Pese al inicio del invierno, el incremento de la temperatura en la costa central y norte asociado a la presencia de El Niño costero viene dejando nuevos máximos históricos en Lima Metropolitana. Según cifras del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), los registros tanto máximos como mínimos en la ciudad superan con creces los de años anteriores y alcanzan niveles similares a los primeros meses del invierno de 1997, previo al desarrollo del último Niño calificado como “extraordinario” por el Enfen.
De acuerdo con el Senamhi, este año la capital tuvo “un otoño cálido no registrado desde 1983″ asociado a las mayores temperaturas del mar. Esta situación continúa en la temporada de invierno con la presencia de temperaturas del aire superiores a sus valores normales y con la presencia de días y noches cálidas. El pasado 4 de julio, el distrito de La Molina alcanzó una temperatura máxima de 27,6 °C, la más alta desde 1965 para esta zona de la ciudad.
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Por zonas
Los registros históricos del ente oficial muestran que en junio y julio (del día 1 al 11), el promedio de temperaturas máxima y mínima fue el más alto de los últimos 26 años.
En junio, los termómetros marcaron picos de 23,3 °C para la estación Campo de Marte (Lima centro), cifra mayor en 3,9 grados respecto a la normal climática observada en ese lugar (19,4 °C). Asimismo, este valor estuvo solo a 1,3 grados de alcanzar la temperatura máxima promedio de 24,6 °C reportada en 1997. En cuanto al promedio de las mínimas, este fue de 19 °C, 2,9 grados por encima del valor habitual (16,2 °C) y a 1,6 grados del registro de 1997 (20,7 °C).
La misma tendencia se repite en los primeros días de julio. El promedio de máximas y mínimas alcanza los 22,9 °C y 19,1 °C, también por encima de los niveles habituales de ese mes (+4,6 y +3,7 grados, respectivamente) [ver gráfico].
En la estación Alexander von Humbolt de La Molina (Lima este), el promedio de las máximas y mínimas para junio alcanzó los 23,9 °C y 17,5 °C, cifras mayores en 3,3 y 2,9 grados a sus valores habituales. Ambos valores superan los registros de los 26 años previos, y estuvieron a poco más de un grado de alcanzar al mínimo y máximo promedio de 1997 (25,1 °C y 18,9 °C).
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Balance y pronósticos
Lourdes Meniz, ingeniera especialista en climatología del Senamhi, señaló a este Diario que las altas temperaturas vienen ocasionando, aun en invierno, olas de calor nocturnas en la ciudad. Ese fenómeno se presenta cuando la temperatura mínima alcanza el umbral entre noche “cálida” y “extremadamente cálida” por más de tres días consecutivos.
Las zonas pegadas al litoral vienen siendo las más afectadas por este fenómeno. Hasta el 11 de julio, la estación meteorológica del aeropuerto internacional Jorge Chávez (Callao) había registrado 123 noches consecutivas muy por encima de sus rangos habituales. En tanto, la estación del Campo de Marte registró 15 noches (del 27 de junio al 11 de julio) y en La Molina se reportaron dos períodos de ocho y cinco noches consecutivas.
Las olas de calor durante las mañanas han sido de menor duración. En lo que va del invierno, se registraron dos en el aeropuerto (del 27 al 29 de junio y del 1 al 11 de julio), mientras que las últimas olas para Lima centro y Lima este duraron cinco y seis días consecutivos (del 7 al 11 de julio).
“Estamos viviendo un invierno cálido. Del 21 de junio al 12 de julio, las temperaturas han estado por encima de sus rangos normales. En el día hemos tenido temperaturas de 3 grados por encima del rango normal, y en julio de 3,5 a 4 grados. Las olas de calor diurnas han sido pequeñas. En el Callao vienen soportando 11 días consecutivos; quizá no como en verano, porque el invierno tiene otras características, como la humedad o el viento, que amortiguan la sensación de calor”, explica.
¿Qué se puede esperar en las siguientes semanas o meses? La especialista prevé que hacia el final de la estación se mantenga la diferencia de 3 a 4 grados por encima de los valores normales.
“No hay que descartar que tengamos algunos días propios de un invierno, con cielo cubierto durante el día y la presencia de llovizna muy temprano en la mañana o al finalizar la noche. Como promedio, en invierno tendremos de tres hasta cuatro grados por encima de lo normal”, dice.
Grinia Ávalos, directora de predicción climática del Senamhi, señala que es más probable que las actuales condiciones climáticas se mantengan en la costa.
“La temperatura va a mantener su rango de anomalías en agosto, que es el mes más frío. El próximo pronóstico del Enfen dará un indicio de cómo serán las lluvias”, detalla.
"Estamos viviendo un invierno cálido. Del 21 de junio al 12 de julio, las temperaturas han estado por encima de sus rangos normales. En el día hemos tenido temperaturas de 3 grados por encima del rango normal, y en julio de 3,5 a 4 grados"
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Niño 'extraordinario' generaría pérdidas de hasta S/16.900 millones
Los desastres naturales asociados a la extensión de El Niño costero y la presencia de un Niño global durante el próximo verano impactarían las actividades productivas en el ámbito local. Según estimaciones de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), un evento “moderado” ocasionaría pérdidas por S/2.800 millones, una cifra equivalente al 0,5% del PBI nacional, mientras que un evento “extraordinario” similar al de 1997 y 1998 lo haría en 3% del PBI (S/16.900 millones).
El gremio empresarial prevé que, en este escenario, los sectores económicos más afectados serían la pesca industrial, la construcción, el agropecuario y el comercio, debido al menor crecimiento de las exportaciones agrícolas, la menor captura de anchoveta y las limitaciones en la oferta de bienes.
“La manufactura primaria está afectada por El Niño y la no primaria por la demanda interna, donde el salario real todavía no se recupera a niveles prepandemia. Además, las fuentes de ahorro del 2021 y 2022 ya no existen. Esperamos que El Niño no cause menores ingresos a la población”, señaló Antonio Castillo, gerente de Estudios Económicos y Sociales de ese organismo.
En junio, el BCR revisó a la baja las proyecciones de crecimiento para este año de la pesca (de 5% a -15%), así como del sector agropecuario (de 2,2% a 0,4%).
Gabriel Amaro, presidente ejecutivo de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), sostuvo que las anomalías climáticas vienen reduciendo la productividad de los cultivos. Este factor se suma a otros previos que han impactado en el sector, como la derogación de la ley de promoción agraria, la inestabilidad política y otras normas respecto a la tercerización, que desaceleraron las inversiones y aumentaron los sobrecostos.
Añadió que la agroexportación este año crecería 5%, cifra menor que la expansión del 2022 (13%).
“Todos los cultivos están siendo afectados, internos y externos. Tenemos que procurar sacar un plan de crisis para dar sostenibilidad. Cuando uno le da sostenibilidad a la cadena productiva formal, también se la da al empleo. Pero si no haces eso, se caen los empleos. Según el INEI, el año pasado se perdieron 400 mil personas de la PEA ocupada en el sector agrario. Se pasó de 4′700.000 a 4′300.000″, resaltó.