Carlos Lazaro

Diego Francisco Recavarren Herrera cambió su natal Arequipa por Lima con el objetivo de jugar al más alto nivel del voleibol en un país donde el deporte de la net alta se vincula casi siempre con las damas. Sociedad conservadora, dicen muchos. Otros, cultura machista. Los prejuicios abundan en esta rama del vóley. Sin embargo, ello no fue una barrera para que Recavarren Herrera forje una exitosa carrera deportiva, conquistando títulos a nivel nacional en la Liga Superior de Voleibol, inclusive siendo capitán de la selección peruana. Eso sí, sus días de saltos y potentes ataques llegaron a su fin en el 2018 con el objetivo de ser uno de los artífices de dar no solo un salto de calidad al voleibol masculino peruano, sino de masificar, de que se conozca más su disciplina.

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El cubano Juan Carlos Gala, hasta hoy director técnico de la Bicolor masculina, vio condiciones de entrenador a Diego Francisco, quien pese a tener al frente los Juegos Panamericanos Lima 2019, donde pudo brillar dentro del campo, aceptó el reto. Ninguno de los dos se equivocaron. “Fue duro (el retiro), pero yo soy de las personas que toma decisiones rápidas y no la piensan mucho”, adelanta el hoy entrenador de la Sub 23, que en los últimos dos años se ha subido al podio de la Copa Panamericana. La última ha sido un subcampeonato, una medalla de plata en Surinam que sorprendió a más de un peruano y que nos invita a soñar en grande a futuro.

Retrato a Diego Recavarren, entrenador de la selección de vóley masculino Sub 23 de Perú.
Retrato a Diego Recavarren, entrenador de la selección de vóley masculino Sub 23 de Perú.
/ NUCLEO-FOTOGRAFIA > JESUS SAUCEDO

Con 36 años, el popular ‘Pancho’, que también dirige a los equipos femeninos Sub 17 y Sub 19 de la Universidad San Martín, conversa con Deporte Total sobre lo vivido en este último certamen, la importancia de la familia para que más jóvenes practiquen el voleibol y que se sigan rompiendo aquellas barreras de género para que el voleibol masculino peruano continúe en ascenso. Recavarren también da a conocer el desafío de octubre con el que cerrará el año a nivel de selección. El Sudamericano Sub 21 se jugará en Lima, en un mes vinculado a la fe, a los milagros y en el que este equipo juvenil apunta a ganar el boleto mayor, al torneo máximo de la categoría.

—¿Tenían como objetivo lograr el podio en la Copa Panamericana Sub 23?

Mucha gente me ha preguntado eso y la verdad, sí lo creíamos. Mucha gente no sabe que este equipo tiene dos medallas. El año pasado, en la misma Copa Panamericana de la categoría obtuvimos la presea de bronce y perdimos el pase a la final frente a Cuba en un quinto set. Además, en los Juegos Bolivarianos Valledupar 2022 (Sub 23) también cogimos la medalla de bronce ganándole un partidazo a República Dominicana por 3-2.

—¿Vienes trabajando con este grupo desde hace varios años?

Sí, este grupo viene trabajando hace años. Claro, con incorporaciones nuevas de la Sub 19 que viene también de jugar con el profesor Edwin (Jiménez) en Brasil. Y con chicos de la Sub 21. Para nosotros, como cuerpo técnico, lo más importante era preparar a estos chicos porque tienen su Premundial (Sub 21) ahora en octubre, a realizarse aquí en el país, en la ciudad de Lima. Ese es nuestro objetivo mayor. Esa clasificación es por lo que estamos luchando, clasificar al Mundial de la categoría en vóley masculino.

—Muchos peruanos no tenían, o de repente aún no tienen idea de que esta categoría ha logrado dos podios panamericanos…

Creo que es muy importante la visibilidad. Mucha gente no sabe que hay un equipo de voleibol masculino en el país. Yo también trabajo en un colegio americano (en Lima) e invité muchas veces a niños con una estatura muy grande. Y me decían, “¿qué, el Perú tiene equipo de voleibol masculino?”. Eso es lo más importante, darle visibilidad. Creo que hemos luchado tanto por esto y creo que se va a dar, porque estos chicos tienen para dar mucho más.

—¿El trabajo puede vencer la desventaja en talla o fuerza?

Quizás no somos los más grandes ni los más fuertes, pero el trabajo constante, la responsabilidad, la entrega, plasmar los objetivos y que ellos también entiendan, que vayan de la mano con el cuerpo técnico, es muy importante. Y si logramos esta clasificación al Mundial Sub 21, se va a dar un paso muy grande en el voleibol masculino peruano.

Diego Recavarren, entrenador de la selección de vóley masculino Sub 23 de Perú.
Diego Recavarren, entrenador de la selección de vóley masculino Sub 23 de Perú.
/ NUCLEO-FOTOGRAFIA > JESUS SAUCEDO
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—¿Cuántos cupos se dan para el Mundial Sub 21?

Son tres cupos en Sudamérica. Que normalmente, siendo sinceros, Argentina y Brasil están en un nivel muy superlativo para nosotros. Pero en estas categorías bases, creo que nosotros deberíamos clasificar al Mundial. Pelear con Chile y Colombia por ese último cupo.

—¿Cómo están Chile y Colombia en esta categoría?

Como te dije, el año pasado la medalla de bronce, ese tercer lugar (de la Copa Panamericana Sub 23), la disputamos con Chile y nosotros ganamos con un categórico 3-0. Entonces creo que estamos en un buen camino. Colombia no sabemos con qué equipo irá porque está atravesando problemas en su federación, pero yo tengo mucha fe, creo mucho en el trabajo de estos chicos y se lo merecen. El país también se lo merece y el voleibol masculino también.

—Tienes una postura como entrenador, pero también escucho a un exjugador de voleibol que ha luchado por darle mayor visibilidad a su disciplina…

Sí. En el 2010 me vine de Arequipa, porque yo soy de provincia, a mi primera convocatoria. Defendí los colores del país hasta el 2018 que llegó el profesor Juan Carlos Gala. Llegó el profesor Gala a cambiar todo el voleibol masculino y estuve un año con él, yo fui el capitán de esa selección. Gala me dijo: “Tú tienes que ser asistente, tú tienes mucho futuro como entrenador”. “Vas a ser mi asistente y vas a darle la capitanía a Eduardo Romay”, me indicó.

—¿Fueron años inolvidables?

Muchos años hemos estado olvidados, como se dice. Nos juntábamos dos, tres meses antes de un Sudamericano para ir allá, sin entrenar, sin un trabajo serio. Fueron muchos años así que el voleibol masculino ha estado olvidado. Creo que recién en estos últimos tramos como que se está dando más visibilidad, pero todavía no es suficiente. Se necesitan más partidos de preparación, salir de giras, que los chicos tengan todas las comodidades para afrontar (las competencias) y que también se sientan importantes. Se están logrando cosas y se debe dar más apoyo.

—¿Es mucha la diferencia con el voleibol femenino?

A mí no me gustan las comparaciones. El vóley femenino es totalmente diferente al voleibol masculino. Tenemos una historia muy grande en damas, pero se está demostrando que con trabajo, con preparación, se puede acortar caminos, se puede llegar mucho más lejos. Acá hay talento en el voleibol masculino, hay mucho talento, muchos chicos que no son ni entrenados en un club, sino se preparan en la calle, aprenden de la calle y creo que tomándole más importancia se puede dar mucho más.

—¿Y cuál sería el plan para poder captar a estos talentos y no dejar que se pierdan en el camino?

Creo que tiene que ir de la mano las escuelas, los colegios, y como te digo, la visibilidad. Muchos colegios no tienen equipo de voleibol masculino, de repente por los prejuicios, porque no se sabe que hay una selección. Pero creo que esta medalla, el crecimiento que están teniendo estos muchachos, va a reflejar mejor, se van a conocer más en las escuelas.

—Y deberían haber más torneos de categorías menores…

Ahora veo que hay campeonatos nacionales Sub 17, Sub 19, que antes no habían. Antes era jugar la liga nacional con seis o siete equipos y ya está. Hoy en día también hay muchos campeonatos de calle que son de muy buen nivel. Yo he tenido la oportunidad de ir a campeonatos que organizan diferentes personas, categorías Sub 15, Sub 17, Sub 19, que son muy buenos. Hay niños muy buenos. Hay niños grandes (de buena talla). En nuestra Sub 19 tenemos dos o tres chicos que ya pasan el 1.95 cm. Entonces, tenemos que ver eso, porque nos falta talla, nos falta fuerza. Entonces captar a estos niños con talento, invitarlos, que lleguen al entrenamiento, se sientan importantes, corregirlos, enseñarles, para que den frutos a futuro.

—Tocaste un tema muy importante. El prejuicio, eso de que el voleibol es de mujeres…

Creo que se están rompiendo los prejuicios con la ayuda de los padres de familia. Los padres, la familia, es algo muy importante para el atleta. Es el primer apoyo tanto emocional y a veces hasta económico. Con este grupo (Sub 23) se ha mostrado eso. Yo he sentido mucho apoyo de los padres. Mucho en lo mental, en lo emocional. En querer no solo que sus hijos crezcan como deportistas, sino como personas. Eso es importante porque el atleta, si bien es un deportista, también es una persona. Tiene que tener valores, tiene que tener responsabilidad, disciplina para poder llegar a los objetivos que él mismo se marca.

—Muchas veces tienen temor de practicar la disciplina…

Se están rompiendo bastante estos prejuicios, pero todavía deben sacarlo de la mente, sobre todo de los más niños, de los más jóvenes. Que no tengan ese temor del qué dirán si se va a probar a un equipo, de ir a entrenar, de pertenecer a un club de voleibol masculino.

—Hoy también muchos de los jóvenes que diriges son estudiantes universitarios y eso lleva al voleibol masculino a otro nivel…

Sí, los chicos han llegado de Surinam y ahora ya están en Arequipa para el Nacional. Más de la mitad del equipo está viajando al Nacional Universitario. Y eso es bueno porque están todo el año jugando. Si no es la Liga Nacional, es en su club. Si no es en su club, es en algún campeonato particular de calle o el universitario, el FEDUP, que tiene Apertura y Clausura. Ello es muy importante porque ganan ritmo. No solo es ir y entrenar, y entrenar, y entrenar. ¿Y cuándo juegas? Entonces es importante también para tener preparación de juegos, ganar más ritmo, como se dice, más ritmo de juegos. Verificar en lo que estoy fallando y en que no, para que luego en el entrenamiento puedas mejorarlo.

Diego Recavarren le entregó la cinta de capitán de la selección peruana absoluta de vóley masculino a Eduardo Romay.
Diego Recavarren le entregó la cinta de capitán de la selección peruana absoluta de vóley masculino a Eduardo Romay.
/ NUCLEO-FOTOGRAFIA > JESUS SAUCEDO

—Hablabas también de los colegios, de captar jugadores altos. ¿Existe un plan de captación de parte de la selección?

Sí. Con el profesor Gala, cada vez que vemos un chico que pase el 1.90, así no sepa ni caminar, lo invitamos a El Olivar (Coliseo de Jesús María) porque son muy pocos. El mismo caso de Daniel Ureña (central de la selección absoluta), un orgullo para nosotros que esté jugando en una liga europea (República Checa), que sea un referente para los mismos chicos que quieran llegar a ser como él. Él empezó así, en un colegio de provincia, de Tacna, pero él siempre tuvo esa mentalidad de querer ser el mejor. Quería salir afuera, jugar en el extranjero y de verdad, es un orgullo para nosotros haber contribuido con ese crecimiento.

—¿Es Lima 2027 el objetivo de la Sub 23 que diriges?

Sí es el objetivo más grande la categoría mayores, pero nosotros también queremos el recambio. El recambio de este equipo absoluto. Ya tenemos jugadores con mucha experiencia, pero también necesitamos que gente más joven le pise los talones a los mayores para que ellos no se sientan seguros. Estos chicos (Sub 21 y Sub 23) tienen esa responsabilidad. De sacarlos, en el buen sentido de la palabra, para que el equipo sea más competitivo y esto te ayuda en el crecimiento. Es parte del deporte. Por poner un ejemplo, tenemos a Eduardo Romay y Francis Mendoza, que son de los mejores jugadores del Perú, pero que pelean por una posición y esa competitividad los hace mejorar. Eso queremos con estos jóvenes, que sigan mejorando, que pierdan el temor a los mayores. Claro, siempre con respeto.

—La final con México fue bastante peleada, al igual que los duelos con Cuba en semifinales y República Dominicana en cuartos…

Fue una experiencia muy grata para mí como director técnico. No me enfocaba en perder o ganar, sino en cómo se comportaba el equipo en el campo y no me puedo quejar. Lucharon siempre, estuvieron ordenados, escuchando las direcciones o cuando estudiamos al rival previo al partido. Lo que me gustaba mucho más es que no perdían la esencia del jugador peruano, la picardía, la alegría y creo que todo eso sumó para llegar a esa final.

—¿Cuál es la esencia del voleibolista peruano?

Sí, es muy hábil. Creo que porque tenemos desventaja en tamaño y fuerza, entonces, creamos esa habilidad para jugar con el bloqueo, para jugar con un poquito más de velocidad y de verdad este equipo plasmó todo eso. Éramos muy técnicos en recibir el saque, que es la primera arma para el ataque. Si se ponen a revisar las estadísticas como equipo, Perú era el primero o segundo en recepción, en defensa, en ataque y en armado. Como equipo estábamos muy bien. Lo que sí estábamos pésimos era en el saque y en el bloqueo, que tienen mucho que ver con la altura, la fuerza.

—Justamente los rivales de la Copa Panamericana eran más altos que los integrantes de Perú...

Cuba, República Dominicana, cuentan con jugadores tan altos, tan fuertes, que se les hace muy fácil el servicio, el bloqueo, pero pudimos contrarrestar eso, con un buen juego, con un buen ritmo, con un volumen de defensa muy grande. Creo que eso se vio plasmado más que nada en cuartos de final y en la semifinal.

—Vencer a estas dos selecciones indica que el voleibol peruano masculino está en ascenso… 00:17:08 - 00:17:30 - 00:17:37 - 00:17:48 (33s)

Sí, son fuertes. Cuba es mundialista y República Dominicana también. Siempre están jugando el Mundial. Norceca (Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Voleibol) tiene una ventaja más que nosotros acá en Sudamérica. Ellos tienen muchos campeonatos. Terminan uno y empiezan otro. Que el Final Four, que el Final Six, que la Copa Panamericana. En cambio acá solo tienes el Sudamericano y ya. Por eso nosotros tenemos que ir siempre buscar ir a esta Copa Panamericana, que es organizada por Norceca, porque no tenemos muchos campeonatos. Por ahí se pueden sumar los Bolivarianos que son cada cuatro años.

—Sin lugar a dudas ha sido positiva esta Copa Panamericana Sub 23 2024…

Nos sirvió este campeonato, nos sirvió mucho para cuajarnos como equipo, para que estos chicos también se acostumbren más a jugar finales. Creo que en la final faltó eso, la experiencia jugando una final, jugando partidos decisivos y también el cansancio, veníamos de jugar 10 sets en dos días. Éramos un equipo corto, éramos 12, y uno de los chicos se lesionó, no podíamos contar con él. Pero contentos, contentos con el resultado. Creo que es una medalla muy histórica para nosotros. Yo de verdad la veo como una de oro.

—¿Entregaba algún pase clasificatorio a otro torneo a futuro esta Copa Panamericana Sub 23?

Ahora tenemos que esperar porque este torneo era clasificatorio para los Juegos Panamericanos Junior, el próximo año en Paraguay. Hubo un enredo porque clasificaban los tres primeros, luego Perú se metió a esa zona y Norceca indicó que solo obtenían cupos sus miembros y no sabemos si estamos clasificados como Sudamérica. Es algo que la Federación Peruana de Vóley tiene que conversar con la Confederación Sudamericana para ver la clasificación de los equipos de nuestra región. Son cuatro para Norceca y cuatro para Sudamérica. Ellos ya tienen sus cuatro y faltamos nosotros. Ahora, por ranking en la categoría Sub 23, Perú debería estar en los clasificados contando los puntos logrados el año pasado y esta temporada.