Entre el 2018 y el año pasado, 23.824 efectivos de la Policía Nacional fueron pasados al retiro debido a que cometieron faltas muy graves –las más serias en la escala vigente– contra el régimen disciplinario de la institución. Así, en promedio, la PNP separó a 11 agentes al día por ese motivo.
En ese período, 8.129 policías –cuatro cada día, en promedio– fueron suspendidos temporalmente de sus funciones por haber cometido infracciones del mismo tipo. En la policía, esta sanción se denomina disponibilidad y tiene una vigencia de entre seis meses y dos años. Mientras dura, el efectivo recibe solo la mitad de su salario base, sin bonos.
Con información obtenida mediante la Ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública, ECData comprobó que la falta más recurrente es la MG-39: “faltar por más de cinco días calendario en forma consecutiva a su unidad, sin causa justificada”.
En los últimos seis años, 6.784 oficiales y suboficiales (28,47% del total de policías sancionados) pasaron al retiro por esa razón.
Para el general en retiro de la PNP Carlos Tuse, exdirector de Investigaciones de la Inspectoría General de la policía, esto evidencia “un grave de problema de gestión humana en la institución”.
“Que esta falta encabece el ránking demuestra el desgano que tienen los policías de ir a trabajar. Hay mucho maltrato y se les trata como si fueran solamente un recurso logístico. Lamentablemente, en la PNP hay demasiado abuso de poder y se trata de un problema en el sistema”, cuestionó Tuse.
Problema estructural
El mayor número de efectivos que pasaron al retiro por infracciones al régimen disciplinario se ubica en la base de la pirámide policial. En seis años, 13.137 suboficiales de tercera (S3) y 3.899 suboficiales de segunda (S2) fueron separados de la institución por faltas muy graves. En ambos grados se concentra el 71% del total de sancionados.
“Los suboficiales de tercera y segunda son los que tienen más contacto con la población y los vecinos. Esto te revela que existen graves deficiencias en la selección de personal, pero también en la formación: faltan escuelas policiales que vivan en contacto con la comunidad”, expresó Enrique Castro, experto en asuntos de seguridad ciudadana.
En el otro extremo de la pirámide, ocho generales –el máximo grado en la escala jerárquica– pasaron al retiro por faltas muy graves: seis de ellos por “distorsionar, adulterar o suscribir información falsa en informe, certificado, peritaje u otro documento en beneficio propio o de terceros” (MG-102) y dos por solicitar o recibir dádivas o sobornos (MG-76).
No se trata de una situación atípica en la PNP. La MG-76 es una de las infracciones más recurrentes. En el período 2018-2023, 1.387 policías (casi 6% del total) pasaron al retiro por pedir o recibir dádivas.
Según el Censo de Percepción y Autopercepción Policial 2023, el 35,9% de efectivos “se sienten incómodos y consideran que interfieren en su labor policial cuando enfrentan intentos de soborno”.
Finalmente, este año se duplicó a 10.902 el número de vacantes para postular a las escuelas de oficiales y suboficiales de la policía. El general en retiro Carlos Tuse advirtió que si el ritmo de ingresos y salidas de la PNP continúa así, podría presentarse un escenario crítico: un grave déficit de personal.
En noviembre pasado, el entonces jefe de la Dirección de Orden y Seguridad de la policía, Víctor Zanabria, indicó que hay un déficit de 35 mil efectivos para cumplir labores operativas y de prevención del delito.