Pese al aumento histórico de los contagios y la mortalidad por dengue, así como la falta de medicamentos para tratar el reciente brote de leishmaniosis cutánea en el país, los recursos asignados por el Estado para recudir el impacto de ambas enfermedades representan una pequeña porción del gasto en salud y se invierten con menor velocidad en las regiones más afectadas.
En lo que va del año, el programa presupuestal 017, destinado a controlar las enfermedades metaxénicas (transmitidas por un vector o mosquito) asciende a S/543,7 millones, según el portal Consulta amigable del MEF. Si bien esta cifra aumentó respecto a años anteriores, actualmente solo representa el 1,72% del presupuesto total para la función Salud a cargo de los tres niveles de gobierno (S/31.455 millones). Además del dengue y la leishmaniasis cutánea (también denominada uta), esta partida (vigente desde el 2010) también se usa para combatir otros males endémicos como la malaria, la fiebre amarilla, la bartonelosis, la rabia humana, la leptospirosis, entre otros.
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Según el MEF, hasta fines de abril a nivel nacional se ha ejecutado el 29,4% de estos recursos, con marcados contrastes por zonas. Áncash, La Libertad, el Callao, Piura e Ica (cuatro de los seis departamentos con más contagios de dengue por 100.000 habitantes) figuran en el tercio de regiones con menor avance en el gasto de dicha partida, pese a que concentran el 57% de los contagios acumulados y notificaron 96 de los 147 decesos registrados a la fecha [ver tabla y mapas de calor].
Labor descentralizada
Si bien el Ministerio de Salud (Minsa) cuenta con la rectoría y define la estrategia general, la mayor parte del presupuesto para enfrentar las enfermedades metaxénicas ha estado a cargo de los gobiernos regionales, a través de las direcciones o gerencias regionales de salud. En los últimos cinco años, la importancia de este nivel de gobierno en la gestión de los fondos ha ido en aumento, pasando de administrar el 69% del presupuesto final en el 2019 al 75% en el 2024. Es decir, las regiones actualmente manejan S/3 de cada S/4 soles en este rubro.
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Cambio de enfoque
Omar Neyra, doctor en salud pública, resaltó que además de la escasez de recursos existe una falta de gestión y visión dentro del Estado para manejar el presupuesto en el combate del dengue, pese a que en el 2023 hubo picos inusuales de la enfermedad que advertían un escenario complejo para este año.
“Hoy necesitas un cambio de conducta potente en la población. Para el manejo del dengue tienes que controlar o reducir la presencia del mosquito. Si fumigas de vez en cuando y el 40% de la gente no te lo permite, es como si no lo hicieras, es un esfuerzo innecesario. Estamos en una epidemia muy avanzada y hoy deberíamos planificar acciones para que el 2025 no vuelva a ocurrir esto. Puede haber casos, pero no en esta magnitud. Esta tarea hay que hacerla sin dejar de atender a los enfermos, que son muchos, y cambiando las conductas de la población, lo cual no se hace de un día para otro”, opinó.
Pedro Riega, decano del Colegio Médico del Perú, reconoció que el déficit crónico en infraestructura hospitalaria, recursos humanos e insumos del sistema de salud, así como la demora en declarar la emergencia sanitaria por esta enfermedad agravaron la situación.
“Necesitamos que los alcaldes tomen cartas en el asunto y destinen recursos para capacitar e informar a la población. En noviembre pasado, cuando se aprobó la ley de presupuesto, se incorporaron S/100 millones adicionales para enfrentar una epidemia de dengue, pero este monto ha sido ínfimo en comparación al presupuesto en salud. Lo más preocupante es que no se está ejecutando el gasto de manera oportuna como amerita la emergencia. La respuesta en contratación de personal y la compra de insumos se ha demorado, incluso hoy se están haciendo estudios de mercado para comprar pruebas diagnósticas”, explicó.
Riega agregó que la prioridad del gasto debe ser la atención de la población para evitar los cuadros graves. “Estamos en pleno incendio, tenemos que ocuparnos de que la gente no se muera. Todo lo que no sea fortalecer los servicios de salud es una inversión a mediano plazo. Las vacunas son importantes, el método Wolbachia (modificar genéticamente al mosquito para reducir la transmisión del virus) también, pero ambos servirán en un futuro cercano”, sostuvo.