y sus tendencias de consumo favorecerán el comercio internacional de alimentos, beneficiando a la agroindustria peruana.
Además, consideró que los factores internos, como la inestabilidad política, conflictos sociales e iniciativas que van en contra de las inversiones, no permitirían aprovechar las circunstancias positivas internacionales y el gran potencial peruano en ese rubro.
“La exportación de alimentos (sector tradicional y no tradicional) equivale a cerca del 5% del Producto Bruto Interno (PBI) peruano, generando puestos de trabajo formales y de forma descentralizada. Si bien proceden principalmente de la costa, el gran reto es ampliar nuestra canasta exportadora con productos de la sierra y la selva”, manifestó el director del CIEN-ADEX.
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No obstante, reconoció la existencia de una dicotomía en el agro peruano, al convivir una agroindustria moderna capaz de colocar alimentos en las principales mesas del mundo, con una agricultura tradicional o familiar poco competitiva y desarrollada para abastecer el consumo interno.
“Esto se debe a características de orden estructural, son pequeñas unidades productivas con poca asociatividad. Asimismo, la carencia de capacidades técnicas, poca tecnología, malas prácticas sanitarias y un déficit en infraestructura, como la ausencia de carreteras para el traslado de los productos a los principales puertos y aeropuertos, no permiten su desarrollo”, comentó.
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