Un día como hoy 2 de marzo, pero en 2015, la selección peruana experimentó un punto de quiebre importante en su historia. Con una cabellera larga y rubia, una sonrisa alentadora y una camiseta blanquirroja en sus manos, Ricardo Gareca se presentó ante todos los peruanos como el nuevo técnico de la bicolor. El resto es historia. Han pasado siete años desde entonces y la aventura de largo aliento del ‘Tigre’ en el país continúa. Ya nos guio hacia un Mundial, ahora va por otro. Lo cierto es que la gratitud queda corta con todo lo que ha hecho el entrenador argentino por el fútbol nacional. Sea como fuere, aquí repasamos siete postales que nos muestran el lado más genuino del técnico en su estadía en el país.
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Un ser devoto
En Perú se acuñó la frase “la fe es lo más lindo de la vida”, por el año 2011, en la voz del gran Luis ‘Cuto’ Guadalupe. Cuatro años después, Ricardo Gareca llegó a nuestra tierra para comprobarlo. El entrenador argentino, muy devoto y fiel a sus principios religiosos, nunca perdió la fe cuando estuvo al mando de la selección nacional y hay una garantía de que nunca la perderá. Es su credo.
Son muchos los momentos en los que el ‘Tigre’ puso en manifiesto su fervor. El más representativo fue en enero del 2018, meses antes del Mundial de Rusia, cuando tuvo un feliz encuentro con el Papa Francisco, quien vino de visita a Lima. El ‘Tigre’ no dudó en estrechar su mano con el Sumo Pontífice, tan argentino como él, y sostuvo una larga charla para luego recibir su anhelada bendición.
Pero no solo así Gareca ha profesado su fe en el país. Más allá de las cábalas, para el técnico argentino es importante tener un encuentro íntimo con Dios, por lo que frecuentemente acude a misa. De hecho, ha asistido a ceremonias religiosas especiales como la de las Fiestas Patrias en julio, entonando el especial Te Deum en la Catedral de Lima, así como también ha visitado al Señor de los Milagros antes de viajar rumbo a Rusia.
“En este acontecimiento de la clasificación tiene mucho que ver la gente. Nunca dejamos de creer y también le rezamos al Señor de los Milagros”, fueron las palabras del ‘Tigre’, que resumen la religiosidad que no ha ocultado en el Perú.
El abuelo pelotero
En medio de la ansiedad y angustia que puede provocar el fútbol antes de un desafío importante, Ricardo Gareca se da un tiempo para relajarse junto a su familia, quizá no en casa como quisiera, pero sí en un campo de fútbol. De hecho, son varias las veces que el ‘Tigre’ ha sido protagonista de episodios tiernos y divertidos en las prácticas de la selección peruana junto a su nieto Benjamín.
“Mi nieto sigue mis pasos y a todos lados donde juegue la Selección, quiere estar”, explicó en una entrevista con RPP. En tiempos de aflicción, o en tiempos de alegría, durante estos siete años con la selección peruana, la familia ha sido el principal soporte de Gareca. Incluso se han convertido en hinchas incondicionales de la ‘Blanquirroja’. Y eso no tiene precio.
En junio del 2018, en Rusia, antes del importante partido mundialista contra Francia, el ‘Tigre’ se dio un tiempo para entretenerse con Benja. Una pelota, el césped del campo, los arcos y la conexión familiar bastaron para que se desate el júbilo entre ambos el país más grande del mundo. Lo mismo sucedió un año después en Brasil, antes del inicio de la Copa América 2019, donde finalmente Gareca se colgó la medalla de plata.
La barba del ‘Tigre’
Los últimos dos años han sido una pesadilla. Millones de muertes en todo el mundo, tras la pandemia del coronavirus, han desencadenado un desconsuelo irritante. En el Perú no ha sido la excepción. En medio de la cuarentena y la incertidumbre que esta generó en el país, Ricardo Gareca también padeció los efectos de este tiempo complicado y así lo reflejó con una peculiar barba crecida más de lo normal.
Con un rostro poblado de pelos, el ‘Tigre’ generó revuelo tanto en su país natal como en el nuestro. El estar encerrado tanto tiempo en casa provocó esa situación. Y no acudió al barbero hasta los últimos días de junio del 2020, aunque aún con el distanciamiento y los cuidados necesarios. Lo cierto es que esa gran barba fue una forma de exteriorizar sus sentimientos.
“Es una manera de expresarme. Cada uno se expresa de la manera que siente, yo he sentido esto. Nos toca vivir esta situación y dije ‘bueno no me afeito hasta que esto termine’, pero no pensaba que iba para tan largo”, contó en una entrevista.
Del odio al amor
Ricardo Gareca, si bien ahora las muestras de cariño y agradecimiento hacia él son incesantes, en realidad no siempre tuvo el afecto de los hinchas a su merced. Al inicio de su aventura con la selección, los resultados no le acompañaban. Dolorosas derrotas, insignificantes empates y escasas victorias pusieron contra las cuerdas al ‘Tigre’. Y la situación, en un momento, fue bastante tensa.
Hasta la fecha 13 de las Eliminatorias rumbo a Rusia 2018, la selección peruana no podía subir del octavo puesto. Muchos hinchas pedían la salida del entrenador argentino e incluso tuvieron algunas discusiones con él en el estadio, como en el partido Perú vs Ecuador de la Copa América Centenario 2016 (el de la imagen), cuando tuvo un pleito con algunos aficionados.
Afortunadamente, esa relación de odio pasó al amor en un solo paso. Gareca comenzó a guiarnos con optimismo hacia el Mundial, lo cual cumplió, y ahora la gratitud a veces queda corta. En medio de las opciones de salida que actualmente maneja el ‘Tigre’, los peruanos ya no alientan su marcha. Todo lo contrario, están esperanzados en que se quede.
Nobleza
Los actos de nobleza de Ricardo Gareca en el Perú no tienen cese. El ‘Tigre’ siempre ha mostrado disposición para estar cerca de la gente, especialmente con niños, a quienes les ha manifestado mucho afecto cada vez que ha podido.
En medio de un clima de tensión, siempre hay tiempo para un acto de generosidad. Antes del partido de revancha contra Nueva Zelanda, decisivo para la clasificación al Mundial, el técnico argentino interrumpió su trabajo para saludar a un niño en silla de ruedas, que esperaba ansioso por hablar con él. Un abrazo y una pequeña charla de minutos fue suficiente para provocar felicidad ajena y también la de él mismo.
El abrazo paterno
No es un descubrimiento que Christian Cueva sea el jugador ‘fetiche’ de Ricardo Gareca. El ‘Tigre’ siempre ha depositado su confianza en todos sus jugadores, especialmente en ‘Aladino’. “Creo en el jugador peruano y por eso estoy aquí”, expresó en su presentación en el 2015. Y, la verdad, nunca dejó de creer.
Desde aquel día en el que tuvo su primer contacto con Cueva, el entrenador argentino nunca le ha soltado la mano (ni los brazos). A pesar de todas las críticas y cuestionamientos en contra del jugador, el ‘Tigre’ siempre respaldó a Cuevita sin dudarlo. Y, finalmente, hay resultados positivos de esa protección desinteresada.
Gracias a ello, ahora ‘Aladino’ es un pilar fundamental en la selección. Es netamente imprescindible. Además, entre Gareca y Cueva se ha forjado una relación parecida a la de padre y un hijo. Y pues, el abrazo paterno casi nunca falta. Como sucedió en la victoria ante Nueva Zelanda en Lima (2017), como también sucedió en el triunfo ante Venezuela en Caracas (2021).
Regocijo mundialista
Transcurrieron 36 tormentosos años. Cada intento concluía con un fracaso rotundo. Por ello, clasificar al Mundial lució mucho tiempo como una utopía. Pero la ilusión -ridícula o no- siempre estaba presente y Ricardo Gareca llegó para enseñarnos que la esperanza es lo último que se pierde.
Lo que antes parecía imposible, el ‘Tigre’ lo hizo realidad. Después de más de tres décadas sin celebrar, el técnico argentino volvió a hacernos rebosar de júbilo. La victoria por 2-0 sobre Nueva Zelanda, el 15 de noviembre del 2017 en el Estadio Nacional, nunca será olvidada.
Ricardo Gareca nos guio a un sueño que parecía imposible de cumplir. Por eso, con numerosas manos sosteniendo su cuerpo, el entrenador argentino está arriba de todos como el principal protagonista de esta historia, con una sonrisa genuina dibujada en su rostro, sin ocultar el regocijo que significa hacer realidad un sueño.
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