Que no sea la última. Este mediodía, Ricardo Gareca dio a conocer la lista de convocados con los que la selección peruana saldrá a buscar la clasificación a Qatar 2022 en los duelos ante Uruguay (24 de marzo) y Paraguay (29). Sin mayores novedades, fue una lista de 29 convocados en la que no están ni Paolo Guerrero ni Jefferson Farfán.
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Lista larga por un tema de precauciones . Si bien ante Uruguay el único suspendido es Raziel García, hay una lista de siete jugadores con amarilla (Gallese, Zambrano, Callens, Tapia, Cartagena, Gonzales y Costa) que de ser amonestados ante los charrúas pueden perderse el duelo ante los guaraníes en Lima. La buena nueva es que Cueva estará en Montevideo tras cumplir suspensión ante Ecuador.
Que no sea el último llamado. Que este equipo de Gareca se vuelva a juntar, ojalá camino a Qatar para cumplir los sueños que tenían de niños, para cumplir los sueños de todos.
OPINIÓN: Paolo y Jefferson: el fin de una era
Presentamos a los jugadores convocados por Ricardo Gareca para representar a nuestra @SeleccionPeru 🇵🇪 en la última fecha doble de las Clasificatorias al Mundial Qatar 2022.
— Selección Peruana 🇵🇪 (@SeleccionPeru) March 11, 2022
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Pedro Gallese
La bronca de ver que su equipo reciba muchos goles lo llevó a colocarse bajo los tres palos. Impulsado por su tío, pasó del barrio a la Academia de Guillermo la Rosa. Jugaba de delantero. Así, pasó a la Academia Tito Drago, donde encontró su puesto, como quien evitaba el grito de gol en la tribuna.
“Con sus tíos le decíamos que los delanteros ganaban más dinero. Pero me di cuenta de que como arquero era bueno y lo mejor para él”, contó hace poco su madre Tatiana Quiroz, la encargada de sacar adelante a Piero, como ella quería que se llame y lo llama.
Luis Advíncula
Si se escapaba de casa, ya sabían para qué era. Al Luchito de El Carmen de Chincha lo encontraban jugando al fútbol sin zapatos. Hijo de Luis Advíncula Presbítero -futbolista que jugó la Libertadores con Melgar-, entraba con su tío Pablo y así llegó a Lima para hacer divisiones menores. Empezó en Alianza Atlético, antes de debutar en Aurich.
El entonces delantero pudo ser ‘Jotita’, pero tal cómo él mismo cuenta, Picerni lo sacó del equipo porque no estuvo a tiempo para el entrenamiento: se había quedado tomando agua mientras miraba jugar a un equipo de menores en la Videna.
Christian Ramos
En las polvorientas canchas de San Juan Miraflores, el hoy defensor también tenía que escuchar las arengas e indicaciones de su madre cuando jugaba por los Amigos de la Policía. “No me gustaba que vaya porque me decía corre, que estás parado jajaja... Aunque era lindo”, recuerda el capitán peruano.
Se inició en las menores de Cristal y si hacemos memoria, va por su tercer mundial. Jugó el Sub 20 del 2005 -junto a Carlos Zambrano y Josepmir Ballón-. Volvió a la selección porque su presencia suma tanto dentro como fuera de la cancha.
Alexander Callens
Ir de la mano de papá al parque a entrenar generaron muchas burlas, pero a él solo le importaba seguir perfeccionando su juego. “Me enseñaba a parar la bola, el pase largo, corríamos y mis amigos se reían como diciendo ‘él juega con su papa’”, contó alguna vez.
Chalaco de corazón, se formó en Boys y debutó cometiendo un penal. A los 19 años se fue a España y se mantiene fuera desde ese 2011. Hoy, tras una larga espera, hoy es titular indiscutible en la Bicolor de Gareca.
Miguel Trauco
De familia pelotera, el zurdo aprendió a darle el balón en su natal Tarapoto. A los 11 años, un acostumbrado viaje de vacaciones a Lima lo hizo llegar a Virgen del Chapi, la filial de Universitario, pero no se pudo quedar. Fue Bolognesi, asentado en Lima, quien lo acogió y formó durante cinco años.
Pasó por Copa Perú hasta ganarla con el Unión Comercio, club con el que debutó en Primera en el 2011. Recién en el 2015 llegó a Universitario para luego, tras solo una temporada como crema, emigrar a Brasil a juntarse con Paolo Guerrero en Flamengo.
Marcos López
La Universidad San Martín lo descubrió en los torneos de La Perla Baja y lo acogió entre los suyos, con colegio incluido. Sin embargo, las malas notas escolares del joven atacante casi hacen que quede fuera del equipo juvenil. Fue Chemo del Solar quien, al ver sus condiciones, decidió subirlo al primer equipo para que se mantenga como santo.
Tras su debut santo, pasó a Cristal, de donde se fue campeón tras el 2018 a la MLS, donde lo reconvirtieron de extremo a lateral, puesto que hoy disfrutamos en la Bicolor.
Proveniente de San Martín, Marco López lateral izquierdo es el nuevo refuerzo del club y en estos momentos es presentado en el Rímac. Sub 20 pic.twitter.com/a3tLIryTRQ
— SECTOR CELESTE (@SECTOR_CELESTE) September 4, 2017
Yoshimar Yotún
Cuenta su madre que Yoshi convertía su casa en un campo de fútbol. Los tazones y ollas se convertían en sus balones. “Pateaba de todo”, contaba su madre Julio Flores. Así, a los 8 años, ya formaba parte de Cantolao. “Corrí tres minutos sin tocar la pelota e hice una falta. El técnico me sacó, pero le dijo a mi padre que mañana regresara”, contó el mismo jugador.
Su adolescencia fue complicada, ya que su madre tuvo que dejar el país por la mejoría de su familia. Fueron siete años sin su progenitora y cuando el volante ya se hizo profesional, el reencuentro pudo darse.
Renato Tapia
Los fines de semana en los que los niños podían quedarse en cama hasta tarde, el pequeño Renato le pedía a su padre madrugar para disfrutar de los partidos del fútbol internacional. “Papá, levántame para ver los partidos contigo. Era las seis de la mañana”, recuerda don Luis, el padre.
En menores, fue a prueba al Liverpool y Tottenham y cuando le pidieron regresar, su familia le dijo que su prioridad debía ser el fútbol. Pese a ello, apenas cumplió 18 años viajó a Países Bajos para unirse al Twente.
Renato Tapia se confesó para un medio internacional donde hizo un repaso de su carrera. Además de contar su amor incondicional por la selección, también contó como lo motivaban de niño a hacer goles:
— DIRECTV Perú (@DIRECTVPeru) March 18, 2021
🗣️ "Mi abuelo me daba 50 céntimos por cada gol que metía".#FútbolEnDIRECTV pic.twitter.com/z2FTrW3zWn
Christian Cueva
Nació el distrito de Sánchez Carrión, a tres horas y medias de Trujillo. En Huamachuco forjó su talento y a los 13 años ya jugaba Copa Perú usando la 10 en la espalda. Ahí, en el Pedagógico de Huamachuco, fue donde Orlando Lavalle lo ‘descubrió’ y convenció a Víctor Rivera de llevarlo a la San Martín.
Le decían ‘Chavito’ en el cuadro santo, cuando el uniforme le quedaba grande. Pasó a ser ‘Cuevita’ y con 16 años debutó en Primera en su natal Trujillo en el 2008, año en el que celebró el bicampeonato de los albos.
Christian Alberto Cueva Bravo nació un 23 de noviembre de 1991 en Trujillo, La Libertad. Al año y medio de nacido, por el trabajo de su padre, se tuvo que mudar a la ciudad de Huamachuco. Aquí empezó su amor por el fútbol, lo cual provocó que rompiera más de un vaso en casa. pic.twitter.com/VfV1RBMvQU
— Rodrigo Munive ✍🏼 (@RodrigoMunive1) November 16, 2021
André Carrillo
Formado en el Esther Grande de Bentín, André creció con una infancia bajo la exigencia de su padre policía. Curiosamente, hay una foto del pequeño André con un letrero detrás en el que se lee “Somos el futuro del Perú”. Con la ‘Culebra’ se cumplió para el fútbol nacional.
Él mismo atacante contó recientemente que para juntar dinero para comprar sus zapatillas, se dedicó a vender canchitas en el circo de Timoteo. “Todo sumaba. Mi mamá fue a chambear y nos dijo si queríamos ayudar”, dijo recientemente en La Lengua de Jesús Alzamora. Dejó la vergüenza y así se fue generando sus primeros ingresos. A los 16 años pasó a Alianza Lima y ahí empezó su crecimiento rápidamente, ya que en el 2009 con 18, debutó en Primera con la blanquiazul.
Edison Flores
En la tercera etapa de Collique, una pequeño ‘Pajarito’ crecía jugando en ‘La Chancadora’, una cancha con dos postes de luz en el medio. Protegido por sus amigos, para no ser víctima de la mala vida de la zona. A los 10 años ya estaba en la Escuela Héctor Chumpitaz de Comas, el inicio de su camino a Universitario.
Su familia lo quería ver en Alianza, pero el ya conocido como ‘Oreja’ creció en Universitario, haciendo el largo viaje desde el cono norte hasta Campo Mar o el Monumental. En su promoción de colegio, lo presentaron como futuro doctor, pero el balón pudo más.
De Collique a la final de la Copa América: Edison Flores y el nuevo perfil del jugador peruano (vía @prakzis) https://t.co/i9vrepCYgA pic.twitter.com/NjBRHnXoJ7
— Revista Somos (desde casa 🏘) (@SomosElComercio) July 4, 2019
Gianluca Lapadula
En la lejana Turín, Gianluca conocía de Perú por las referencias y la comida que preparaba su madre, y por las camisetas peruanas que llegaban a casa. Guiado por su hermano mayor, se dedicó al fútbol y acudía al Juventus Stadium nada más para ver a su ídolo Alessandro del Piero,
Ingresó a las menores de la Vieja Señora, donde empezó como portero, y era el recogepelotas en los partidos del primer equipo para estar más cerca de los jugadores. No llegó a debutar en el cuadro principal, pasó al Parma y luego inició su camino por la Serie B.
Jefferson Farfán
Creció en los campos de arena de Villa El Salvador. De familia futbolista -tanto por padre y madre-, su talento lo llevó rápidamente al Municipal y luego a Alianza Lima. “Era un alumno medio travieso”, cuentan de él. Era quien solucionaba las ‘broncas’ de sus amigos, comentó alguna vez Roberto Guizasola.
Era feliz con un ‘mostrito’ de 5 soles, yuquitas y caramanducas, que compartía con su generación de los Reyes Rojos. Competitivo, lloró cuando fue goleador de un torneo pero no le dieron los 300 soles de premio. Hoy, el atacante espera salir de una lesión a la rodilla para volver a vestir la Bicolor y repetir la gesta del 2018.
Paolo Guerrero
Con la Bicolor y la Blanquiazul desde pequeño. Mascota de la selección y Alianza, de la mano de Oblitas o su tío Caico. Así creció Paolo, rodeado de balones. A los siete años ya pertenecía al cuadro íntimo y era “el futuro crack del fútbol peruano”, tal como lo presentó el presidente íntimo Alberto Masía en ese entonces.
Hizo todas las divisiones menores en Alianza, compartiendo ataque con Farfán, pero nunca pudo jugar en el primer equipo, salvo un amistoso ante Peñarol en el 2002. A los 18 años dejó La Victoria para terminar su formación en el Bayern, donde se hizo en ‘Depredador’ de goles.
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