Entre el 2018 y el 2023, 8.938 policías cometieron faltas muy graves contra el régimen disciplinario de la institución. Se trata de las infracciones con las sanciones más severas, las cuales pueden ser pase a disponibilidad o suspensión temporal –por un período de entre seis meses y dos años– o el pase al retiro.
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En respuesta a una solicitud de acceso a la información pública, la Inspectoría General de la Policía Nacional (PNP) informó a ECData que corresponderían por estos casos 5.852 pases al retiro y 3.086 suspensiones temporales.
Sin embargo, según la Ley 30714, la cual aplica desde el 2018 y establece el régimen disciplinario de la PNP, las faltas muy graves pueden apelarse ante el Tribunal de Disciplina Policial, instancia definitiva.
“El único que puede cambiar la naturaleza de una sanción es el tribunal. […] Pero no suelen revertirse las sanciones por faltas muy graves”, sostuvo el general en retiro de la PNP Carlos Tuse, exdirector de Investigaciones de la Inspectoría General de la PNP.
Por otro lado, las infracciones muy graves son las únicas que han tenido un crecimiento sostenido en el tiempo. En cambio, las faltas graves empezaron a disminuir a partir del 2022, y las leves, desde el 2019.
En los seis años analizados, el número total de faltas se triplicó: pasó de 1.988 a 5.977. Para Tuse, este vertiginoso incremento se debe a que el reglamento “tiene sanciones muy drásticas, incluso draconianas, y no existe proporcionalidad en las faltas. Tampoco hay matices: la única solución para la mayoría de faltas muy graves es el retiro”, detalló.
El investigador Enrique Castro, experto en temas de seguridad, considera que detrás del aumento de infracciones muy graves puede haber “personas jugando con la norma para ser retiradas de la institución”.
“En la policía se dan muchos casos de efectivos que piden su pase al retiro y se les rechaza. Quizá pierden algunos beneficios, pero te liberas del problema. Para ellos, seguir ahí es un problema”, aseveró.
El Comercio solicitó una entrevista con la PNP para este reportaje, pero al cierre de esta edición no hubo respuesta.
–Conductas peligrosas–
En el período 2018-2023, la falta muy grave más recurrente (1.822 casos) fue a MG 39: “Faltar por más de cinco días calendario en forma consecutiva a su unidad, sin causa justificada”. La sanción es el retiro.
Tuse y Vargas coinciden en señalar que en este caso la sanción es desproporcionada. “El sistema está hecho para ser una fábrica de sanciones. Esto no refleja de ninguna forma el diagnóstico de la disciplina en la policía”, indicó el general en retiro de la PNP.
“Faltar al trabajo no puede llevar a una separación definitiva del efectivo y estamos hablando de la infracción más recurrente. Considero que una sanción económica puede ser más idónea para este caso”, destacó el investigador.
En segundo lugar está la MG 89 (1.005 casos): “Maltratar física o psicológicamente a los miembros del grupo familiar o cuando se acredita la existencia de un nivel moderado de daño psíquico”. El castigo es la suspensión de entre seis meses y un año.
Una exfuncionaria del Ministerio del Interior comentó que el alto número de faltas por maltrato familiar refleja el preocupante nivel de violencia en el país. “La policía es parte de la sociedad y la violencia está presente en la sociedad”, añadió.
“La violencia familiar es un problema muy serio en la policía, porque además se mantiene en el tiempo. El problema es que pasar al retiro a un policía por una falta de este tipo es abandonar también a su familia”, destacó la exfuncionaria.
En noviembre pasado, un decreto legislativo estableció que cuando se trate de sanciones por faltas vinculadas a violencia familiar o consumo de bebidas alcohólicas, el efectivo infractor además debe llevar “un tratamiento psicoterapéutico con enfoque de género y promoviendo la reeducación del agresor, en caso corresponda”.
La MG 89 también constituye un delito, tal como sucede con un gran número de faltas muy graves. Por ejemplo, la MG 94 (824) –la tercera infracción más recurrente–sanciona al efectivo que conduce un “vehículo motorizado con presencia de alcohol en la sangre mayor a 0,5 g/l o bajo los efectos de drogas tóxicas”. El castigo es el pase al retiro.
Algunos críticos de la referida ley cuestionan que las faltas muy graves se investiguen y juzguen en el ámbito administrativo y también en el penal, pues sostienen que habría dos procesos por un mismo hecho.
Sin embargo, el abogado penalista Andy Carrión señala que esta posición es errada. “No hay una doble persecución de la falta, porque hay finalidades distintas: el derecho penal sanciona un delito, mientras que la sanción administrativa busca destituir a quienes no cumplen sus funciones”, refirió.
–Rangos e infracciones–
El mayor número de infractores pertenece a los primeros grados del escalafón policial, tanto en oficiales como en suboficiales: 125 alféreces y 5.023 técnicos de tercera.
Si bien es cierto que se trata de los rangos con un mayor número de efectivos, el problema es más profundo. “Esto refleja un mal proceso de selección y una mala formación de los efectivos. La mayoría de faltas en estas esferas son por negligencia absurda”, argumenta Carlos Tuse.
Enrique Castro agregó que “estamos frente a un problema histórico que ha venido agravándose y no a causa de la ley, sino por la propia institución”.
En estas estadísticas no fueron considerados los oficiales generales, debido a que el órgano encargado de investigar las faltas graves en sus casos es la Oficina General de Integridad Institucional, adscrita al Ministerio del Interior.